GAYS, OBISPOS Y CANDIDATOS

Por Teresa Gurza
Los aspirantes a gobernar Chile están aprovechando los últimos días antes de los comicios del 13 de diciembre, para colocar propaganda y hacer guiños a sectores de la población que antes eran no sólo ninguneados sino despreciados, como homosexuales y lesbianas; y que ahora son importantes como votantes potenciales.

Y eso sucede, mientras el gobierno manda de urgencia al Congreso un “proyecto de uniones gay” que espera se discuta antes de la segunda vuelta electoral que será el 17 de enero; y los obispos católicos reclaman, que no pueden ser tratados como asuntos políticos “temas valóricos” que solo corresponde definir a la Iglesia.

“Creo que en el interés de captar votos, los candidatos presentan muchas realidades que existen y quieren llegar a todos los grupos humanos, pero desde nuestra perspectiva hay también un límite”, les dijo a los candidatos un muy molesto monseñor Alejandro Goic, presidente de la Conferencia Episcopal de Chile.

Su enojo se debió a que la publicidad del candidato de la derecha Sebastián Piñera, muestra dos hombres tomados de la mano; y la del candidato de centroizquierda Eduardo Frei, a dos mujeres besándose.

Cómo estará de álgida la cosa que Piñera, puntero en las encuestas, ha tenido que explicar a los monseñores que no piensen que él está a favor de que las minorías sexuales se casen, porque para él “sólo es matrimonio, el constituido entre un hombre y una mujer”, y que únicamente está tratando de “respetarles sus derechos humanos”.

Casi lo mismo les argumentó Eduardo Frei, candidato de la concertación de partidos a que pertenecen los cuatro presidentes que Chile ha tenido desde que en 1990 retornó la democracia. “Respetamos sus derechos, dijo, porque todos somos hijos de Dios”.

Pocas horas antes, su jefe de campaña Jorge Pizarro militante de la Democracia Cristiana, había criticado a la Iglesia Católica por pretender "acallar" una realidad que también se da en las filas de la Iglesia; donde “hay muchos homosexuales o gente que comete delitos tan delicados, como la pedofilia".

Al declarar eso, Pizarro seguramente no sabía porque aún no se había publicado, que una congregación católica irlandesa llamada Hermanos Cristianos, tendrá que pagar 240 millones de dólares a las familias de miles de niños violados por miembros de esa orden religiosa.

Aunque sí conocía los varios casos de abusos sexuales contra menores, que han sido cometidos en colegios chilenos, por sacerdotes.

Pero poco le duró la valentía, porque a él le llovieron críticos; y a la Iglesia defensores.

"Las declaraciones del senador Pizarro me parecieron completamente destempladas, confunde peras con manzanas. Una cosa es que en el mundo haya debilidades y otra cosa es lo que él está haciendo contra la Iglesia y a los obispos; y nos duele mucho ver esta incoherencia", declaró el obispo Juan Ignacio González.

Y el mismísimo presidente de la Cámara de senadores Rodrigo Álvarez, calificó como “inaceptables” los dichos de Pizarro; y le pidió “explicaciones”, por “el brutal ataque que hizo a la Iglesia y a sus ministros”.

Consiguió las explicaciones; porque al día siguiente Pizarro se disculpó diciendo que "quizás” cometió un lapsus o que dijo sin pensar mucho “una frase poco feliz"; agregando que en materias “valóricas”, está en total acuerdo con los obispos.

En fin… el candente tema ha traído movimiento a estas campañas que no logran entusiasmar realmente a nadie; y llevó a que algunos medios publicaran encuestas para conocer el sentir de sus lectores.

En el diario La Tercera, por ejemplo, el 28 punto cuatro de los opinantes dijeron estar de acuerdo en que la propaganda electoral incluya imágenes de homosexuales “porque son personas con derechos y no deben ser discriminados”.

El 26 punto cinco, piensa que la homosexualidad y el lesbianismo son realidades “que deben ser aceptadas por todos”.

Pero más del 40 por ciento, considera que no debieran incluirse “por ser pésimo ejemplo para niños y jóvenes”; o porque sólo sirven para generar debates éticos y no políticos.

Y finalmente al 7 y medio por ciento de los preguntados, el tema no le interesa.