domingo, 9 de febrero de 2014

Palco de Prensa: Valientes o ingenuos

Por Gilberto Lavenant
No es fácil definir, si los aspirantes a dirigir el PRI estatal, son unos valientes, o simplemente unos ingenuos. O ambas cosas a la vez. Es más, si llegan a suceder en el cargo a Nancy Sánchez Arredondo, será como “sacarse el premio de la rifa del tigre”. Y ninguno de ellos tiene dotes de domadores de fieras. Que conste.


Para empezar, la mayoría forman parte del castrotrentismo. Carlos Barboza es del hankismo y José Osuna Camacho, es bustamantista. Si, efectivamente, el exalcalde y empresario priísta, ya anda formando su propia corriente política. Con aquellos a los que protegió y favoreció durante los tres años de su gestión administrativa.

Bustamante prácticamente había decidido retirarse de la política, pero se arrepintió, pues apenas dejó el cargo y muchos empezaron a acusarlo de todos los males de Tijuana. Por eso, pensándolo bien, decidió armarse. Además, ya le calentaron la cabeza, haciéndole creer que, con algo de proselitismo, hasta puede lograr una candidatura para una diputación federal en el 2015.

Por eso se autoinvitó para acudir a la reunión sabatina del Grupo Jesús Reyes Heróles, que encabeza Francisco de la Madrid Romandía, al que nunca buscó o visitó durante el tiempo de su administración. Aunque no es tiempo de campaña, anda buscando la pasarela, le habló a Pancho y le preguntó si es que podía ir. Y ni modo que le dijera que no.

Curiosamente, también asistió José Osuna Camacho, aspirante a la dirigencia estatal del PRI, identificado estrechamente con Bustamante, con quien colaboró en los últimos meses como Secretario de Desarrollo Social. Si Pepe logra la posición, siendo Franciscana Krauss encargada del PRI municipal, ambos bustamantistas, el exalcalde fortalece sus futuras aspiraciones políticas.

Pero, regresando con el resto de los aspirantes a suceder a Nancy Sánchez en el PRI estatal, Francisco Domínguez, Javier Urbalejo Cinco y Francisco Pérez Tejada, Panchito para sus amigos, son castrotrentistas. Muchos priístas consideran que el ahora Embajador de México en Argentina, Fernando Castro Trenti, debe dejar el control del priísmo bajacaliforniano. Todos ellos, dentro del castrotrentismo, teniendo el visto bueno de su jefe político, el diputado federal con licencia, no tendrían problema alguno.

Sin embargo, ninguno de ellos tendría ascendencia sobre el hankismo. Sería tanto como que no existieran y quizás hasta los hagan ver mal, hasta hacerlos fracasar en su encargo. Además, está muy marcada su postura en el sentido de calificar de traidores a los hankistas. El panhkismo, le llamó Fernando, por la evidente mezcla o relación entre PAN, Hank y Kiko.

Lo mismo podría decirse, en sentido contrario, de Carlos Barboza. Siendo hankista, sería apoyado y respaldado por los hankistas. Después de todo es su equipo y sólo requiere del visto bueno de “el patrón”. Sencillo.

En cambio, ante los castrotrentistas, no tendría autoridad o ascendencia alguna. Sería tanto como “chiflar en la loma”. Los llamados de Carlos, a trabajar o a propiciar la unidad partidista, solamente recibiría rechiflas de parte de la gente de Castro Trenti. Ya advirtieron que el panhkismo es un caballo de troya, que se pretende utilizar para penetrar y controlar al priísmo.

Queda por ahí Carlos Murguía, exdiputado local, identificado y apadrinado por el exgobernador Xicoténcatl Leyva Mortera. La fuerza política del leyvamorterismo ha disminuido tremendamente. No pinta. Por lo tanto, Carlitos no tiene la estatura política requerida para dirigir, dominar o coordinar al priísmo en la entidad. Que ni sueñe. Se respeta la audacia e ingenuidad de todos ellos, pero no están al tamaño que requieren las circunstancias.

Bueno, para acabar pronto, ni Fernando Castro Trenti, ni Jorge Hank Rhon, se someterían ante dirigente alguno del priísmo. Están acostumbrados a mandar y a que los obedezcan. Pero de eso, a que alguien les dé órdenes, está lejísimos. Definitivamente impensable.

Por eso, suponiendo que lo de ellos es realmente valentía, que para el caso es lo mismo que ingenuidad, llegar a ocupar la dirigencia estatal del PRI, sería algo así como meterse a la jaula de los leones y tratar de domarlos, o someterlos, con la simple palabra, sería un suicidio. Imagínenlos, nada más : -leoncito, leoncito, no tengas miedo, tranquilo leoncito, no te voy a hacer nada. Al abrir el hocico, la fiera se los traga enteros.

Allá ellos, si quieren seguir perdiendo el tiempo, tratando de convencer a los priístas de que ellos sí tienen el tamaño, el valor, la audacia y habilidad, para responder por el funcionamiento del priísmo en la entidad. Los escuchan, y quizás hasta les aplauden, para que no se sientan mal, pero nadie les cree. Seguro en silencio los compadecen y han de decir : -estos no saben, ni en la que se quieren meter.

Dadas las circunstancias, los priístas tienen un serio problema. Y como sin duda alguna será imposible que alguna de las dos principales corrientes políticas, castrotrentistas y hankistas, ceda para que sus respectivos rivales sean los mandones en el partido tricolor, pues es obvio que el tercero en discordia será de fuera y enviado desde la cúpula priísta nacional.

Lo cierto es que un fuereño, tampoco podrá con el paquete. Es más, ni aunque viniera el propio Presidente Peña Nieto. Sobre todo en estos momentos, que ni de chiste se anima a visitar a Baja California, para no sentir la repulsa de los bajacalifornianos. Incluyendo la de la mayoría de los priístas.

En política, ni los valientes, ni los ingenuos, por sí solos, no resuelven nada.


gil_lavenants@hotmail.com


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