Por Jaime Flores Martinez (El Mexicano)
Indignadísimo por lo publicado en un portal de internet de Rosarito, el secretario de Seguridad Pública de Tijuana Alberto Capella Ibarra presentó una denuncia penal contra el periodista rosaritense Hugo Isaac Rea Ibarra por los delitos de difamación y calumnia. A don Alberto le dolió el periodicazo divulgado en Internet.
El jueves de la semana pasada Capella confirmó la denuncia, aunque ubica al ex director de la Policía de Tijuana Ricardo Hernández Garduño como autor intelectual de la campaña de desprestigio en su contra. Y es que el referido texto señala que el Ejército Mexicano ”investiga” a Capella luego del arresto del ex jefe policiaco de San Antonio de los Buenos Everardo Cruz Morales y 13 de sus elementos. Aparentemente esos policías comían en casa de “unos malandros” y por ello arribaron los militares. Se habla de “supuestos” porque el Ejército no exhibió a esos malandros como acostumbra. En una parte de su texto el periodista Rea cuestiona que la mayoría de los medios de comunicación pasaron por alto esa noticia seguramente porque “están maiceados”. Tan audaz periodista debe saber que –oficialmente—la información que publicó es inexistente. Al menos para el autor de Cicuta no existe prueba de ello. El sentido común indica que el Ejercito debió “darle vuelo” a esa noticia. ¡Solamente que los militares también estén “maiceados”!. La realidad es que –esos policías-- comían carne asada para celebrar el arribo de Everardo Cruz Morales a la jefatura de ese distrito policiaco. También es cierto que llegaron los militares ante una llamada anónima. Respecto a los supuestos “malandros”, el periodista Rea tiene cierta razón porque algunos de ellos portan uniforme. El caso es que no hubo ese arresto masivo y el portal de internet divulgó información no confirmada y con ello provocó que la hiel de Capella se derramara. Sobre los medios de comunicación que “se callaron la boca”, la respuesta es que –sobre ese tema—no hubo información oficial. Rea se olvidó del “maiceo” a los verdes. La paciencia de Capella debió saturarse al saber que el Ejército Mexicano aparentemente lo investigaba. Y decimos “aparentemente” porque sobre trabajos de inteligencia la milicia es muy reservada. La semana pasada, en entrevista con la periodista Dora Elena Cortés, el secretario Capella habría especulado sobre el interés de Ricardo H. Garduño por desprestigiarlo. Conste que la discreción del Ejercito no incluye a algunos de sus miembros. Capella destituyó a Garduño al escuchar una grabación donde el entonces director de la Policía hablaba pestes de Capella frente a un grupo de uniformados. Garduño no contaba que uno de los presentes lo grabaría y más tarde le entregaría la cinta a Capella. Apenas el lunes el explosivo secretario denuncio a Garduño por su responsabilidad en la filtración de versiones. Cierto que Garduño no es periodista, pero es militar y juega en las grandes ligas. Al menos eso refieren. El cese de Garduño hizo mucho ruido. La mayoría de los ciudadanos calificaron de injusta su destitución, hasta que un portal de internet divulgó la desaseada grabación. Luego de su cese fulminante y al ser parte de la milicia, Ricardo Garduño se concentró en la capital del país, donde ahora forma parte del Estado Mayor Presidencial. La sección donde labora se encarga de la seguridad del presidente electo Enrique Peña Nieto. Un dato (no confirmado por Cicuta) refiere que Garduño se mantiene en la nómina de la Secretaría de Seguridad Pública Municipal con un salario mensual de 22 mil pesos. Este detalle tendría que confirmarlo o negarlo Alberto Capella. Si este ultimo sospecha que Garduño se encuentra detrás de la información filtrada a la prensa, resultaría ilógico que lo tuviera en la nomina. Garduño seria un traidor al recibir un salario que no devenga y paralelamente filtra información (verídica o falsa). Otra versión (tampoco confirmada) señala que el periodista Hugo Isaac Rea mostró un correo electrónico que Garduño le envió para aplastarle la reputación a Capella. En ese correo referiría la eventual “desaparición “de una periodista identificada como Andrea Palacios. Sin entrar en detalles, Garduño sugiere que el secretario Capella es responsable de esa desaparición. A Andrea Palacios no la conocen en los medios de comunicación en el Estado. Tal vez este en otra entidad. El pasado fin de semana, Hugo Isaac Rea pidió la protección del gobierno federal para evitar que Capella “lo desaparezca”. Cicuta estima que el periodista Rea debe saber que --al ser denunciado--, difícilmente su acusador actuará en su contra. La denuncia presentada es --por si misma-- un antecedente de peso. Durante el fin de semana, en el programa televisivo Punto Crítico, el periodista Enrique Sánchez Díaz considero que Capella actuó con sensatez al denunciar al periodista. De otra manera hubiese implícitamente reconocido el arresto de sus policías y la aparente investigación del Ejercito. Además Hugo Rea debe saber que --muy difícilmente-- procederá una denuncia por difamación “si el acusado demuestra que se dedica al 100 por ciento a la labor periodística”. Cicuta sabe harto de eso. Y no se trata de lavarle la cara a Capella, mucho menos defenderlo de sus propios yerros. El tema de fondo es definir la eventual participación de Ricardo H Garduño en la supuesta campaña de desprestigio contra Capella. Más claro; de probarse que Garduño está detrás de las “filtraciones”, aumenta el riesgo es para los encargados de la seguridad de Peña Nieto. El antecedente de este hombre se direcciona hacia el presidente. Los desleales y traidores, simplemente, no caben. Comentarios; cicuta.info jaime.cicuta@gmail.com twitter@cicutajaimePosible complicidad del titular de la PDHBC y Alberto Capella
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