Por Gilberto Lavenant
Cada día que pasa, se acerca la fecha de arranque de la contienda electoral del 2016, en que se elegirán diputados locales, alcaldes, síndicos procuradores y regidores.
Aunque muchos pretensos, prácticamente ya andan en plena campaña, aún no logran, formal y oficialmente, la candidatura. En este último mes del 2015, los diversos partidos políticos, deberán revisar sus cuentas, para en enero próximo hacer sus respectivos “destapes”.
El panorama es complejo para todos. Persiste el ambiente antipartidista, es obvio el divisionismo en las diversas organizaciones políticas, surgen más partidos e incluso aparecen los independientes. Siendo pocos los votos que se registran, tradicionalmente, divididos entre tantos, nadie puede “cantar victoria”.
Se pensaba que en estos comicios, los candidatos independientes harían la diferencia. Lo cierto es que, aparentemente hay una fuerte corriente de electores a favor de candidatos, que no estén ligado a partido alguno, pero a la hora de cuestionarlos, sobre personajes específicos, los llamados independientes, quedan casi en el último lugar.
En esta primer etapa, se observa que el movimiento hacia los candidatos independientes, fue un buen intento, que fracasó, porque no supieron rechazar a los políticos clonados, aquellos que al ver que se agotaban sus oportunidades, en los partidos en los que militaron durante varios años, supusieron que podrían aprovechar la ocasión, disfrazándose de independientes.
Definitivamente, están sumamente revueltas las aguas del ambiente político local. Nadie puede, ni debe, anticipar supuestos triunfos. Contrario a lo que muchos opinan, la balanza de preferencias se inclinan a favor de los políticos tradicionales, los partidistas. Los independientes, no pintan.
Tal vez sea por aquello de que “más vale, malo por conocido, que bueno por conocer”, o bien, porque los políticos, son todos iguales, “tan malo el pinto, como el colorado”. Algo así como “la misma gata, nada más que revolcada”.
Por todo eso, es interesante observar los resultados de la encuesta más reciente, realizada por el periodista Lauro Ortiz Aguilera, con su PluralMX, denominada “Rumbo al 2016”.
El número de personas encuestadas, no es muy grande, pero es una muestra significativa. 385 residentes, hombres y mujeres mayores edad, de los municipios de Tijuana, Playas de Rosarito, Mexicali, Ensenada y Tecate, con credencial electoral en mano. Las entrevistas, fueron cara a cara.
El objetivo fue medir a quienes buscan las candidaturas a las alcaldías de los cinco municipios. No hay ventajas para nadie. Casi todos, o los principales, aparecen con el mismo nivel. Curiosamente, los que aparecen con menor nivel, son los llamados independientes.
La lista, en el municipio de Tijuana, la encabeza René Mendívil, del PRI, con 22 %, seguido por Juan Manuel Gastélum Buenrostro, del PAN, con 16 %.
Les siguen, en orden descendente, Ricardo Magaña Mosqueda, del PAN, con 12 %, Carlos Barboza Castillo, del PRI, con 11 %, Roberto Dávalos Flores, del PRD, con 9 %, David Saúl Guakil, del PRI, 8 %, Julián Leyzaola, del PES, 6 %, Héctor Osuna Jaime, independiente, 5 %, Bernabé Esquer Peraza, del PAN, 4 %, Gastón Luken Garza, independiente, 4 %, Cuauhtémoc Cardona Benavides, del PAN, 2 % y José Angel Peñaflor, de Morena, con el 1 %.
No aparecen otros aspirantes, como Carlos Jiménez Ruiz, del PRI, quien podría dar la sorpresa, y Carlos Atilano Peña, por los independientes.
Nadie tiene todo a su favor. Incluso, al asignarse las candidaturas, serán mayores los conflictos internos en los partidos políticos y se acentuarán los distanciamientos entre los independientes.
Una vez que surjan los nombres de los candidatos, podrán augurarse triunfos o fracasos. Lo único que se puede anticipar, es que se percibe que el abstencionismo continuará siendo el absoluto ganador de los comicios en Baja California.
Aunque muchos políticos –de dientes para afuera- se pronuncian por la ciudadanización de la política y varios de ellos advierten que del acercamiento con la ciudadanía, dependen sus posibles triunfos, o fracasos, lo cierto es que nadie les cree.
Algunos andan, desesperados, tratando de convencer a los electores, de que sí se interesan por ellos y que, en caso de llegar a los cargos públicos a los que aspiran, los defenderán y lucharán por la búsqueda de soluciones a la problemática que afrontan.
Lamentablemente, la mayoría son políticos temporaleros. Solamente aparecen en temporadas electorales. Si no triunfan en los comicios, hacen una prolongada pausa y reaparecen hasta la siguiente.
Cabe observar, que la campaña presidencial de Peña Nieto, generó muchas expectativas, que llevó al triunfo a muchos candidatos priístas. En las elecciones intermedias del 2015, todos los candidatos priístas, pagaron las consecuencias de la corriente antipeñanietista.
Dependiendo quien sea el candidato presidencial priísta en el 2018, podrá haber triunfos o fracasos para el priísmo en Baja California en el 2019. Los comicios del 2016, implican muchos riesgos para los priístas. Hay que “medir el agua a los camotes”.
gil_lavenants@hotmail.com
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