Las expresiones sociales del amor: movimientos, manifestaciones, intervenciones o propuestas; históricamente tienen su razón de ser. Por algo se han aplicado con éxito en la regeneración de otras ciudades de primer orden y Playas de Rosarito no puede ser la excepción. Aun cuando políticamente, pudiera sonar incorrecto, cursi o desfasado, el concepto del amor es universal y muy en el fondo de cada persona subsiste ese callado anhelo a encontrarlo, ese amor milagroso, la callada certeza de que “el amor todo lo puede”.
Por eso surge la agrupación “Yo Amo Rosarito”, YAR por sus siglas, a la que se han acogido un nutrido y valioso contingente de rosaritenses, convencidos de que “la unión hace la fuerza”, de que “sí se puede” generar los cambios necesarios a partir del empoderamiento de las acciones civiles, de la organización decidida de personas a partir de propuestas y proyectos de trabajo definidos. Por eso cuando un grupo de amigos decididos, platicaron con José Galicot sobre sus intenciones, este les pide hace ya un par de años que “no se quiebren la cabeza” que todo está en el amor. Y de allí nace la bandera de “Yo Amo Rosarito” con el objetivo de trabajar denodadamente por mejorar en todo sentido nuestra casa, el lugar en que nos toco vivir a partir de acciones congruentes y consecuentes, mas allá de los vaivenes y fines políticos de cada uno de sus integrantes. El amor para blindar a Rosarito, el amor para alegrar corazones, el amor para catapultar a nuestra ciudad, como el destino turístico seguro por excelencia que anhelamos…Víctor Loza, Blanca Madrigal, Magdaleno Vázquez, Fernando Pereyra, Claudia Salceda y otros mas, pronto se fueron sumando a la iniciativa de Paul Corona, un entusiasta joven empresario, convencido de es posible rescatar el legado de otros visionarios que llegaron a este lugar que los misioneros Dominicos le llamaron San Miguel Arcángel de la Frontera, con Fray Luis Sales a la cabeza, para transformarlo como en su tiempo lo hicieron Manuel Machado, Manuel Barbachano, Jesús Clark Flores, Ricardo Alzalde, Armando Terán y otros hasta nuestros días…Cuando nosotros llegamos a Rosarito, “por gravedad”, diría el ingeniero Miguel Avila Niebla, nos enamoramos del lugar, de su gente y de su potencial que nos inspira a seguir adelante todos los días, desde nuestra trinchera de la noticia diaria, de la crónica informativa y de la reflexión, al comulgar con las instrucciones de uno de los pioneros de “Yo Amo a Rosarito” que le infundiera su señor padre: “Hijo te pediré que en tus afanes de progreso y prosperidad, nunca lastimes a nadie, no tomes lo que no te pertenece, pero sobre todo, nunca pisotees la dignidad de ninguna persona para buscar sobresalir”. Por esto, el autor de; “Rosarito Blues” se suma alegremente a este movimiento, sabedor de que nuestra ciudad lo necesita y lo merece. Ya vendrán otros que nada hacen y todo lo critican. Tal y como lo dijo el célebre, “Alma Grande” Mahatma Gandhi: “el amor es la fuerza más humilde, pero la más poderosa de que dispone el mundo”. Y tú: tienes el amor o te falta?
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