Tal y como estaba previsto, el abstencionismo superó los pronósticos en las elecciones intermedias del pasado 7 de junio. Aproximadamente, acudieron a las urnas, poco más del 45% de los electores.
Pero nadie se lamenta por ello. Es más, se podría decir que todo salió, tal y como lo planearon los dirigentes de los partidos políticos. Se concretaron a operar sus respectivos votos duros y prácticamente quedaron igual en el Congreso de la Unión.
Muchos imaginan, más o menos, cuáles son las causas, o los pretextos, por los que los electores no acuden a las urnas. Que el hastío respecto de la clase política, el partido de futbol, la ubicación de las casillas o la apertura tardía, en fin, tantas cosas.
¿Pero, realmente, por qué no votan ?
La encuestadora IMERK hizo un trabajo respecto a las causas del abstencionismo en la entidad, cuyos resultados son interesantes.
De acuerdo a los datos del Programa de Resultados Preliminares, el llamado PREP, la participación ciudadana en estos comicios, fue de solamente del 34%, en la entidad. Dicho en otras palabras, de cada 10 electores, solamente votaron 3.
Para algunos, el alto grado de abstencionismo, se debió al hecho de haber programado un partido de futbol entre México y Brasil. Pero resulta que, de acuerdo a la encuesta de IMERK, solamente uno de cada diez ciuidadanos, vieron el partido.
Es más, tal parece que los electores bajacalifornianos, ni siquiera estuvieron al tanto del desarrollo de los comicios, pues no se percataron de la baja participación ciudadana. Solamente 6 de cada 10 bajacalifornianos, saben que solamente una tercera parte de los habitantes de la entidad, salieron a votar.
Para 4 de cada 10 bajacalifornianos, la principal causa del abstencionismo, fue la poca credibilidad que existe en los partidos políticos, la inconformidad que existe en el desempeño del gobierno, la desilusión que existe con el sistema democrático en México, el poco interés por votar por la posición de diputado federal y los candidatos poco atractivos.
La verdad es que, más que razones de peso, para no ir a votar, son meros pretextos. Para muchos, es más importante una reunión familiar o un paseo recreactivo. Debido a la poca participación social, el acto de emitir el voto en las urnas, lleva poco tiempo. Unos 5 a 10 minutos.
Incluso, es evidente que ni siquiera estuvieron al pendiente del desarrollo de las contiendas electorales. Los resultados de la encuesta indican que el 35.8% de los ciudadanos, se sienten conformes con los diputados electos. Del 64.2%, una mitad está inconforme y al resto, le son indiferentes. Imerk observa que sumando a los indiferentes, el porcentaje de quienes no votaron, se incrementa al 50.3% el porcentaje de los indiferentes.
Ante el manifiesto repudio o rechazo de los ciudadanos, hacia los políticos, los partidos pequeños o de nueva creación, cubrieron sus candidaturas con ciudadanos, o sea con personas que no militaban en la organización política que representaban.
Dichas personas, que hacían su debut como políticos, se mostraron optimistas, pues manifestaron que el trato hacia ellos, fue excelente, una vez que precisaron que no eran políticos y que los exhortaron a votar por ellos, si es que no deseaban que PRI y PAN siguiera saliendo triunfante en los comicios.
El problema es que la mayoría de los electores, no acudieron a las urnas. Dejaron que el voto duro de los partidos políticos, decidieran los comicios. Para los partidos, bastó el voto de sus militantes.
Por ejemplo, a nivel nacional, la lista nominal la integran 82.2 millones de electores. El PRI logró apenas 11.63 millones de votos, o sea el 14.15%, y no obstante, ocupó el primer lugar.
De los 82 millones de electores, solamente 8.37 millones votaron por los candidatos del PAN, o sea el 10.19%.
El PRD obtuvo 4.33 millones de votos, el 5.27% y Morena 3.34 millones.
Nada más de pensar, que estos comicios tuvieron un costo de más de 18 mil millones de pesos, y sóolo uuna tercera parte de electores, acudieron a las urnas. La verdad, da coraje.
Muchos se quejan, de los pésimos gobernantes, y tienen razón en sentirse molestos con ellos, pero el abstenerse de votar, no ayuda en nada. Más bien ayuda a que los políticos nefastos, sigan prendidos de la ubre gubernamental.
Hubo quienes pregonaron, y exhortaron a los electores, a anular sus votos, como para exhibir a los políticos, como constancia de que no quieren nada con ellos. La verdad es que los políticos están que celebran esa postura, pues, con pocos votos, les bastó para ganar curules.
Aunque es incómodo el votar por los menos malos, y muchos de los candidatos ciudadanos, aunque con capacidad o experiencia profesional, eran pocos conocidos, y 60 días de campaña, no bastan para convencer a nadie de que son sinceros y honestos, era preferible cualquiera de esas opciones, antes que volver a votar por los políticos tradicionales, en su mayoría nefastos y traicioneros.
gil_lavenants@hotmail.com
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