Por Jaime Flores Martínez
Batracios: Resistiéndose a mostrar que sus afectos responden siempre a sus intereses económicos, al secretario general de gobierno de Rosarito Catalino Zavala Márquez no le importa maniobrar con absoluto descaro.
La mañana del pasado miércoles Zavala Márquez ordeno cancelar la licitación de la venta de chatarra, por no convenir a los intereses de sus amistades, es decir, a sus intereses .
Cuatro participantes en ese concurso acudieron el pasado miércoles a la Oficialía Mayor de Rosarito para entregar sus ofertas por escrito. La convocatoria publicada en los periódicos, señalaba que la oferta, como en todos los casos, debía entregarse en sobre cerrado.
Aunque esa convocatoria aseguraba que los participantes testificarían la postura de los demás concursantes, un empleado identificado como Héctor Cervantes, recogió las ofertas y se metió en su oficina. Luego de algunos minutos, el señor Cervantes salió a decir que la licitación se posponía debido a algunas irregularidades. El empleado les dijo que el Ayuntamiento no había solicitado la publicación de la convocatoria en el Diario Oficial del Estado y por ello el concurso debía aplazarse.
El rostro de los concursantes reflejo su desconcierto, pues el argumento dejo saber que algo andaba mal. Solamente el abogado Roberto Carrillo, conocido como El Sapo, uno de los concursantes, asumió este anuncio con sospechosa calma. Con el colmillo retorcido el famoso Sapo pudo pensar; si no es ahora, será después. Sin embargo la reacción serena de el Sapo no fue compartida por los otros postores. Uno de ellos, identificado como Roberto Mendoza, se acerco a Cervantes para arrebatarle su sobre. ¿Cómo se atrevía a decirles que "podían dejarle sus propuestas" hasta que se efectuara el concurso? ¿Los creía tan imbéciles? !Que tarados se los hallo!
Un alto funcionario rosaritense confirmo a Cicuta que Héctor Cervantes, el empleado de la Oficialía Mayor encargado del tema, siempre estuvo contacto con Catalino Zavala Márquez, quien lo instruyo para que en la mentada licitación el ganador fuera el Sapo, representante directo de Alessandro Yee, quien a su vez da la cara por los dueños de Grúas Salceda.
Resulta que los 188 vehículos en desuso o chatarra, se encuentran almacenados en predios propiedad de la familia Salceda y muchos de los vehículos en cuestión habrían sido desmantelados. Las partes de los autos fueron vendidas y los motores rematados. De esos 188 autos, 23 de ellos debían encontrase en condiciones aceptables, pues los modelos oscilan entre el año 2000 y 2004. Quienes decidieron participar en la licitación revisaron los depósitos de automóviles y allí pudieron darse cuenta de las condiciones que presentaban y por ello decidieron replantear su oferta.
Se supone que Cervantes se mostro agobiado al encontrarse ante la presión de Catalino y la exigencia de los ponentes. Tanta fue la molestia de los frustrados participantes que accedió a entregarles un documento firmado por el sindico procurador Roberto Carlos Perales; por el regidor presidente de la Comisión de Administración Publica Diego Alfonso Ramírez; el oficial mayor Emilio Rodríguez Ibarra y por el tesorero municipal Manuel Zermeño Chávez.
Dicho documento hace alusión al “error involuntario” de no haberse publicado en el Diario Oficial del Estado. Con ello “no se dio debido cumplimiento a las disposiciones establecidas y por ello se levanta la presente acta para todos los efectos legales procedentes firmando al calce los que en ella intervienen”. En seguida la rúbrica de los mencionados.
El caso es que dicha convocatoria si fue publicada en el Diario Oficial del Estado el 22 de julio, es decir, 5 días antes de realizarse la licitación. Cicuta tiene una copia del periódico oficial. Pareciera ilógico que ninguno de los firmantes se percato que el concurso no tenia motivo para cancelarse. ¡Quiere decir que Catalino Zavala maniobro para cancelar la licitación!
Con las reservas del caso, el informante de Cicuta señala que Catalino Zavala Márquez decidió meter la mano para cancelar esa licitación, pues afectaría los intereses de la “novia” de otro funcionario público considerado su amigo. Se supone que ese funcionario le pidió a Catalino que la empresa ganadora del concurso fueran los familiares de su amiga querida. Total su pedazo de pastel estaba garantizado.
A propósito del tema, el señor Pablo Cota, actual director de Regulación Municipal, dejara el cargo en cuestión de horas porque ya no aguanta la presión del secretario de gobierno Catalino Zavala Márquez. Este ultimo insiste en colocarle su zapato en el cuello para poder tener injerencia en asuntos relacionados con comerciantes ambulantes y propietarios de giros negros.
A Catalino le repatea que Cota lo ignore, y que los acuerdos los haga directamente con el alcalde Javier Robles Aguirre. Finalmente logro fastidiarle la existencia y Pablo Cota decidió entregar la estafeta. El no está dispuesto a servir de tapete a un personaje tan ambicioso que ya se siente candidato a la alcaldía de Rosarito.
Trip
Ah, un dato adicional. El pasado fin de semana fueron vistos en los Cabos Baja California Sur el alcalde de Rosarito Javier Robles Aguirre, el primer regidor Antonio Serret y el sindico procurador Roberto Carlos Perales. Los tres andaban muy bien acompañados. Se supone que este trío se había trasladado a la capital mexicana para realizar gestiones relacionadas con el gobierno rosaritense. Tal vez el avión registro algún desperfecto mecánico y debió aterrizar en los Cabos para su reparación. La compostura, por cierto, duro sábado y domingo.
Comentarios: cicuta45@gmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario