sábado, 10 de enero de 2015

Palco de Prensa: La rifa de el tigre (Tirso Liévano Hernández y el PRI)

Por Gilberto Lavenant
Cuando alguien es designado, para ocupar un determinado cargo, cuyo desempeño es de gran responsabilidad o complejo, comúnmente se dice que “se sacó el premio de la rifa de el tigre”.

Obviamente, nadie puede imaginar la posibilidad de rifar un tigre. Pero así se dice, para considerar la complejidad o responsabilidad de las tareas a desarrollar.

Controlar a un tigre, es algo difícil y peligroso. Ni regalado.
Así es que, de ser posible eso, a quien resulte merecedor de un premio de tal tamaño y peligrosidad, cualquier manifestación de aparente o supuesta felicitación, más bien es una burla.
Este sábado, a las 12:00 horas, medio día, el Lic. Tirso Adolfo Liévano Hernández, asumirá la presidencia del Comité municipal del PRI, en Tijuana. Para muchos, eso es equivalente al premio mayor de “la rifa de el tigre”.
Técnicamente, será el responsable de coordinar el desarrollo de las campañas proselitistas de los candidatos priístas a diputados federales, para los comicios intermedios del 7 de junio del presente año.
Una contienda que se antoja difícil. Harto difícil.
No solamente por el ambiente adverso, prácticamente de rechazo popular, casi al grado de linchamiento social, hacia el priísmo en general, por los efectos negativos de las reformas estructurales impulsadas por el Presidente Enrique Peña Nieto, así como por la tragedia de los 43 normalistas en Guerrero, el asunto de la “Casa Blanca” y los conflictos de intereses con empresarios que fueron favorecidos por la administración del exgobernador del Estado de México y luego durante los primeros años del gobierno federal.
Un toque especial, que agrava la repulsa, es la actitud servil de los diputados federales priístas, por Baja California, que aprobaron sin regateo la homologación del IVA, que generó el linchamiento social de los legisladores. Que ante el temor de agresiones físicas o verbales, se ausentaron de la entidad.
La situación se complica aún más, porque será difícil para los candidatos priístas, enfrentar a los candidatos panistas, que obviamente habrán de contar con todo el respaldo de la gubernatura estatal, que encabeza el Gobernador Francisco Vega de la Madrid.
Como en ocasiones pasadas, se sjupone que esta será una campaña de estado, en la que los funcionarios estatales financiarán y meterán las manos, para inclinar la balanza electoral a favor de los candidatos del PAN.
En especial, por la poca o casi nula capacidad competitiva de los candidatos tricolores. En particular, dos de ellos, la regidora con licencia, Rosa Aurora Martínez Herrera, quien contendrá contra el exalcalde panista Jorge Ramos Hernández, por la diputación federal del Distrito IV, y el exSecretario de Desarrollo Social, Javier Camarena Salinas, contra el exdiputado local, Max García, por el V Distrito.
De paso, aún más difícil, por tener en contra la fuerza o influencia de la nómina del gobierno estatal y organismos descentralizados, operados desde el gobierno estatal, así como los programas asistencialistas del gobierno de Kiko Vega.
Ni disfrazándose de “el chapulín colorado” o “superman”, podría Tirso Liévano izar banderas de triunfo, al concluir el actual proceso electoral.
En especial, con un alto grado de abstencionismo, que cada vez crece más.
Un problema adicional que se presenta, es que el cargo de presidente del Comité Directivo Municipal del PRI, es de carácter administrativo y no de liderazgo.
Las organizaciones políticas, la priísta no es la excepción, ya no están en manos de líderes. Son meros gerentes administrativos que permanecen un período determinado, que deben lidiar con integrantes de corrientes diversas, cuya influencia rebasa las estructuras partidistas.
Un dirigente priísta, municipal o estatal, por ejemplo, no tiene la fuerza o ascendencia, para obligar a hankistas o castrotrentistas, a trabajar en equipo, con objetivos comúnes.
Ni tampoco cuenta con una “varita mágica”, para dotar de virtudes, capacidades y habilidades a los candidatos priístas, para que resulten convincentes y acertivos en sus campañas de proselitismo.
Mucho menos, para borrar los aspectos negativos o dudosos, del historial de algunos candidatos.
Así es que, este sábado, en las instalaciones priístas, en la ceremonia de toma de posesión del nuevo Presidente del Comité Directivo Municipal del PRI, habrá dos tipos de personas.
Por un lado, los amigos del nuevo dirigente priísta, quienes lo felicitarán y habrán de manifestarle los mejores deseos para salir lo mejor librado de esta nueva encomienda.
Por el otro, los que, quizás lo feliciten, por la responsabilidad que habrá de asumir, pero que desearán no estar en sus zapatos. Pero, deben entenderlo, Tirso Liévano, no es domador de tigres.
gil_lavenants@hotmail.com

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