Por Gilberto Lavenant
Los políticos, de todos los partidos, reaccionan o asumen posturas, según su conveniencia y las circunstancias. En algunos casos la aparente postura es una simple “faramalla” o simulación, para hacer creer a otros su supuesta valentía o coraje, frente a un asunto o tema, que en realidad en ningún momento combatirán. Al menos mientras no les convenga.
El Gobernador de Baja California, José Guadalupe Osuna Millán, inició su gestión en el 2007. Un año después que el Presidente Felipe Calderón, ambos del Partido AcciónNacional. De manera complementaria, prácticamente todos los legisladores de Baja California, ante el Congreso de la Unión, fueron de extracción panista.
Cualquiera podría decir que en tales condiciones a los bajacalfornianos les debía ir “de perlas”. Presidente panista, gobernador panista y Senadores y diputados federales panistas, pues seguro habría entendimiento entre ellos, en beneficio de ésta entidad.
Pero no fue así, sino todo lo contrario. El gobierno federal panista, trató a los bajacalifornianos como extranjeros. Sí, los trató como si no fuesen mexicanos. Les aplicó disposiciones diversas que afectaron su economía, seriamente, que ocasionaron el cierre de empresas y el incremento en el desempleo.
La venta de automóviles usados, durante muchos años fue un magnífico negocio, no solo para los comerciantes, sino para carroceros, pintores, tapiceros, tramitadores, mecánicos y muchos otros.
El gobierno federal panista, decidió restringir o gravar la importación de vehículos usados, y se acabó el negocio. De nada valieron las gestiones de los comerciantes en autos usados para que se cancelara la medida centralista. Ni los escucharon, ni los vieron.
La zona fronteriza, de la que Baja California cuenta con una franja importante. Gracias al turismo, lograba buenos ingresos y subsistir pese a la crisis económicas mundiales. Pero al gobierno federal panista, se le ocurrió obstaculizar el paso por la frontera, estableciendo revisiones para dizque detectar el contrabando de armas y con ello disminuir la violencia en territorio mexicano. Las largas esperas en el cruce fronterizo, desalentaron al turismo, disminuyó el número de consumidores, con las lógicas consecuencias.
Una y otra vez, los comerciantes de la frontera protestaron y reclamaron la eliminación del llamado Siave. Nada lograron. Los “marcianos” del gobierno federal panista, ni los entendieron, ni los escucharon, ni los vieron. Todo siguió igual.
De las cosas más absurdas, dizque para frenar el lavado de dinero, supuestamente por parte del crímen organizado y esas cosas, restringieron el manejo de las divisas extranjeras. Resultó irónico, que el hacer depósitos bancarios de fuertes cantidades de dinero, convertía a los empresarios en sospechosos de dedicarse a actividades delictivas.
Pese a las protestas, no cambiaron las absurdas reglas. A lo más que se llegó, fue a flexionarlas un poco, ante la insistencia del Senador priísta Fernando CastroTrenti. En días pasados trascendió que a través del banco HSBC, se lavaron enormes cantidades de dinero, presuntamente provenientes del narcotráfico.
Eso evidenció que las medidas restrictivas para el manejo de divisas, fue una mera simulación y que no se aplicaron por parejo. Sin embargo, en Baja California, tuvieron un efecto negativo en la economía.
Curiosa y lamentablemente, los reclamos y protestas de los bajacalifornianos ante tales medidas centralistas, absurdas y lesivas, no encontraron respuesta favorable, ni respaldo efectivo, de parte de los legisladores panistas, el gobernador panista y el Presidente de la República, también panista.
Ni el Gobernador Osuna Millán, ni los legisladores panistas, se atrevieron a enfrentar al Presidente Felipe Calderón. Simplemente soslayaron sus medidas centralistas y Baja California padeció la condición de una colonia, sometida a los caprichos de un gobierno centralista.
Hace unos días, trascendió la supuesta pretensión de promover ante el gobierno federal la homologación del IVA, el Impuesto al Valor Agregado, que en Baja California equivale al 11% del precio de los productos, y que ahora sería del 16%, como en el resto del país.
Cabe observar que el tema fiscal, es competencia de la Secretaría de Hacienda del gobierno federal, o sea depende directamente del Presidente Felipe Calderón, quien en unos meses concluye su gestión. Se supone que bastaría que el gobernador panista de Baja California y los legisladores panistas, le soliciten que desista de tal intención. Y asunto arreglado.
Sin embargo, en lugar de acudir de inmediato a hacer dicha petición, en representación de los bajacalifornianos y además con la confianza de ser compañeros de partido, asumen posturas de aparentes defensores de los bajacalifornianos e incluso convocan a los representantes de todos los sectores para hacer un frente común.
Ayer, en Playas de Rosarito, el Gobernador Osuna Millán “apantalló” a varios, cuando convocó y logró reunir a los legisladores electos, de todos los partidos políticos, así como funcionarios de los cinco municipios, para constituir un frente común en contra de la homologación del IVA. Para que le ayuden a hacer una gestión que le corresponde a él y que no le implicaría mayor problema, toda vez que Calderón es su amigo y compañero de partido.
Los observadores se han percatado, que ésta postura de defensor, de líder de los bajacalifornianos, por parte de Osuna Millán, es simplemente una postura política, para tratar de mejorar la imágen que se tiene de los panistas en la entidad, donde los electores los han castigado severamente en los comicios del 2010 y 2012. Teme que en el 2013 los traten peor.
gil_lavenants@hotmail.com
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