jueves, 1 de agosto de 2013

“Sin pena y sin gloria” se va Bustamante

* El retiro de ambulantes no hace de Tijuana “una ciudad con orden”
Por Hugo Isaac Rea Torres
TIJUANA.- Luego de no haber hecho nada relevante durante 975 días de su “administración”, Carlos Bustamante Anchondo,   a la sazón presidente municipal de Tijuana, pretende con acciones “escandalosas” cerrar su ciclo, afectando a 165 personas que explotaron “oficialmente” hasta el 2010 permisos para la venta de mercadería en la vía pública, queriendo con ello hacer creer que cumplió con su encomienda (aunque la realidad lo desmienta) de lograr hacer de Tijuana “una ciudad con orden”.


Las calles entre la Revolución y Niños Héroes, y de la Primera a la Sexta, cierto es que ya son más transitables para los peatones, y su vista para los escasos visitantes de la ciudad mejoraron sobremanera, pero…  ¿no hubo durante los casi tres años cosas más importantes que realizar esa medida con la que sólo se benefició y “quedó bien” con Karim Chalita Rodríguez, presidente de la Canaco local?

Al no haber hecho nada destacado y si de tratar de “dejar huella” se trataba, ¿no le hubiese redituado más terminar con la anarquía en el transporte público, por ejemplo?

¿Acaso no era más importante promover turísticamente la ciudad y, sobre todo, aclarar todos los temas en los que se le acusó de hechos de corrupción como las luminarias, la contaminación policíaca, el peculado disfrazado, el desvío de recursos etiquetados, la “donación” de 15 millones de pesos al equipo de futbol local y un largo etcétera?

Un ejemplo claro de la corrupción de Bustamante Anchondo es la acusación hecha por el ex candidato a la alcaldía, Ricardo González Cruz, cuando dijo en torno a la donación del terreno donde estuvo la comandancia de la Calle Ocho y que tiene que ver con el retiro de los comerciantes ambulantes:

 “Es una concusión, es un peculado disfrazado. No es desconocido que es propietario, él y su familia, de prácticamente de lo que es aquí el Centro Histórico de Tijuana, y no es desconocido también de que la mayoría de sus oficinas y locales comerciales los tiene desocupados. Entonces a él le interesa hacer esto para reactivar la zona y pueda rentar sus inmuebles, entonces aquí está haciendo el mal uso de su función pública”.

Es con ese señalamiento en donde se aclara el porqué de su acción en contra del comercio ambulante del primer cuadro de la ciudad con el que afectó no sólo a los que hasta el 2010 contaron con permiso, sino a otro tanto que trabajaban con ellos.

Intereses creados en el transporte público.

Los oscuros intereses que ha mantenido hasta este día el presidente municipal, que afortunadamente ya se va, con los concesionarios del transporte público de pasajeros, le impidieron hacer de éste un servicio digno de Tijuana.

Si hubiese conseguido educar a los choferes y concesionarios para que respeten el reglamento de tránsito.

Si hubiese re-ordenado las lanzaderas y terminales de taxis de ruta, camiones y calafias.

Si hubiese actuado para hacer cumplir a los taxis libres que pusieran en operación justa los taxímetros cuya instalación les fue exigida inicialmente.

Si hubiese establecido espacios estrictos para el ascenso y descenso de pasaje y obligado a los choferes y usuarios a respetarlos.

Carlos Bustamante Anchondo con eso habría dejado huella como presidente municipal de Tijuana, no con acciones de relumbrón que demuestran que, como siempre, “el hilo se rompe por lo más delgado”.

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