Cuarenta segundos al final del cuarto del debate entre los candidatos a gobernador que al parecer podrían terminar con las aspiraciones del tricolor de recuperar el gobierno del estado.
Castro Trenti, el Diablo, Burns, no sólo dijo que lo no quería él para sus hijos, no lo quería para Baja California, (olvidando que no es función del gobierno imponer criterios a los ciudadanos, sino garantizar la libertad y bienestar de sus gobernados) Mr. Burns fue un poco más lejos.
En su afán por buscar que el candidato de la coalición PAN-PRD, Francisco Kiko Vega, a.k.a Flanders, aclarará los interés de la alianza entre amarillos y azules (justificación que ofreció el equipo de campaña de CT tras la publicación del video con sus declaraciones); el Diablo afirmó que la ciudad de México era “el lugar del país donde todo lo que nosotros no queremos se hace realidad”.
Y las redes sociales se le fueron encima.
Si algo bueno se puede decir de la administración anterior es que supo impulsar, desde las cámaras, reformas legislativas a favor de la diversidad sexual y los derechos de los sectores más vulnerables, reformas contra la discriminación y violación de garantías individuales.
¿Insuficientes? Tal vez, pero ejemplo de apertura en México y Latinoamérica. Sin mencionar también la eficiente administración pública, transparencia y seguridad de la Ciudad de Mexico (en comparación con cualquier estado gobernado por el PRI en los últimos seis años).
¿A quién le hablaba Castro Trenti, pues, en ese cierre de debate?
Son tiempos de elecciones y sería ingenuo no suponer un interés electoral en esas declaraciones.
Según los especialistas, un 70% de la población mexicana, pocos más pocos menos, se oponen a las uniones entre personas del mismo sexo. Un número aún mayor a la adopción por parejas del mismo género.
Un día después del debate ni un sólo periódico local recogía las declaraciones del candidato tricolor. “Subvencionados” por los partidos políticos los medios de comunicación se han convertido en los dos últimos meses en un catálogo de desplegados y encuestas patrocinadas.
Pero están las redes. Y un video de cuarenta segundos podría ser la diferencia. Todo dependerá de ese 70%.
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