Por Sergio Anzures.
Primer año de gobierno de Andrés Manuel López Obrador y según encuestas goza del 70 al 75 por ciento de popularidad, porque “Peje sólo hay uno”.
Esa aceptación no es por logros de su gobierno, sino por su lucha histórica, esa que lo llevó a ser presidente de la República a pesar de derrotas electorales y políticas que acumula en más de veinte años.
Andrés Manuel López Obrador sabe como hablarle a la mayoría de esos 30 millones de ciudadanos que votaron por él en 2018, y por eso su discurso no cambia y difícilmente cambiará.
Pese al que el problema de la violencia no cesa, se mantiene en su terquedad de su proyecto de seguridad basado en “abrazos no balazos”.
Matan familias en Veracruz, en los límites de Chihuahua y Sonora, en Michoacán, Tamaulipas y otras entidades del país, más de 29 mil asesinatos en 2019.
Ponen en jaque al Ejército en Culiacán, Sinaloa, con la detención y liberación de Ovidio Guzmán, y el presidente Andrés Manuel López Obrador sigue con su discurso de que la violencia no la atacará con violencia.
Mueren decenas de ciudadanos (137 en Hidalgo por explosión de ducto) por el tema de huachicoleo, se ataca y se deja a entidades sin gasolina; luego vino el desabasto de medicamentos porque se quitó a proveedores del gobierno de Enrique Peña Nieto.
Organismos internacionales financieros y de economía aseguran un estancamiento en México en este 2019, y especialistas mexicanos en la materia lo aseguran también.
Desde el inicio de su gobierno con la cancelación del nuevo aeropuerto de la Ciudad de México, que de Texcoco lo llevó a Santa Lucía, hubo incertidumbre, por lo que la inversión privada en 2020 puede detenerse y provocar deuda pública y nulo crecimiento, pero encuestas revelan que mayoría de mexicanos dicen tener más dinero en sus bolsas que años anteriores.
Durante este año de gobierno, López Obrador se ha enfrentado con muchos grupos, porque no acepta críticas —incluyendo de los medios de comunicación—inmediatamente los acusa de conservadores, de ser parte de la mafia del poder, de fifís y otros calificativos.
A todos ha enfrentado y sabe que con sus frases y calificativos, la mayoría de esos 30 millones de mexicanos que votaron a su favor y se sienten parte de la presidencia de la República —los llamados chairos— , lo van a apoyar con todo, defendiéndolo en redes sociales, y atacando con todo a esos críticos.
Algo que sí ha cumplido López Obrador y aseguran, es parte de la gran aceptación que tiene son los programas sociales.
La entrega de becas a jóvenes -antes llamados ninis- así como las pensiones a miles de adultos mayores le hacen ganar adeptos.
Podemos escribir mucho del primer año de López Obrador, criticarlo y aplaudirlo, pero eso a corresponde a los mexicanos, a quienes votaron y no votaron por él.
Sus enfrentamientos con las instituciones, su control del Poder Legislativo y casi del Poder Judicial, son parte de su programa de la Cuarta Transformación que luego veremos si funciona o no.
También las investigaciones y procesos en contra de poderosos políticos, abogados y empresarios del país.
Es un año de gobierno, un año de AMLO en el poder y al fin y al cabo dirá él, el 70 a 75 por ciento de los mexicanos lo siguen apoyando, su popularidad no baja, pese a errores y terquedad.
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