martes, 13 de noviembre de 2012

Palco de Prensa: Pobre del pobre…

Por Gilberto Lavenant
El domingo 13 de diciembre del 2009, Carlos Monsivais decía, que no había perdido vigencia el antiguo refrán : "Pobre del pobre que al cielo no va,/lo friegan aquí, lo friegan allá" y aclaraba que en atención a la decencia de siglos utilizaba la expresión "friegan", en lugar de "chingan", que fue la expresión original.


Monsivaias recurría a dicha expresión, al hacer referencia a los datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), que el 10 de diciembre, o sea tres días atrás, dió a conocer, que hasta 2008 sólo el 18 por ciento de los mexicanos -19.5 millones- disponía de los ingresos suficientes para vivir y tenían a su favor todos los satisfactores, de acuerdo con la Medición Multidimensional de la Pobreza.



Advertía que, con su traición habitual, las cifras desmienten a los gobernantes, desde Vicente Fox que aseguró haber erradicado la pobreza, hasta Felipe Calderón, que dá por resuelta la crisis y luego se declara abrumado por la condición de sus gobernados.

Bueno, pues el autollamado “Presidente del empleo”, se salió con la suya. Por fin le aprobaron, un poco razurada, su iniciativa preferente de reforma laboral, que crea una nueva clase social en México, la de los esclavos. Formal u oficialmente, ya había clase alta, media y baja. Ahora habrá una aún más baja, la de los esclavos, que ni siquiera serán considerados como trabajadores. Antes eran simplemente cosas.



Los políticos viven en el paraíso, casi en los cielos. Desde allá arribota, ni siquiera pueden imaginar cómo es que viven los mexicanos acá en la tierra, o si es que ya murieron de hambre. Por eso los friegan. Ya estaban fregados, ahora lo estarán mucho más.



Veamos, lo que no ven los políticos. La Comisión Nacional de los Salarios Mínimos al establecer los salarios mínimos de las tres áreas geográficas en que se divide el país, para el 2012, fijó 62.33 pesos diarios para la Zona “A”, o sea 7.79 pesos por cada hora de trabajo. La mejorcita, pues en la “B” pagan 60.57 pesos y en la “C” 59.08 pesos.



Uno de los aspectos principales de dicha reforma laboral, es de que los patrones podrán contratar trabajadores por horas, días o semanas. Los privilegiados serán los que sean contratados a prueba, por períodos de 30 días, o bajo capacitación, de 3 meses, bajo la advertencia de que “si no dan el ancho”, pues regresan a la fila de desempleados, sin indemnización, ni nada.



Pero veamos esto del pago por hora, aunque aclaran, “generosos”, que si contratan trabajadores por dos o más horas, les pagarán la jornada completa, o sea 62.33 pesotes. Ni para el lonche. Quizás apenas les alcance para el transporte.


Si a un trabajador, lo contratan solamente 1 hora, le pagarán 7.79 pesos. Por 2, 15.58 pesos. Por 3, 23.37 pesos. Por 4, 31.16 pesos. Por 5, 38.95 pesos. Por 6, 46.74 pesos. Por 7, 54.33 pesos y por 8, la jornada completa, 62.33 pesos.                                           



Seguramente los trabajadores mexicanos vivirán –los que sobrevivan a la hambruna- eternamente “agradecidos” con los legisladores que votaron a favor de dicha reforma, con la obvia intención de que se los fregaran.



En la propuesta felipuna, había la clara intención de favorecer a los patrones. Se quejaban y decían que no creaban más empleos, porque apenas un nuevo empleado asomaba la cara al interior de la empresa y ya les estaba reclamando el pago de la indemnización de tres meses de salarios. Ahora los tendrán a su disposición, como si fuesen objetos desechables, y no tendrán que pagarles ni un solo centavo, cuando los despidan.



Gracias a Felipe Calderón, y a los legisladores federales, los podrán contratar por meses, por semanas, por días o por horas. Solamente faltó que se considerara la posibilidad de contratarlos por minutos o segundos. Sólo eso faltó.



Y no se puede pasar por alto que, salvo los legisladores de las izquierdas, los de la derecha –PRI y PAN, principalmente- no defendieron para nada a los trabajadores mexicanos. La férrea lucha que se dió en ambas cámaras, fue para proteger a las organizaciones sindicales y a sus caciques. Aprobaron la reforma laboral, una vez que se garantizó que no tocarían los feudos de los Neyra, Gordillo, Romero Deschamps, Ayala, Aceves del Olmo, Aldana, Flores Sandoval, Sánchez Vargas y muchos otros más.



Como decía Monsivais, hace casi tres años, no ha perdido vigencia el antiguo refrán : "Pobre del pobre que al cielo no va,/lo friegan aquí, lo friegan allá".



Por cierto, Pobre del pobre, es el título de una canción que interpreta la Banda Gerez, en la que se narra: “Hay, pobre del pobre, que al cielo no va, ,lo chingan aquí, lo chingan ayá…así cómo pinches, un día va a triunfar”.



Y agrega : “Si pide dinero, le dicen que no…si pide trabajo, dicen que estudio, y si no es de letras, pinche huevón”.


Sigue la canción : “A todo trabajo, le piden escuela…hay, pobre del pobre, qué diablos le espera, le dan en la frente, le rompen la geta”.


Y luego : “Al pobre lo buscan, solo pa´votar…andando en kmpañas, le dan puro pan, pero ya que vota, se va a volar”.


La letra es extensa, pero reitera la expresión básica : “Hay, pobre del pobre, que al cielo no va, lo chingan aquí, lo chingan ayá…así cómo pinches, un día va a triunfar”.



Pobre del pobre, que al cielo no va, lo friegan aquí, lo friegan allá. Y todavía quieren que vote, para elegir a sus “representantes populares”. Qué cinismo.



                                                                                                                                            gil_lavenants@hotmail.com

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