martes, 18 de noviembre de 2008

FAO EN CHILE

Por Teresa Gurza.
La FAO se fundó en 1945 y es el organismo de la ONU especializado en nutrición y agricultura para dar servicio a los países desarrollados y a los en vías de serlo..

Pero su preocupación principal son las zonas rurales, donde vive el 70 por ciento de los pobres del mundo y la mayor parte de los que padecen hambre.
Margarita Flores, una compatriota mexicana, es su representante en Chile; y nos explica que la FAO trabaja de manera conjunta con la Organización Mundial de la Salud.
Que es un foro neutral de discusión donde todas las naciones pueden negociar acuerdos y debatir políticas alimenticias de igual a igual; y aprobar el códex alimentario, constituido por las normas mínimas para que un alimento pueda ser aceptado en el comercio y el consumo.
Y que así como los supermercados definen sus normas generales en cuanto a presentación de los alimentos, las normas científicas de la FAO deciden qué residuos de pesticidas y plaguicidas son aceptables y cuáles no; y cómo deshacerse de ellos, sin dañar el ambiente.
Identifica además, las buenas prácticas agrícolas para que cambios de clima y temperaturas afecten lo menos posible a la producción y a las diferentes variedades de los productos
Y vigila el control de las enfermedades animales, para evitar que traspasen fronteras y contagien a los humanos.
Todo, con el fin de poder hacer recomendaciones tendientes a disminuir el hambre en el mundo.
Pero, aclara Margarita, sólo son recomendaciones; porque la FAO no substituye las acciones de Estados y sociedades.
Desde su fundación la FAO ha estado en el origen de la formación de los servicios agrícolas ganaderos de muchos países; y en Chile jugó un papel fundamental en los proyectos forestales de manejo y recuperación de bosques nativos, que se habían visto afectados por cambios climáticos que ocasionaron proliferación de enfermedades y plagas en maderas, cortezas, hojas o raíces.
La FAO define también políticas de seguridad alimentaria; y para ello sigue la evolución de cosechas y mercados de productos básicos; y analiza el incremento en el precio de los alimentos.
Como resultado de sus análisis, hace más de un año indicó que las alzas derivaban de varios factores como son: menores cosechas; reducción en las reservas mundiales de alimentos, originada en mayor demanda de países de economías emergentes como la India y China; y dedicación de cereales y leguminosas para la producción de etanol -elaborado con maíz y caña de azúcar- y de biodisel, hecho con oleaginosas.
A lo que hay que agregar la tendencia a la baja en los precios de los productos básicos, frente al alza del petróleo; y la incursión al mercado de los básicos, de los capitales desplazados por la crisis en los créditos de la vivienda.
Hasta hace poco, Brasil era el país con más experiencia en la producción de etanol a partir de caña de azúcar; pero cuando el gobierno de Estados Unidos decretó que una proporción de los combustibles de autos debía ser de etanol, empezó a dedicar una cantidad de sus excedentes a producirlo; y a su vez la Unión Europea inició la elaboración de biodisel.
Al principio este uso de excedentes no parecía anunciar mayor problema; pero actualmente hay una discusión científica en busca de una alternativa energética rentable y que no perjudique al ambiente.
Y aunque la FAO ha previsto un descenso en los precios de los alimentos y un incremento récord en la producción mundial de cereales que en este ciclo llegará a 2 mil 240 millones de toneladas, la actual crisis financiera afectará negativamente a los sectores agrícolas de muchos países.
Por eso está promoviendo medidas de protección a los más necesitados, por ser el grupo que destina mayor porcentaje de sus ingresos a alimentarse; y recomendando pautas de sustitución de alimentos caros por otros de igual valor nutritivo.
Como casi el 75 por ciento de los pobres vive en el mundo rural, la FAO está apoyando a 35 países clasificados como de bajos ingresos y deficitarios en alimentos, canalizándoles recursos para impulsar la agricultura familiar y campesina y facilitando su acceso a semillas, fertilizantes y pesticidas.
Se trata de impulsar producción de alimentos en condiciones precarias de zonas urbanas; como está haciendo en Colombia con desplazados por la guerrilla y el narco que han llegado a las ciudades; y de lo que es un buen ejemplo Cuba, en donde se aprovechan para sembrar hasta lotes baldíos y camellones.

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