miércoles, 25 de agosto de 2010

COLUMNA: Palco de Prensa

* La traición
Por Gilberto Lavenánt

No se habla de otra cosa en Baja California e incluso en el Distrito Federal. La traición en el Congreso del Estado, personificada o ejecutada, materialmente hablando, por la diputada priísta Edna Pérez Corona.

Por si no saben de qué se trata, vamos a precisarlo de la manera más sencilla. Los panistas, tras la derrota, en los comicios del 4 de julio, durante los próximos tres años dejarán de ser mayoría en la Legislatura Estatal, así es que ya no podrán recurrir a la infalible fórmula del mayoriteo, que les daba la posibilidad de “legislar” a su gusto e incluso de cumplir caprichos del Gobernador Osuna Millán.

Uno de estos últimos caprichos, consistió en reformar la Constitución Política del Estado, para modificar la estructura del Consejo de la Judicatura, de tal forma, dicen, que facilite al Ejecutivo del Estado manipular y controlar al Poder Judicial. Aunado a ello la ratificación de Magistrados, tanto los del Tribunal Superior de Justicia, como los del Tribunal Electoral, lo que se presume beneficia a los panistas y frena las aspiraciones de chamba de muchos priístas.

Es delicado esto, en cuanto a que se juega con la imagen e integridad de uno de los tres poderes, el encargado de administrar justicia, así como con la imagen e integridad de los magistrados y consejeros, que, salvo prueba en contrario, merecen respeto y no se les debe considerar que puedan estar subordinados a los caprichos del ejecutivo. Pero ese, es otro rollo.

Lo importante es analizar lo de la traición. Los panistas, para lograr la aprobación de tales reformas constitucionales, necesitaban superar la mayoría simple. Dicho en otras palabras, ellos solos, no bastaban para sacar adelante su propuesta. Requerian alianzas, además de las que ya tenian. Juntaban en total 16 votos y requerian al menos uno más.

Sabedores de este impedimento, los diputados priístas, junto con Juan Macklis Anaya, del Partido Verde Ecologista, establecieron un compromiso, para rechazar las propuestas panistas. Esto avalado por el Comité Ejecutivo Nacional. El anuncio de este pacto lo hicieron desde el domingo 15 de Agosto.

El lunes 23 de agosto, la fecha para el pleno de la Legislatura Estatal, en donde habría de resolverse la propuesta panista, los priístas se negaron a comparecer, a fin de que no hubiera duda alguna de que los panistas no lograrían la mayoría calificada, requerida para ello. Enorme fue la propuesta de ver que acudió la priísta, Edna Pérez Corona, quien olvidando el pacto partidista, levantó la mano a favor de la propuesta panista. Fue el voto 17 que requerian para cumplir su capricho. Y lo lograron, en base a una traición.

Mientras los panistas celebran haber logrado su capricho, los priístas andan emberrinchados, molestos, frustrados, endiablados. Se quieren comer viva a la traidora diputada priísta Edna Pérez Corona.

Lo interesante es que los priísta están seguros que esta traición, no fue una ocurrencia personal de la flamante legisladora, sino que atrás de ella hay autores intelectuales, negociadores, manipuladores. El diputado Enrique Acosta Fragoso, vicecoordinador de la fracción parlamentaria priísta, afirma que detrás de todo esto está Mario Madrigal Magaña, exdirigente estatal del PRI y Jorge Hank Rhon, propietario del centro hípico de Tijuana y excandidato priísta a la gubernatura estatal. La acusación es muy seria. Quizás la hace porque tiene los “pelos de la burra en la mano”, aunque en este caso habría que decir que “los pelos del galgo”. Quienes investigan dicen que todo está “caliente”.

¿Cuál fue el precio de esta traición ? Nadie sabe con exactitud. Dicen por ahí que Hank tenía compromisos con el Gobernador Osuna Millán, surgidos de facilidades para la operación de sus casinos. Puede ser. No se explica, ni se justifica, de otra manera.

¿Qué le ofrecieron o cuánto le pagaron a la diputada Pérez Corona, por su voto, y quien la “maiceo” ?, tampoco nadie está cierto de eso, pero tarde que temprano se sabrá. Unos dícen que al dejar la legislatura, ocupará un puesto en la administración estatal. Otros dicen que a la mejor la ven de cajera en alguno de los casinos de Hank. Puede ser. Eso responderá a los cuestionamientos que hoy se hacen.

Lo cierto es que los traidores, también pagan un precio por ello. De Edna, se dice que acabó de fea manera su corta carrera política. Que sufrirá en carne propia el repudio de los priístas, que en breve iniciarán el proceso de su expulsión. Los panistas, seguramente ni las gracias le darán y si acaso la contratan, será de manera temporal, solo para saldar cuentas.

De los supuestos autores intelectuales, Hank Rhon y su operador político, Mario Madrigal, se dicen muchas cosas. Que el dueño del centro hípico sacrificó con dicha traición sus aspiraciones por la gubernatura estatal en el 2013. Las traiciones generalmente nunca se olvidan.

De Mario Madrigal, operador político de Hank, se dice que habla mal de sus habilidades, el que se haya evidenciado su participación en todo esto. Que su labor fue demasiado burda. Que no es tan hábil como parece o presume. Que sus días dentro del PRI, también podrían estar contados.

Y, como dicen por ahí, nadie sabe para quien trabaja, pues con esta traición, el principal beneficiado lo es el “diablo”, el Senador Fernando Castro Trenti, pues al poner a Hank y a su gente, en el banquillo de los acusados, por este traición partidista, le dejan el camino libre en sus aspiraciones políticas. Todo, por una traición.

gil_Lavenant@hotmail.com

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