Por Gilberto Lavenant
La determinación del Senador priísta, Fernando Castro Trenti, de aclarar y precisar que no renunciará a su cargo legislativo para contender por la gubernatura estatal, ante un posible empate electoral en el 2012, que parecía casi inminente, desconcertó hasta a los propios priístas. Sin duda alguna.
Este es un tema, con múltiples aspectos a comentar, que requiere de precisiones. Incluso a partir del título de Palco de Prensa de ayer domingo : “Fallido autodestape”, en que se hace referencia al posicionamiento y definición del proyecto político de Castro Trenti, que a partir del sábado, es diametralmente distinto u opuesto al que muchos habían percibido.
Para empezar, todavía hay quienes se niegan a reconocer que los periodistas, al menos el columnista autor de Palco de Prensa, no es protagonista, ni teje, maquina, organiza o programa actos, eventos o trayectorias políticas de alguien. Solamente transmite información o percepciones, apunta y critica, describe y comenta. El que Castro Trenti llegue a ser candidato a la gubernatura o incluso a la Presidencia de la República, ni beneficia, ni perjudica al columnista. No anda buscando chamba, pues.
El trabajo periodístico, tiene privilegios y tiene riesgos. Vá más allá de simplemente pensar en voz alta. Lo que se piensa, se escribe. Lo que se escribe, se expone públicamente. Lo primero que se requiere para ser periodista, es no ser cobarde, para decir abiertamente lo que se piensa. Cualquier cobarde se esconde en el anonimato para insultar o descalificar. Como tampoco se debe ser “barbero” o pregonero de nadie.
El trabajo periodístico, al menos el de Palco de Prensa, a algunos les atiende y cubre su interés personal, les invita a la reflexión y a otros les incomoda, les afecta, les desagrada y entonces desahogan en contra del periodista sus frustraciones, sus cobardías. Culpan al periodista, cual si fuese el autor intelectual de los hechos que comenta, apunta o critica. Le adjudican protagonismos o autorías que no le corresponden. Todo, con la malévola intención de descalificarlo. Como si eso cambiara las cosas. Los periodistas solo son relatores y críticos de aconteceres. Corresponde a cada quien hacer sus propias conjeturas o reflexiones. A nadie se le obliga a leer lo que le incomoda o resulta molesto.
¿ Por qué lo de fallido autodestape ?
Porque desde que Fernando Castro Trenti puso en marcha el programa de Fuerza Baja California y lo empezó a promover como un movimiento ciudadano, tendiente a cambiar las cosas que lastiman o afectan a los bajacalifornianos, se percibió como una anticipada campaña hacia la gubernatura estatal.
En cuanto surge la propuesta priísta para empatar las elecciones estatales con las federales, en el 2012, pareció que se estaba haciendo un traje a la medida, para vestir de candidato a Fernando. Básicamente así se percibió.
Por eso el recelo de los panistas. Por eso la resistencia, pues no estaban dispuestos a facilitarle el camino a su principal rival político. Por ello hablaban de que era apresurado el empate, que estaban de acuerdo en lograrlo, pero que fuese hasta el 2018. Ahora la resistencia a no llegar al empate en el 2012, no se apellida Castro Trenti, sino Blake Mora. El empate para el 2012, privilegia al actual Secretario de Gobernación y pone en desventaja a todos los demás panistas que aspiran a la gubernatura estatal. El cargo dá poder y el poder está por encima de cualidades y capacidades personales. Poder, mata carita, pues.
Pero regresando a lo de “Fallido autodestape”. No se puede hablar de “fallido destape”, porque el “partido” –el escenario donde presuntamente surgiría el precandidato- era organizado por Fernando. La “cancha” en que se desarrollaba el evento, la rentó o contrató Fernando. El “balón” –la temática de Fuerza Baja California- es de Fernando. De haberse dado el destape, aunque aparentemente hubiese sido expontáneo, súbito, natural, todo mundo lo habría considerado como un autodestape.
Pero no le falló a Castro Trenti, pensando en que alguien le haya echado a perder sus planes. Les falló a quienes ya le miraban como candidato y no resistían la tentación de lanzarse en sus brazos, para presumir que fueron los primeros y por lo tanto ganarse su simpatía y su atención. Si el sábado, algún expontáneo hubiese proclamado, a manera de destape, la presunta precandidatura de Castro Trenti, muchos lo habrían imitado.
Pero resulta que en lugar de destape, o autodestape, como quieran llamarle, el protagonista estelar les dice que no renunciará al cargo de Senador, que no tiene interés alguno en el empate electoral. Prácticamente, que se pospondría el presumido destape, pues al menos él no sería candidato en el 2012. Les rompió las ilusiones a muchos que ya se miraban a su lado chambeando en la campaña electoral por la gubernatura, que les garantizaría vivir del presupuesto estatal durante seis años.
Para esos sedicentes castrotrentistas fue “fallido autodestape”, pues ahora tendrán que esperar a que se desarrollen los comicios federales del 2012, esperar que el resultado sea favorable para el priísta que contienda por la silla presidencial y observar si entonces las condiciones favorecen a Castro Trenti, o a cualquier otro.
Y que quede claro, Castro Trenti dijo que no renunciará al cargo de Senador, pero no dijo que fuese a renunciar a sus aspiraciones por la gubernatura. Los implementos de campaña, que presuntamente se empezarían a utilizar en cualquier momento, simplemente se guardarán varios meses más, hasta que pase la “grande”.
Todavía hay mucha tela que cortar en torno a esto. Los planes futuros de Fuerza Baja California, por ejemplo, o las razones por las que Castro Trenti pospuso su proyecto político. Todavía hay muchas precisiones por hacer.
gil_lavenants@hotmail.com
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