Uno de los rasgos interesantes del actual proceso electoral en Baja California, es la aparición de los políticos “gerber”. Uno de ellos como precandidato a diputado federal y el otro como suplente.
Un reclamo añejo, en el ámbito político, es que se de oportunidad a los jóvenes. Hay individuos, de edad avanzada, que aprovechan que son cabezas de organizaciones, de tal manera que casi siempre ostentan alguna candidatura a determinado puesto de elección popular. No abren espacios para los jóvenes.
A esos viejones, les identifican como “cartuchos quemados”, precisamente porque han participado en innumerables contiendas electorales. Y muchas de las veces, sin éxito. En lugar de dar oportunidad a los jóvenes, ellos son los que acaparan las posiciones.
Ya casi ni se pueden mover, pero pelean las posiciones, porque luego las utilizan para negociar. Para seguir “vigentes”, tienen que estar ocupando un cargo público. En Baja California, que desde 1989 el gobierno estatal ha estado en manos del PAN, la única posibilidad, es lograr una diputación, sea federal o local, de representación proporcional, o bien una regiduría.
Así es que, para que los jóvenes logren una posición de elección popular, es algo casi imposible. Los adultos, no les dan espacio. Y esto se da en todos los partidos.
Así mismo, ocurre, como cuando alguien, que anda en busca de un empleo, le exigen experiencia laboral, que es difícil de acreditar, porque son jóvenes, o adultos mayores, que no han podido encontrar empleo.
Es prácticamente extraordinario, que algún joven, sin ese antecedente, tenga esas oportunidades de avanzar en política. Salvo que sean parientes de un prominente político. Entonces, el requisito de la experiencia laboral, sale sobrando. Como tal parece ocurre con los dos casos a comentar.
El primero de ellos, Eligio Valencia López, hijo de Eligio Valencia Roque, propietario y director general del periódico El Mexicano, además de dirigente estatal de la CTM, sin anuncio previo, se registró como precandidato a diputado federal, por el octavo distrito de Tijuana. Con apenas 20 años. En persona, aparenta unos 16, cuando mucho.
Su padre, el dirigente cetemista, utiliza el periódico, para impulsar la incipiente carrera política de su hijo. Cada vez que algún actor político, acude a las oficinas de Valencia Roque, a su lado aparece su hijo. Es lógico suponer, que los favores que hace, los cobra a favor de su hijo.
En el Ayuntamiento de Playas de Rosarito, que preside el panista Silvano Abarca Macklis, fue incrustrado como suplente del regidor Arturo Granado Juárez. Pero la suplencia no cuenta en la nómina, ni permite atender función alguna.
A fin de congraciarse con el padre del jóven, el alcalde rosaritense, le creó el cargo de coordinador de delegaciones. En compensación, el propietario del periódico trató de maravilla al alcalde panista.
Cuando a mediados del 2014, enfermó el titular de la regiduría y tuvo que separarse temporalmente del cargo, entonces, hubo “carnaval”, porque el relevo por fin pudo entrar en funciones. El gusto no le duró mucho tiempo, Granado volvió a la regiduría y el “junior” Valencia, volvió a la banca.
Valencia Roque, considerando este proceso, como una formidable oportunidad, para seguir impulsando la carrera política de su hijo, negoció con las dirigencias nacionales, estatales y municipales, priístas, para ello. Sin importar lo incipiente de su carrera y su casi nula experiencia, para aspirar a una diputación federal, lo registró como precandidato por el distrito 8.
En los tiempos del viejo PRI, podría asegurarse que el “junior” sería legislador federal. Pero la política no es un juego de canicas, ni tampoco jugar al trompo o con carritos. Es más, aunque el padre lo cuide permanentemente, la política es cruel e ingrata.
Para su desgracia, metió en un brete a la dirigente estatal priísta, Nancy Sánchez Arredondo, quien batalló un tanto para convencer a la exlegisladora estatal, Elisa Roxana Soto Agüero, para que fuese la rival de la boxeadora profesional Jackie Nava, que contenderá por parte del PAN.
Si Nancy maniobra, para que Valencia López sea postulado candidato por dicho distrito, tendría que sacrificar a Roxana, lo que es prácticamente imposible, pues todo indica que bajo el principio de equidad de género, esa posición corresponde a una mujer. Por lo tanto, Eligio tendrá que esperar a crecer, política y biológicamente. Aún es un bebé, para la política. Dicho en otras palabras, es un político “gerber”.
Otro joven priísta, de condiciones similares, lo es Francisco De la Madrid García, nieto de don Pancho De la Madrid, a su vez hermano del exgobernador Roberto de la Madrid, quien fue registrado como suplente del priísta Javier Camarena Salinas, precandidato a diputado federal por el V Distrito. Con los mismos antecedentes que Eligio, o quizás en mayor desventaja. Además de que carece de experiencia política y en la administración pública, su padre, o el abuelo, no tienen un periodicóte, para respaldarlo.
Lo delicado, es que va como segundo de un político con poca experiencia y modesta proyección personal. Casi se podría decir que titular y suplente, son políticos “gerber”. Lo peor, en ambos casos, es que los jóvenes priístas, que ya tienen “callo”, haciendo “talacha” política, fueron desplazados, por no tener quienes los apadrinaran. Esto ha generado malestar, que se reflejará en los resultados del proceso electoral.
gil_lavenants@hotmail.com
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