miércoles, 20 de octubre de 2010

“Buena Suerte”, el augurio de un hogar digno en el DF

MEXICO.- Son las tres de la tarde. A lo lejos un sonido de olla exprés se escucha, parece ser que en la casa de algún vecino la comida está por ser terminada. Sobre un pasillo, de lado a lado, se dejan ver algo parecido a “cajas de regalos”, las casitas que fueron construidas por las familias que pertenecen al predio “Buena Suerte”.
Si se sigue caminando, encontraremos aquellos espacios deshabitados, donde los niños juegan con las maderas sucias y los polines que los antiguos dueños dejaron, son aproximadamente unos 400 metros que tienen que recorrer para poder llegar a los sanitarios colectivos, los mismos que constantemente están en uso, pues sólo cuentan con 4 tazas para mujeres y 3 más para los hombres.

“Buena Suerte”, así nombraron al predio donde llegaron desde hace más de dos años medio centenar de familias originarias de diferentes estados de la república. Actualmente poco más de 70 familias habitan esa calle.

Martha Domínguez, proviene del municipio El Márquez estado de Querétaro, tiene solamente 8 meses de radicar en el Distrito Federal, vive en “Buena Suerte” junto con sus siete hijos y, con ayuda de los vecinos, construyeron su espacio: un cuarto elaborado con cuatro maderas amarradas entre sí, para no caerse, y recubiertos con un lona que reciclaron de una fábrica. El techo de su espacio es un plástico que fue donado por Pepe Sánchez, vecino de Martha.

“Nosotros nos venimos para acá, porque allá nos endeudamos y decía mi esposo que había que venir a la capital para trabajar y pagar, ya después vemos cómo compramos nuevamente nuestro terrenos, pero quién iba a pensar que la capital sería muy grande.

Gracias a Dios me encontré a don Ángel que estaba repartiendo unas hojas que decían que daban casa, y que le pregunto, y pues Antorcha me ayudó, y véanme, aquí estamos”, mencionó Martha, mientras limpiaba su piso de tierra.

Según datos del Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática (Inegi), el Distrito Federal recibe a más de 10 mil personas al año, provenientes de otras entidades del país. Personas que viene en busca de un mejor futuro, pero que no tiene un espacio donde puedan residir.

Del total de los habitantes de la capital, sólo el 79 por ciento de los ciudadanos tienen una casa-habitación propia, el otro 21 por ciento, se ven en la necesidad de rentar o luchar por un espacio en el Distrito Federal.

De ese porcentaje que se sostiene rentando algún espacio, el 43 por ciento de estas familias tienen a la madre como el único sustento económico.

Así, de los 85 millones de pobres que existen en el país, un aproximado de 2 millones radican en el DF (según la misma institución). La mayoría se incorporan a la pobreza por la falta de un espacio propio donde vivir. 


El Instituto de la Vivienda del Distrito Federal (INVI), inaugura alrededor de 15 unidades habitacionales por año, lo que representa un total de 2 mil 300 familias beneficiadas, aproximadamente, de las cuales sólo 2 acciones son para familias populares, a través de crédito; 7 son de tipo empresarial y 5 de manejo privado.

La casa-habitación que tiene Martha, está conformada por una litera donde se acomodan los 8 habitantes del hogar, una mesa que pareciera juego de té de alguna niña por su reducido tamaño, una grabadora que por su aspecto físico parece que ya tiene años dando servicio, una parrilla de luz y, por último, un cuadro de la Virgen María.

Martha, quien sostiene a su bebé en brazos, llama a Jesús, uno de sus 7 hijos, “dile a doña Perla si me regala tantito aceite”, da la orden al pequeño y éste sale como si supiera el procedimiento de costumbre.

Cuando esta mujer humilde llegó al predio, los habitantes de “Buena Suerte”, le dotaron de una pequeña despensa, pues don José, esposo de Martha no tenía trabajo aún. Ella cuenta con tristeza los aconteceres que pasaban día con día en el predio. “Una vez, cuando estábamos durmiendo cayó un aguacero que no paró en toda la noche. Como a las 3 de la madrugada, se nos vino el plástico que funciona como techo encima de nosotros, los compañeros no ayudaron, y nos metimos en la bodega hasta amanecer”.

La Comisión de Personas en Estado de Vulnerabilidad del Distrito Federal, menciona que 2 de cada 10 personas que habitan en el DF viven en condiciones vulnerables, ya sea debajo de un puente, en un edificio viejo, a lado de una avenida o simplemente tirados en los basureros.

Aunque Martha hoy se encuentra en mejores condiciones en comparación a cuando llegó, está luchando por un mejorara sus condiciones de vida. Al igual que ella, 175 familias más inaugurarán una Unidad Habitacional que está siendo construida en Iztapalapa, gracias al apoyo y a la gestión que realizaron, encabezados por el Movimiento Antorchista.

“Buena Suerte”, es la cobija de más de 73 familias que tiene una esperanza de cambiar sus condiciones de vida, y aunque el destino no depende del azar, ellos le apuestan a su trabajo para conseguir su hogar.

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