miércoles, 21 de abril de 2010

COLUMNA: Palco de Prensa

* Los curriculums
Por Gilberto Lavenant


Cuando una persona anda en busca de chamba, lo primero que tiene que hacer es elaborar su curriclum, o sea una síntesis en la que se contengan sus datos personales, estudios profesionales y experiencia laboral. Básicamente.

Pero hay que tener cuidado. Se debe guardar un balance y no ponerle demás –aunque sea cierto- pues en lugar de lograr la chamba, corren el riesgo de ser rechazados.

La idea general que se tiene -advertencia para los buscadores de empleo- es de que más vale jóven e inexperto, para formarlo y desarrollarlo, que viejo y experto, quizás con vicios o mañas, que difícilmente se le olvidarán.

Pero la razón de más peso por la que rechazan a un “buscachambas”, es que entre más preparado, profesionalmente hablando, o por cuestión de experiencias, reclamará mayor sueldo que un principante o inexperto. Los hay que aceptan un empleo, aunque les paguen un sueldo simbólico. La ganancia será la experiencia que obtengan en el empleo, que en el futuro acumularán a su curriculum personal.

Si este método se utilizara en política, por ejemplo para seleccionar a quienes aspiran por la chamba de Alcalde de Tijuana, sin duda alguna que al candidato priista Carlos Bustamante Anchondo, de inmediato lo rechazarían. Tiene un curriculum kilométrico y probablemente quiera ganar un sueldo, de acuerdo a su preparación y experiencia. Podría decirse, aunque parezca exageración, que por capacidad y experiencia, es un “lujo” que Tijuana no puede pagar.

En ese terreno y bajo esos parámetros, el seleccionado y contratado lo sería el jóven candidato panista Carlos Alberto Torres Torres. Su curriculum es sumamente modesto. Podría decirse que su juventud justifica su inexperiencia y entonces deberían pagarle un sueldo simbólico. Con la promesa –la eterna promesa patronal- de mejorarle el salario, cuando ya haya logrado experiencia en eso de gobernar.

La advertencia en contra de tal proceder es en el sentido de que en el sector privado puede resultar cómodo y económico aceptar la inexperiencia, para complementar y fortalecer su plantilla de personal o para echar a andar un proyecto, pero en política no se valen los experimentos, pues los posibles beneficios, o perjuicios, son para la ciudadanía. Los períodos de gobierno son tan cortos, principalmente a nivel municipal, que tres años no bastan para aprender a gobernar y no se puede recurrir a la gastada frase de que “echando a perder, se aprende”. En la función pública, eso no se vale.

Esto puede parecer una broma, para algunos una broma de mal gusto, para otros quizás un análisis tendencioso y partidista, pero la verdad es que entre ambos aspirantes a la Presidencia Municipal de Tijuana, don Carlos y Carlitos, no hay punto de comparación. Salvo prueba en contrario, como se advierte en el ámbito jurídico.

Así, fríamente, haciendo a un lado la filiación partidista, revisando los expedientes personales de ambos Carlos, el de apellido Bustamante le da en la torre a Torres Torres. Digan lo que digan.

De los curriculums de ambos se desprende que Bustamante ocupa importantes cargos en empresas y ha creado miles de fuentes de empleo. Por ello su principal lema de campaña es el de rescatar a Tijuana, creando empleos, fuentes de trabajo.

En el caso del jóven Torres Torres, no cuenta con experiencia laboral, salvo el haber sido Diputado Federal. Nada más.

Generalmente dicen que las comparaciones son odiosas, pero entre los dos Carlos, no hay punto de comparación alguna. Esto, al márgen de apasionamientos partidistas que de inmediato buscan descalificar el análisis si les resulta desfavorable e incluso tratan de adjudicar filiaciones políticas o intereses económicos.

Quizás por ello a don Carlos, el de las torres, se le nota una sonrisa un tanto sarcástica, pues si de capacidad y experiencia se trata, competir contra Carlitos Torres Torres, es tanto como quitarle un dulce a un niño.

Solo que la decisión en cuanto a quien se le dará la chamba de Alcalde de Tijuana, la tendrán los electores el próximo 4 de julio y dicen por ahí que generalmente el pueblo tiene el gobierno que merece. Todo entra en juego, la apatía, la indolencia, los apasionamientos políticos, las filiaciones partidistas.

Lamentablemente, en política, la capacidad y experiencia personal, son los factores que menos se toman en cuenta y los curriculums, prácticamente, salen sobrando.

gil_lavenant@hotmail.com

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