sábado, 12 de noviembre de 2011

Palco de Prensa: La tragedia

Por Gilberto Lavenant
Muchos se resistían a creerlo. Falleció el Secretario de Gobernación José Francisco Blake Mora. El tijuanense que cuando estaba en riesgo de una expulsión de las filas del PAN, por la derrota panista en los comicios del 2010, saltó a la política nacional, hasta lograr colgarse de los “cuernos de la luna”.

Los efectos de esta tragedia, se pueden observar y determinar desde muchos angulos y puntos de vista. A nivel nacional, la pérdida del segundo hombre más fuerte, políticamente, del gobierno federal, es mucho más que una tragedia. El Presidente Calderón, por segunda ocasión, súbitamente se queda sin su brazo derecho. El 4 de noviembre del 2008, también en un accidente aéreo, falleció su amigo Juan Camilo Mouriño, siendo Secretario de Gobernación.

Entonces, Calderon quedó consternado. Había encontrado en Blake, el sustituto de Mouriño, no solo en la Secretaria de Gobernación, sino en el terreno afectivo. Presuntamente el destino de ambos era distinto. Calderón preparaba a Mouriño para que fuese su sucesor en la Presidencia de la República. A Blake, para que retornara a Baja California, a ostentar la gubernatura estatal, a partir del 2013.

Ambos proyectos abortaron, se aniquilaron al desplomarse las aeronaves en las que viajaban. A tres años de distancia, uno de otro, casi el mismo día, bueno a 7 días de diferencia. Muchos envidiaban la suerte de Blake. A mediados del 2010, luego de la derrota panista, en la que se perdieron los 5 ayuntamientos de Baja California y la mayoría de las posiciones en la Legislatura Estatal, lo culpaban de esa fea derrota, pues fue el operador político y no pudo rendir buenas cuentas.

Sin embargo, cuando parecía que terminaba su carrera política, brincó a un nivel superior. Su amigo Felipe Calderón, compañero de bancada en la Cámara de Diputados Federales, lo designa Secretario de Gobernación. Fue una sorpresa mayúscula, pues era peor que un novato en el terreno de la política nacional. Por todas partes se escuchaba la misma interrogante : ¿Quién es Blake ?

Con el transcurso del tiempo, mostró sensatez, coraje, audacia, en el cargo. Le entró de lleno a la interlocución con actores políticos de enorme experiencia y sobrados de mañas. Creció, bastante, políticamente hablando, en poco tiempo. Ya no era el “hermano Blake”, como le conocían en Baja California. Ahora le llamaban : “señor ministro”.

Blake quería regresar a Baja California, cuando conluya la gestión de su amigo Felipe Calderón. Es más, se estaba preparando para competir por la gubernatura de Baja California en el 2013. Hizo negociaciones, cuando le hablaron de la posibilidad de empatar las elecciones estatales, con las federales. Le pareció sencillo. Siendo amigo del Presidente, nadie objetaría sus deseos para que fuese postulado. Cuentan que ya se miraba compitiendo con el Senador priísta, Fernando Castro Trenti, quien también acarició esa posibilidad. Al final de cuentas, el tema se calentó tanto, que mejor lo hicieron a un lado. No obstante, Blake se aferraba a su proyecto de Gobernar la entidad.

Desde la Secretaria de Gobernación, le abrió las puertas de todas las dependencias federales al Gobernador José Guadalupe Osuna Millán, su antiguo jefe. Lupillo, aprovechaba el espaldarazo. A cambio, apoyaba a Blake para que formara las cimentaciones de su proyecto en Baja California, haciendo a un lado a sus posibles rivales.

Una vez encanchado en el terreno de la política nacional, empezó a maniobrar también en el terreno estatal. Cuentan que se friccionó seriamente con el exsenador Héctor Osuna Jaime, cuando este, con demasiada anticipación, anunció sus intenciones de contender por la gubernatura estatal. Dicen que desde las oficinas de la Secretaria de Gobernación, se alentaron indagatorias en torno a las labores de Osuna Jaime en la Cofetel. También trascendió que tuvo seria fricción con Cuauhtémoc Cardona Benavides, que soñaba con la gubernatura.

Otro asunto en el que se percibió la intervención de Blake, fue en la detención arbitraria del empresario priísta, Jorge Hank Ron, con lo que se pretendía eliminarlo de la lista de aspirantes a la gubernatura de Baja California. Se le hizo la lucha hasta el último momento, pero tan burdamente, que el poder judicial liberó al priísta. Hank, guardó distancia durante varios meses. Se resistía a hablar de sus aspiraciones políticas. Hasta hace unos días, que abiertamente dijo que sí aspira a ser gobernador. Ahora, sin Blake, quizás considere que ya no hay riesgos. 

Los efectos más serios, por el fallecimiento de Blake, se reflejarán en el terreno político estatal. Blake estaba preparando todo para no tener rival alguno, cuando se abriera el proceso electoral en la entidad, en el 2013. Quienes le conocían, dicen que frecuentemente se le veía en el área de San Diego. Que incluso, se hacían colectas para los gastos de precampaña.

Se supone que pronto empezaría venir con más frecuencia a Baja California. Necesitaba muestrearse, necesitaba, alcanzar popularidad. Era el político más encumbrado en la política nacional y en Baja California casi era un desconocido. El proyecto para el 2013, ya estaba armado. Obviamente no contaba que moriría, cuando aúm faltaban varios meses para empezar a calentar el ambiente en la entidad.

Quienes han de estar que no los calienta ni el sol, son los bajacalifornianos que Blake se había llevado a la Secretaria de Gobernación. Abortado el proyecto, tarde que temprano, tendrán que retornar a Baja California. Se les acabó la buena suerte. Sin padrino político, sin proyecto político, ya no hay mucho qué hacer, fuera de casa.

Por su parte, Felipe Calderón, las tragedias le agobian en el final de su camino. Primero Moruiño, luego Blake. Ahora tendrá que buscar un nuevo operador político, cuando está a punto de iniciar la contienda presidencial. La suya si que es mala suerte.

gil_lavenants@hotmail.com

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