Fue a leerle “La Biblia” a otros internos y terminó violado en la Unidad Penitenciaria 3, de Orán, provincia de Salta.
Un preso juntó a un grupo de convictos en una celda para transmitirles a todos la palabra de Dios. Ya lo había hecho en otra ocasión y como el encuentro había resultado positivo volvieron a organizarlo. Cuando terminaron la lectura, el grupo se retiró del lugar, hacia el patio del penal. En la celda quedaron entonces solos Julio C. y Ramón O., para continuar con la lectura un rato más.
Según pudieron determinar los investigadores, a partir de lo denunciado, Julio continuó leyendo “La Biblia” hasta que en forma repentina Ramón se abalanzó sobre él, el atacado logró quitarlo, alejarlo y siguió con la lectura.
El agresor, de una contextura física mucho más robusta que Julio, además tenía un tallador de madera y lo atacó una vez más aprovechando que Julio estaba distraído leyendo. Con esto amenazó y redujo a Julio, y después lo sometió sexualmente.
En cuanto pudo hacerlo, Julio se retiró de la celda, pero no comentó nada de lo que le había ocurrido a los guardias. Más tarde se lo contó a unos compañeros de celda y planearon una venganza. Fue así que Julio se armó con un palo y al otro día, en un descuido de Ramón, lo atacó, pero fue rápidamente reducido por los penitenciarios y llevado a una celda de castigo.
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