Por Pedro Martínez Serrano
El proceso electoral del 2013 en Baja California, será el primero de Enrique Peña Nieto como presidente y, del Partido Revolucionario Institucional, de regreso al poder federal.
Ese acontecimiento político estará lleno de señales. Por eso, durante la presente semana me propongo analizar con objetividad, lo que desde el conocimiento y la información de que dispongo, está por venir y definir la vida política del estado y la de sus principales actores.
En primer término, hay que abordar lo relacionado con el Partido Revolucionario Institucional, donde hay 7 aspirantes que disputan la candidatura, pero solo dos de ellos poseen capacidad, relaciones y una verdadera oportunidad de conseguir la postulación: el diputado federal Fernando Castro Trenti y el empresario Jorge Hank Rhon. El resto, no servirán más allá que como instrumentos de peso y contra peso en la balanza que normará el proceso interno.
En Tijuana, quien se siente con merecimientos para conseguir la candidatura, es el peor alcalde que ha tenido la ciudad, el señor Carlos Bustamante Anchondo, quien olvida que fue gracias a los acuerdos con quien ha ostentado la dirección y el liderazgo de la estructura del PRI en Baja California, durante los 18 años más recientes, que consiguió meterse al cargo que ahora ostenta.
Olvida el señor Bustamante, que su triunfo no fue por merito propio, mucho menos en reconocimiento a su militancia; fue consecuencia del hartazgo con los gobiernos de Acción Nacional, partido al que tanto ha servido el todavía alcalde, en contra de los intereses de candidatos del PRI y los principios y doctrina de ese instituto político.
Para nadie es un secreto que Bustamante Anchondo es un panista con capa de priista. Nadie olvida, por ejemplo, que durante la campaña de Eugenio Elorduy por la gubernatura, manifestó abiertamente su apoyo al candidato panista. No se conformó con declaraciones que quedaron plasmadas en las páginas de El Mexicano. Para que todo mundo lo viera y su preferencia no tuviera dudas, hizo desplegar gigantescos espectaculares a lo largo y ancho de las paredes del Hotel Fiesta Americana, propiedad de su familia.
El mismo lugar en donde hace unos meses se veía la imagen de Peña Nieto, en aquella ocasión lucía el principal espectacular de campaña de Eugenio Elorduy. El mexicalense fotografió a cuerpo entero y miles de tijuanenses veían a diario su imagen cuando transitaban sobre el bulevar Aguacaliente.
No sólo eso, recuerdo bien haber visitado en diversas ocasiones las oficinas de que dispuso Elorduy Walther durante su campaña político electoral. Los favores de campaña, se tradujeron en pre vendas y negocios para la familia Bustamante.
Hoy, cuando el alcalde se quiere mostrar priísta por los cuatro lados, el pasado lo persigue. Somos muchos los que recordamos sus aportaciones a las campañas panistas de Elorduy y Jesús González Reyes.
La nulidad de sus posibilidades, Bustamante las nutre con un ingrediente adicional: en la elección presidencial, de la que surgió ganador Enrique Peña Nieto, en Baja California perdió vergonzosamente. No sólo eso, hoy encabeza uno de los gobiernos más oscuros y corruptos de la ciudad, en cuyo ayuntamiento los negocios se hacen con Bustamante Jr., con nadie más. Para colmo al todavía presidente municipal, no le hacen caso al interior del municipio y menos en su familia.
En Ensenada, el alcalde no es la excepción, Enrique Pelayo Torres, también se cree con posibilidades. Un sujeto desquiciado, perseguido por el escándalo, en la primera fase de su (des) gobierno se dejó pilotear por el remedo de Rasputin, Noé Rivera, otro demente y perverso que, por cierto, convenció a la Elba Esther Gordillo que el Jorge Hank Rhon quería matarla. No voy a abundar en el tema. Si el presuntamente ladrón Carlos Bustamante no tiene posibilidades, el alcalde de Ensenada menos, con todo y que presuma cercanía al equipo del mexiquense.
Lo que puedo adelantar, sin el menor margen de equivocación, es que el tal Pelayo (su consuegro José de Jesús Jiménez López, propietario del Grupo Turístico de las Dunas, ejecutado en su domicilio, en donde se encontraron 19 plantas de mariguana) le ofrecerá su apoyo a Jorge Hank, al que nunca ha dudado en traicionar, pero en quien mira el refugio y la posibilidad de enfrentar a Fernando Castro Trenti.
En Mexicali, el presidente municipal Francisco Pérez Tejada Padilla, ofrece la oportunidad de destacar que es uno de los políticos, que más joven ha logrado una responsabilidad tan importante: gobernar la ciudad de Mexicali. Tiene el perfil de los gobernadores de esta época que son jóvenes; de la llamada sangre nueva.
Incluso, me dicen que no es mal visto por quienes integran el primer círculo de Enrique Peña y, en esto, me refiero al mismísimo Luis Videgaray Caso. Y aunque Pancho representa una tercera vía, en caso de que el choque de trenes, entre los dos que verdaderamente tienen posibilidades fuera terminal, podía ser el factor de unidad, pero su inmadurez lo alcanza, en lugar de mantenerse al margen y hacer crecer su figura e imagen en recientes días se pronunció a favor de uno de los contendientes. Evidentemente al alcalde mexicalense le falta madurar, entender que es él quien tiene el liderazgo del PRI en su ciudad y no su papá.
Sobre el bajacaliforniano mas fuereño, Humberto Lepe, no vale la pena añadir; es el aspirante que menos conoce la entidad, como ya lo he antes, Su carrera política la construyó en el Distrito Federal, la mayor parte de ella a la sombra de Beatriz Paredes Rangel, con quien recientemente se reunió en la Ciudad de México. Solo hay que apuntar que Lepe es uno más de los integrantes del TUCOFER (todos unidos contra Fernando Castro). Lógico, unirá al grupo del Jorge Hank.
Una más que se apunta, no más porque sus amigos le han hablado al oído, es el empresario mexicalense, Netzahualcóyotl Pérez Román, Director Ejecutivo de la Desarrolladora Inmobiliaria URBI quien, por cierto, se presume cercano al equipo de Enrique Peña Nieto, cuya relación probablemente sea cierta y construida a punta de billetes o como se dice coloquialmente, gracias a sus aportaciones de campaña, aunque tiene en contra que nadie lo conoce en Baja California.
Es más, miles de bajacalifornianos que habitan viviendas construidas por él, seguramente al saber de quién se trata, el voto sería en contra en automático, por una sola razón: se sienten inconformes con el lugar en que viven.
Mi próxima entrega, busca desmenuzar oportunidades y debilidades de los dos actores priístas más conocidos de Baja California, el diputado federal Fernando Castro Trenti y el empresario Jorge Hank Rhon. No soy amigo de ninguno de ellos, pero creo conocerlos. He estado cerca de gente de su primer círculo y he documentado numerosos acontecimientos que han tejido la historia de cada uno de ellos.
No conozco su opinión sobre mi trabajo, pero si la de algunos de sus colaboradores que, lo mismo han sido buenas, hasta de elogio, que de rudísima critica. Hay, y se quiénes han sido, quienes han promovido acciones de difamación en mi contra, pero más allá de ello, está el compromiso con la objetividad y el respeto a quienes me hacen favor de leer mis despachos. Hay 25 mil destinatarios, a los que les debo respeto.
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