Por Gilberto Lavenant
En los tiempos de auge del viejo PRI, el método para resolver las postulaciones de candidatos a los diversos puestos de elección popular, era la designación directa. En las elecciones federales, el “dedo presidencial” era el gran elector. En los comicios estatales o locales, el “dedo” del Gobernador de cada entidad, era infalible.
Esto, que era sumamente criticado por los militantes de los diversos partidos políticos, fue asimilado y puesto en práctica por los panistas, en doce años en que encabezaron el gobierno federal. En los comicios del 2010, la imposición de Carlos Torres Torres, ahijado de Felipe Calderón, como candidato del PAN a la Alcaldía de Tijuana, fue el caso más descarado.
Para los comicios del 2013 en Baja California, Felipe Calderón ya no será Presidente de México y por lo tanto su “dedo elector”, ya no tendrá vigencia. No obstante, los panistas de la entidad están preocupados, pues tienen temores fundados de que el “dedo supremo”, ahora bajo la dirección del Comité Ejecutivo Nacional del PAN, haga la designación de quienes serán postulados a la gubernatura, alcaldías y diputaciones locales.
A tal grado están las cosas, que varios de los aspirantes panistas a la gubernatura, han decidido constituir un bloque, para oponerse a cualquier intento de imposición. Sobre todo cuando quien presume que será el “elegido”, el exdiputado Gastón Luken, ya ha anunciado a los cuatro vientos sus intenciones de buscar la candidatura a la gubernatura estatal, por el PAN, no obstante que no es panista.
Gastón refiere, a quien le presta oídos, que es la persona ideal para la postulación panista, ahora que se habla de posibles alianzas con el PRD, porque tiene contactos muy fuertes con los perredistas, luego de que fue Contralor en el Gobierno del Distrito Federal, cuando Cuauhtémoc Cárdenas fue el titular. La “bendición” del hijo del “Tata” Lázaro, es una carta muy fuerte que le puede garantizar apoyos y coincidencias en ambos partidos.
Pero no crean que solamente los panistas están preocupados por las posibles decisiones caprichudas o convenencieras de “el gran elector”. Los priístas, están en condiciones más o menos similares. Para ellos, el “gran dedo” es un viejo conocido. Además, entre los priístas, no se toleran las rebeliones. La disciplina partidista es rígida y no acepta impugnaciones.
Ha trascendido, que en días pasados, en Tijuana, prominentes priístas tuvieron una encerrona con el delegado del CEN del PRI, Efrén Leyva y René Mendívil, encargado de la dirigencia estatal priísta. Ahí se expuso el programa para la integración de la plataforma electoral en que se sustentará quien sea el candidato priísta a la gubernatura.
Sin embargo, los priístas no desaprovecharon para externar sus inquietudes respecto a la fórmula o método que se aplicará para resolver las candidaturas. Hablaron sobre la necesidad de hacer encuestas –al igual que lo han expuesto los panistas- para observar quien o quienes tienen mayor aceptación entre la ciudadanía en general.
Advierten sobre las consecuencias de que “el gran elector” resuelva sin tomar en cuenta a los propios priístas y sobre todo a los electores en general. Hay temores fundados de que la decisión, en especial respecto a la candidatura por la gubernatura estatal, provenga del centro del país, como en el viejo PRI.
Las preocupaciones, o temores, no han surgido gratis o en forma expontánea. Desde hace años se sabe que en Baja California hay dos aspirantes a la gubernatura, que son el ahora diputado federal Fernando Castro Trenti, y el empresario de los casinos, el Ing. Jorge Hank Rhon.
Sin embargo, para nadie ha pasado desapercibido que han surgido otros tiradores que andan haciendo su luchita por lograr la postulación. Surgen los nombres de los alcaldes, Carlos Bustamante, de Tijuana, y Francisco Pérez Tejada, de Mexicali, del mexicalense Humberto Lepe Lepe y del fracasado desarrollador de viviendas, Netzahualcóyotl Pérez Román, socio de la empresa Urbi, que este año sufrió una estrepitosa caída en la bolsa de valores.
Se advierte que si las cosas estuvieran definidas, sería absurdo que surjan más aspirantes, que carecieran de las más elementales posibilidades. Si las cosas estuvieran definidas, el pretenso que ya tuviese la “bendición”, lo delataría con sus actitudes, pues estaría armando su equipo y diseñando estrategias. Esto sin pasar por alto que quien tiene ya todo listo es Fernando Castro Trenti. Sólo espera la voz de arranque.
Empero, surgen las sospechas, por el hecho de que “panchito” Pérez Tejada, Alcalde de Mexicali, ha venido celebrando reuniones con representantes de todos los sectores priístas, pues presume que tiene enormes posibilidades de ser postulado a la gubernatura. Muy cercas del edil, se ha visto a otro aspirante, Eduardo Martínez Palomera. El “negro”, que tendría fuertes posibilidades para ser postulado, le ponen como principal impedimento para ello, la edad. Consideran que no aguantaría una campaña. Como le ocurrió al General Hermenegildo Cuenca Díaz, quien falleció en plena contienda electoral.
Lo que pocos saben, es que la aparente calma entre los priístas, ante la próxima contienda, no es porque no les interese determinada posición, sino porque el Presidente electo, Enrique Peña Nieto, les ha advertido que no quiere que alguien se mueva, que las decisiones se darán hasta que haya tomado posesión y sus colaboradores asuman sus respectivos puestos.
El mensaje es claro : el “gran elector”, resurgirá del pasado. El viejo PRI, aplicando aquella sentencia de “renovarse o morir”, retorna renovado.
Las viejas costumbres, no se olvidan. Por algo el eterno líder cetemista, Fidel Velázquez, advertía : el que se mueve, no sale en la foto”.
gil_lavenants@hotmail.com
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