De acuerdo con las investigaciones científicas, todas las mujeres están provistas del llamado punto G, lo tienen, ahí está esperando a ser estimulado. No se trata de un “botón del placer” sino de un área completa que se ubica en la pared interna de la vagina, a más o menos dos o tres pulgadas hacia el estómago.
Paso a pasito llegarás
Lávate las manos y acuéstate en la cama con las piernas separadas como si estuvieras en el consultorio de tu ginecólogo. Asegúrate de colocar una cantidad generosa de lubricante en tu dedo del medio, insértalo en tu vagina con la palma de la mano hacia arriba.
El área del punto G se siente algo corrugada o áspera. Si no logras llegar hasta el punto con el dedo, puedes hacer uso de un consolador o vibrador.
En cuanto a posiciones, la tradicional del misionero con una (o varias) almohadas debajo de tus glúteos, o el “perrito” de pie son las dos posiciones más recomendables para estimular tu punto G.
Paso a pasito llegarás
Lávate las manos y acuéstate en la cama con las piernas separadas como si estuvieras en el consultorio de tu ginecólogo. Asegúrate de colocar una cantidad generosa de lubricante en tu dedo del medio, insértalo en tu vagina con la palma de la mano hacia arriba.
El área del punto G se siente algo corrugada o áspera. Si no logras llegar hasta el punto con el dedo, puedes hacer uso de un consolador o vibrador.
En cuanto a posiciones, la tradicional del misionero con una (o varias) almohadas debajo de tus glúteos, o el “perrito” de pie son las dos posiciones más recomendables para estimular tu punto G.
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