Por Gerardo Díaz Valles
Los resultados del pasado 7 de Julio, nos sugieren varias lecciones que nos parece oportuno dimensionar y hacer llegar a nuestros caros políticos, a guisa de manual del buen candidato, el candidato que, de antemano es un ganador: Se humilde, si en verdad consideras que la política es un privilegio destinado para unos cuantos de poder servir a tus conciudadanos.
“Quien no vive para servir, no sirve para vivir” (Madre teresa de Calcuta Dixit). Rodéate de un buen equipo de trabajo, para partir de un buen proyecto de gobierno con una estrategia de mercado novedosa, atractiva, inteligente y vendible. Un candidato debe al menos parecer una persona honesta, proba y sin tacha. Máxime durante los días de campaña. Ten presente el dicho aquel de “si quieres conocer tu pasado, metete de candidato”. (Nota del autor: esta recomendación no es aplicable para el Ingeniero Jorge Hank Rohn). Digo, ya no se puede andar por allí rodeándote de auténticos capos, bribones y gañanes de marca, pretendiendo que eres un chingón, pues no verdad?. Por el contrario aquí es recomendable que te acompañes de héroes del deporte, personajes destacados con algún merito y reconocimiento social. Escucha los buenos consejos de quienes te rodean, especialmente a los reporteros y comunicadores profesionales de trayectoria y probado profesionalismo. Sabido es que la diferencia de un político con un estadista, es que el primero hace como que oye, mientras que el segundo sabe escuchar en su corazón las voces del pueblo y en ese susurro, muchos creemos que se filtra el hermoso murmullo del mismo Dios Viviente. Si eres proclive a dar entrada a chismes, habladurías y reportes baratos de sedicentes reporteros, usurpadores, advenedizos y falsos comunicadores. Cuidado!, te encaminaras a un callejón sin salida. Y por consecuencia a duro revés en tu incipiente carrera política. Ojo, si tienes un antecedente familiar de algún liderazgo, valóralo, dale lustre y considera la enorme responsabilidad que tienes al llevar ese apellido, ese legado de familia. No dilapides tu incipiente capital político en francachelas, devaneos, excesos, escándalos de sabanas o de alcoba. Esos asuntos deberás aprender a aprender a manejarlos en tu intimidad y consciencia. Es decir que para esos deslices, no tienes por qué llevarte a tus guaruras a tus echaderos. No seas sonso garañón. Midete!. Máxime si vives en un municipio tan chiquito como el nuestro. Ten siempre a la mano tus tarjetas informativas o fichas informativas, eslogans de campaña son recomendables. Y si te vas a meter en temas escabrosos como el aborto, las relaciones de pareja del mismo sexo, la pena de muerte, la legalización de la marihuana y otras hierbas, al menos busca una salida airosa y pon cara de que sabes de lo que estas hablando. Si cometes errores como seguro será, corrígelos de inmediato. Si no sabes hablar bien en público, acude a los clásicos, metete piedritas debajo de la lengua y acalla las bravas olas del océano. Y sobre todo nunca prometas lo que, ni por asomo cumplirás. Entiende que la gente no es tonta. Y si pierdes alguna contienda, asimila y madura, ten el temple y la mansedumbre de reconocer con gallardía que las tendencias no te favorecen. No hagas tanto pancho. Es cuanto!.
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