Por Gilberto Lavenant
Una de las principales críticas, señalamientos o acusaciones, que se han lanzado contra el Presidente electo Enrique Peña Nieto, es que es producto de la mercadotecnia política. Que es el candidato de la televisión, dicen.
La comercialización, mezclada con la política, parece un método sencillo e ideal para proyectar a cualquiera. Y si dá lugar a que determinado producto, industrial, médico, recreativo o alimenticio, sea conocido y consumido por el mayor número de personas, se supone que también puede dar efectos similares cuando se aplica a los individuos.
Pero no es tan simple como parece. Los expertos o conocedores de las técnicas de comercialización, ponderan su área de trabajo o especialidad y afirman que no cualquiera puede realizar o desempeñar ésta actividad. Como tampoco no cualquier individuo puede lograr la fama, por mera comercialización.
Son mucho los factores que se conjugan. Por supuesto, la experiencia de quien diseña la estrategia o programa de comercialización. Es sencillo contratar espacios o tiempos publicitarios en los medios de difusión. Eso no tiene mucha ciencia.
No obstante, el contenido y alcance de los mensajes o información a difundir, si es algo especial. Textos repetitivos, sugestivos, que trasciendan, que obliguen a la reflexión o a recordar frases, cifras, nombres.
Sin duda alguna, el factor principal, para el éxito de una comercialización, es la calidad del producto. Que sea de uso necesario o imprescindibles, mejor que otros, con una presentación que agrade a la vista, al olfato, al gusto. Y, desde luego, que dé el resultado prometido o esperado por el consumidor. Además, que esté en precio, accesible para los consumidores.
Es mucho más complejo, cuando se trata de promover a un individuo, mediante técnicas de comercialización. Depende el oficio, profesión o actividad básica que desempeña, la experiencia y desempeño exitoso. Hay individuos que se proyectan por sí solos. Lo único que requieren es algún escaparate o exhibidor.
Promover a un político, si que está “peliagudo”. Los políticos son los individuos más desprestigiados. Vencer la resistencia y la desconfianza ciudadana, requiere de una ardua tarea. En los anuncios utilizados para promover a un político, debería ser obligatorio poner leyendas como : nocivo para la salud y el bienestar de los mexicanos. O, cada quien es responsable de las consecuencias, por su consumo. Tómese con medida y precaución.
De que hay políticos excelentes, pues seguramente los hay. El problema es dar con ellos. La gran mayoría no son nada recomendables. Son falsos, hipócritas, traicioneros. Hacen promesas, que saben perfectamente no han de cumplir. Son de corta memoria, generalmente no recuerdan lo que dijeron o prometieron unas horas atrás. Los expertos en marketing político, no hacen milagros, ni son magos o adivinos.
Quizás resultaría sencillo, si el político reúne características tales como sencillez, humildad, sentido común, amabilidad e incluso buena presencia física. Prudente en su actuar, buena capacidad auditiva, agudeza visual, sensato, dinámico, facultad ejecutiva, don de mando, disciplina, cultura básica y que no sea flojo, para caminar, estudiar o leer, principalmente. Difícil, casi imposible.
Y podrían preguntar a qué viene todo esto. Pues que muchos políticos bajacalifornianos, preparándose para las elecciones del 2013, cuando se disputarán la gubernatura estatal, alcaldías y diputaciones, han decidido recurrir al marketing político, para ubicarse en las preferencias electorales. Todo indica que alguien les vendió un “curso express” de mercadotecnia.
Bajo cualquier pretexto, han mandado colocar sus fotografías en cartelones, pequeños o espectaculares. No dicen mucho, simplemente una foto y el nombre del pretenso. Suponen que eso será bastante, para que cuando se realice alguna encuesta, los ciudadanos los recuerden y mencionen. Sobre todo al votar en los comicios.
Esos son los políticos temporaleros. Esos que solamente aparecen en tiempos electorales. Que nunca abren la boca para manifestarse a favor o en contra de algún asunto específico.
Quienes deseen hacer carrera política, deben involucrarse en la problemática social, haciendo gestiones en beneficio de la comunidad, participando en la búsqueda de soluciones a la problemática social. Cuando menos opinar sobre los pros y los contras de determinada medida o acción.
Que los residentes de determinada colonia o zona popular, o incluso representantes o miembros de diversos sectores sociales o económicos, como el empresarial, los recuerden por el apoyo brindado.
Hay políticos, la gran mayoría, que acuden a las colonias de la periferia, únicamente en tiempos de campaña. Después, ni por la feria regresan. Así cómo.
Bueno, hay políticos, que ni siquiera conocen la ciudad o zona que pretenden gobernar o representar. Mucho menos la problemática y las posibles soluciones.
Las técnicas de comercialización, aplicadas a la política, no hacen milagros. No se puede proyectar positivamente, a un individuo gris, sin carisma, con una leyenda oscura, sin capacidad.
Sobre todo, deben saber, y reconocer, que en la política hay tiempos, previstos en la legislación electoral. Que actuar antes de tiempo, es motivo de sanción, además de que la ciudadanía percibe y califica su desesperación por vivir del presupuesto y no precisamente por sus deseos de servir a la comunidad.
gil_lavenants@hotmail.com
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