viernes, 6 de mayo de 2011

Palco de Prensa: Políticos cínicos

Por Gilberto Lavenant
El cinismo, o la falta de vergüenza, puede ser considerado como otro de los factores esenciales de los políticos, aunque parezca pleonasmo, aberración o como quieran llamarle.
La desvergüenza dá lugar a hacer cosas que la honestidad no permite. Cínico es aquel que no le dá pena que lo descubran cometiendo fechorías. Es más, quizás le pueda hacer sentir mal, no ser reconocido públicamente como pillo, pese a que lo es y se esfuerza constantemente para demostrarlo.



El cínico se crece, o sea se hace más cínico, cuando la parte acusadora es tibia, titubea. Es como un reto. Como ocurre con el audaz que se lanza al ruedo a azuzar al toro. Si le coje desprevenido, pues ni modo, pero si logra burlarlo, pues aumenta su cinismo.



Esto es más o menos lo que ha estado ocurriendo con el XX Ayuntamiento de Tijuana y algunos de los integrantes del XIX Ayuntamiento, encabezados por el panista Jorge Ramos Hernández. Las numerosas leyendas urbanas que se han tejido en torno a sus presuntas fechorías, cometidas durante su gestión, no han logrado pasar de ahí.



A cinco meses del inicio de la administración del priísta Carlos Bustamante Anchondo, parece que sus colaboradores no han encontrado elementos suficientes para emprender acciones legales en contra de sus antecesores panistas. Se la han pasado con simples bravatas, amenazas veladas, pero nada concreto.



Que descubrieron decenas de carteleras publicitarias por doquier, ilegales. No se sabe, que algún empresario, funcionario o exfuncionario, haya sido sancionado por ello. Quizás simplemente los “sometieron” a control, previo pago de “cooperaciones”. Quizás.



Se decía que el transporte público era un caos, que había cientos de taxis piratas o clonados. El caos continua, es innegable, pero los funcionarios públicos del ramo no se percatan de ello. Nuevas leyendas urbanas empiezan a surgir, sustituyendo a las antiguas, en las que los nuevos funcionarios municipales son los protagonistas principales. Cambian los monos, no las mañas. Dicen.



Del propio exAlcalde panista, Jorge Ramos Hernández, se dijeron muchas cosas. Haciendo gala de cinismo, aparece en defensa de sí mismo, en evidente campaña publicitaria, sin que hasta la fecha sus presuntos acusadores hayan emprendido acciones legales concretas. Los días transcurren y hay quienes ya no distinguen si las irregularidades achacadas al panista, ahora corresponden al priísta. No parece haber diferencia alguna entre uno y otro.



Uno de los casos más notables, aunque no sorprendentes, en esto de hacer gala de cinismo, lo es el del controvertido Gustavo Lemus, el exdirector de reglamentos municipales, aquel que fue balconeado cuando en charla, vía aparato móvil, con un propietario de giros negros, comentaba jocoso la intromisión directa del Gobernador Osuna Millán y del Alcalde Ramos Hernández, para imponer a Carlitos Torres Torres como candidato panista a Alcalde de Tijuana.



No obstante la gravedad de las revelaciones, ni se investigaron, ni se sancionó al “bocón” funcionario. Simplemente se le dieron unos días de descanso, supuestamente muy merecidos, y luego retornó a seguir cobrando, pero no a trabajar.



La Sindicatura lo cita para que aclare la razón por la cual siguió cobrando como jefe de reglamentos, durante varios meses después de haber sido destituido. Este individuo, haciendo gala de cinismo, comparece y dice que cobró porque siguió trabajando, pero ahora asignado a la Secretaria General de Gobierno Municipal, entonces a cargo de Enrique Méndez, actual dirigente municipal del PAN en Tijuana. ¡Gulppp!.



Y el susodicho, ni suda, ni se acongoja. No conoce la pena. El cinismo le brota por todos los poros de la piel. Ríe con descaro y aparenta ingenuidad en sus declaraciones. Dice desconocer de qué se le acusa. Como presumiendo que nada malo ha hecho.



Quizás piense que la Síndico Procuradora, que de profesión es arquitecta, doña Yolanda Enríquez, no será capaz de fincarle responsabilidades. Por ello ríe cínicamente.



Avanza el sexto mes del XX Ayuntamiento a cargo del priísta Carlos Bustamante Anchondo y no se ve nada claro, en torno al deslinde de responsabilidades respecto de las fallas o excesos cometidos por funcionarios del XIX Ayuntamiento.



Lo de la concesión del estacionamiento público, había generado inquietudes entre varios regidores. Se pensaba en la posibilidad de iniciar una investigación, analizar los elementos del caso y determinar si es factible revocarla. Sobre todo por las aparentes irregularidades detectadas. Entre ellas, la invasión de vialidades.



Parece que la consigna general es no hacer olas y dejar a la autoridad divina el castigo a los malos funcionarios públicos municipales. Empero, a los cínicos, lo que menos les preocupa son las cuestiones religiosas.



gil_lavenants@hotmail.com

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