viernes, 2 de agosto de 2019

Parodian en el CECUT la idea convencional de “belleza femenina”

* Apoyo al teatro bajacaliforniano.
* Teatro en el Incendio lleva a escena “El patético dios con prótesis”, ácida representación de la mujer que se complace en ser objeto de deseo. 


TIJUANA.- Con la parodia de los estereotipos más comunes con que es identificado el “mundo femenino” en una sociedad de inconmovibles lastres patriarcales, “El patético dios con prótesis” puso a la vista del público el triste espectáculo de seres sometidos a la dictadura del “qué dirán y la apariencia” para estar a la altura de lo que los demás esperan de ellos, según lo pudo corroborar el público que presenció esta puesta en escena.

Bajo la dirección de Gilberto Corrales, autor también del texto dramático, la compañía Teatro en el Incendio repuso la obra este miércoles 31 de agosto en la Sala de Espectáculos del Centro Cultural Tijuana, organismo de la Secretaría de Cultura, como parte del programa “El CECUT apoya el teatro bajacaliforniano”.

En el escenario, media docena de mujeres, interpretadas por cinco actrices –Lizbeth Rodríguez, Yara Soto, Estrella Gómez, Briseida López Insunza y Mariana Flores Bucio– y un actor –Gonzalo García González– montan una parodia que mezcla rasgos de concurso de belleza y reality show para representar la visión más convencional de lo que se identifica como “el mundo de la mujer”, conjunto de valores, aspiraciones y, sobre todo, los clichés más ordinarios de lo que se considera la “belleza femenina”.

Como en la crónica del “Apocalipstick” de Carlos Monsiváis sobre una nueva profesión ilusoria, la licenciatura en pasarela, que prepara a los individuos para moverse en la vida como si estuvieran siempre bajo los reflectores, así estas seis féminas se desenvuelven en el escenario sin descuidar jamás el mínimo detalle de su apariencia, presas de los dictados de la moda y, acaso de algo peor, del escrutinio de los demás, especialmente del género opuesto, dispuestas siempre a agradar, a ser codiciadas, deseadas y nunca, nunca, pasar inadvertidas, en una competencia tan atroz como degradante.

En la obra, este grupo de féminas ambiciosas que asumen sin chistar no sólo la tiranía de la moda y los estereotipos más ordinarios sobre lo que se considera “ser mujer”, sino que aceptan con agrado su condición de objeto de deseo y se muestran complacidas con el juego que les propone este dios que resulta, ciertamente, patético, al permitir que sus creaturas compitan encarnizadamente por ser el centro de las miradas de los demás, aunque esa visión las devalúe como seres humanos y atente contra su propia dignidad.

En busca de alcanzar “el ideal femenino”, por degradante que eso signifique en una sociedad machista y patriarcal, este grupo de mujeres admite mansamente su condición de objeto y participa de buen modo en su construcción y persistencia, proclamando una guerra frontal contra toda desviación al concepto convencional de “la mujer perfecta” y reclamando con la misma enjundia, por supuesto, al “hombre perfecto”.

Como se advierte, “El patético dios con prótesis” aborda temas de gran profundidad que el elenco representó con eficacia y desenvoltura para poner a la vista del público el sombrío espectáculo de seres esclavizados por sus propios prejuicios y arrojar luz sobre todo aquello que condiciona “el ser mujer” en una de sus versiones más convencional y denigrante.

Para conocer el resto de nuestras actividades puede consultar www.cecut.gob.mx, www.mexicoescultura.com o www.facebook.com/cecut.mx.




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