El proceso interno de precandidatos panistas a diputados federales, ha generado una serie de comentarios por la ostentación de fuerza, mediante los tradicionales acarreos de supuestos simpatizantes, al estilo del viejo PRI y, en especial, especulaciones por las evidentes relaciones entre políticos y empresarios, hacia futuros proyectos, como la gubernatura estatal.
Para muchos quizás pasó desapercibidos, pero para otros no. Sobre todo, para políticos ajenos al panismo. Varios de ellos se comunicaron con el columnista, autor de Palco de Prensa, para observar que Cristian Carrillo, al parecer su nombre completo es Cristian Patricio Carrillo Cerda, quien se registró como suplente del exalcalde Jorge Ramos Hernández, precandidato a diputado por el IV Distrito, es hijo del empresario Rafael Carrillo Barrón.
Afirman quer el joven Carrillo, no tiene antecedente político alguno y por lo tanto, este sería su debut. No necesita, como muchos otros, entrar a la política para conseguir empleo o hacer dinero fácil. Tiene resuelta su situación económica, pues su padre, de apellidos Carrillo Barrón, es de sobrada solvencia económica.
Entonces, surgen las especulaciones y los cuestionamientos : ¿para qué quiere, un joven de familia rica, ingresar a la política, si lo que le sobra es dinero?
Son muchas las hipótesis y de estas surgen varias especulaciones, de las cuales la más lógica es que el exalcalde panista, Ramos Hernández, encontró en Carrillo Barrón un excelente patrocinador para su carrera política. La estrategia sería contender por la diputación federal. De ganarla, ocupar la curul, al menos un año, para luego solicitar licencia, a fin de iniciar su precampaña hacia la gubernatura estatal en el 2018.
Sería algo así como “matar dos pajaros de un tiro”. Su suplente, el joven Carrillo, se convertiría en diputado federal, con un excelente sueldo y la oportunidad de iniciar importantes relaciones políticas, que ayudarían a fortalecer los negocios de su padre, el empresario Rafael Carrillo Barrón.
De paso, Ramos Hernández se dedicaría a armar su proyecto personal, para contender por la gubernatura estatal, desde la cual, tendría la oportunidad de regresar a su patrcinador, el apoyo recibido, mediante el otorgamiento de jugosos contratos de obras. Si el Presidente Peña Nieto, logró fructíferas relaciones con el propietario del grupo Higa, Ramos Hernández, podría aspirar a tener su propia Casa Blanca en Baja California.
Y que no vayan a salir con que el exalcalde y el padre de su suplente, no se conocen. Carrillo Barrón, se ha distinguido, entre otras cosas, por ser uno de los grandes deudores del impuesto predial y se ha hecho costumbre cataficciar los adeudos fiscales por obras o materiales de urbanización.
A principios del 2014, el Grupo Atisa, como se identifica a las empresas de Carrillo Barrón, adeudaba al ayuntamiento de Tijuana, por impouestos diversos, principalmente el predial, 11 millones 248 mil 164 pesos.
Pero no solo eso. Siendo Alcalde de Tijuana, Jorge Ramos, autorizó a Carrillo Barrón, a desarrollar la cuarta parte del Fraccionamiento “Parque Industrial Pacífico”. Dicha autorización fue publicada en las páginas 6 a 16 del Periódico Oficial del Estado de fecha 15 de mayo del 2009.
Por cierto, también se relaciona a Carrillo Barrón, con un prolongado conflicto judicial que protagonizó con el priísta José Arturo Valdés Otañes, a quien identificaban bajo el mote de “El donas”, que ganó este último, allá por el 2008, pero luego en condiciones extrañas este último desapareció y hasta la fecha no se ha vuelto a saber nada de él.
No se sabe, si las dirigencias panistas, cuestionaron al ahora precandidato a diputado federal, sobre este tipo de relaciones. En especial, por llevar como suplente a un jóven sin trayectoria política alguna. En especial, sin trayectora panista.
Tampoco se sabe, si es que cuestionaron el alcance de las relaciones de Ramos Hernández y Carrillo Barrón, que podrían derivarse en negocios turbios, apalancados desde la legislatura federal.
Lo que es peor, que con tal patrocinio, Ramos Hernández podría estar en una ventajosa posición, frente a muchos otros panistas, en la lucha por la gubernatura estatal en el 2018.
Aunque hasta el momento todo esto son meras especulaciones, resultan lógicas y altamemnte sospechosas las relaciones entre el exalcalde panista y el empresario Carrillo Barrón, en la que el beneficiario directo, sería el hijo de este último, quien lograría una posición en la legislatura federal, que muchos panistas no han logrado, no obstante sus años de militancia partidista.
Y si se aplica aquello de que “dinero, mata carita”, se establecerá el precedente de que más vale conseguir un padrino poderoso, que patrocine o financie campañas electorales, que tratar de hacer carrera política gastando el calcetín, recorriendo calles y cañones, pidiendo el apoyo de los electores.
Se habla mucho de intenciones de evitar financiamientos indebidos para candidatos a puestos de elección popuar. Evidentemente, a las dirigencias panistas, eso les vale gorro, si sus candidatos logran, por sí solos, los apoyos suficientes para cubrir el costo de sus campañas.
Hay especulaciones, que no pasan de ser meras invenciones. Otras, como esta, lógicas y creíbles, fácilmente podrían resultar una verdad inobjetable.
gil_lavenants@hotmail.com
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