viernes, 17 de junio de 2011

Contacto Directo

Por Teresa Gurza
La noticia de esta semana en Chile fue sin duda, la visita del presidente electo del Perú Ollanta Humala; que sirvió para establecer lo que él y el presidente chileno Sebastián Piñera, calificaron como “diplomacia presidencial”.

Que consiste en que una vez que Humala tome posesión el próximo 28 de julio, ambos establecerán una constante comunicación telefónica para evitar o solucionar cualquier problema; y que su agenda estará abierta a tratar el asunto que sea necesario.
 
Temor hubo en Chile al conocerse el triunfo de Humala por considerar que su administración tornaría más difíciles, las ya de por sí tensas relaciones entre los dos países.
 
Pero la estadía de varias horas de Humala en Santiago, a donde llegó con su esposa Nadine Heredía, pareció disipar los miedos; al menos por ahora.
 
Ya a los pocos minutos de haber llegado, en un vuelo que estuvo a punto de no salir porque la nube de cenizas del volcán chileno Puyehue impedían los vuelos desde Argentina donde se detuvo como parte de su primera gira por las naciones vecinas, el próximo mandatario peruano indicó que su viaje a Chile “valió la pena”; y que lo hubiera realizado aún en autobús.
 
Y su posterior encuentro de dos horas con Piñera fue tan cordial y amable, que cuando el presidente chileno le comentó que su genealogía incluía parientes peruanos, Humala respondió bromeando que tal vez era "heredero del Inca Huayna Capac" y que podría darle la ciudadanía peruana.
 
En el mismo tono distendido Piñera le recomendó disfrutar estos días, “porque el periodo entre que uno gana y el día que asume la Presidencia es el más bonito”.
 
Pero no todo fueron bromas y consejos, también hablaron de temas considerados como “sensibles”; entre los que sin duda ocupa lugar principal, el diferendo por límites marítimos que llevó a Perú a presentar una demanda contra Chile ante la Corte de la Haya.
 
Al respecto Piñera y Humala se comprometieron a respetar “como dos países civilizados”, el fallo de ese tribunal jurídico internacional; sea el que fuere.
 
Al igual que Piñera, políticos chilenos de diversos partidos declararon tener confianza en la nueva relación que se abre en la historia de ambas naciones; y dijeron que la actitud amistosa que mostró Humala hacía Chile y su presidente, permitirá avanzar más que en el pasado.
 
Se habló de energía, y Humala ofreció vender a Chile electricidad; y de intercambio de presos.
 
Y por supuesto de migración, ya que hay alrededor de 130 mil peruanos trabajando en Chile, principalmente en el ramo de los servicios y en casas.
 
Preocupado de las condiciones de vida de sus compatriotas, Humala pidió a Piñera que a los que los tienen, se les reconozcan sus títulos profesionales para que puedan acceder a mejores empleos; y ofreció reciprocidad a los chilenos residentes en el Perú.
 
Según los entendidos los resquemores sobre Humala y su posible “antichilenismo”, vienen tanto de su formación militar como de sus antecedentes familiares.
 
Y es que su padre Isaac Humala, fue fundador del etnonacionalismo; corriente radical que pretendía reivindicar la "raza cobriza" y tiene como héroe a Andrés Avelino Cáceres, que en la Guerra del Pacífico entre Perú y Chile nunca se rindió ante los soldados chilenos.
 
Pudieron también ser ocasionados por dichos de Humala, que apenas el pasado mes de abril indicó que sería un "buen mensaje" que Chile "pidiera perdón" a Perú por los abusos de la Guerra del Pacífico; aunque luego recapacitó diciendo que no corresponde exigir nada al gobierno chileno.
 
Se temía así mismo, que Humala resultara “demasiado de izquierda” y muy cercano al presidente de Venezuela Hugo Chávez, quien no es muy bien visto por acá.
 
Pero él ha repetido que no es ni de izquierda ni de derecha, sino de abajo.
 
Por lo pronto todos respiran aliviados porque las cosas con el Perú de Humala parecen ir mejor, mucho mejor que lo que se pensaba… 

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