Por Gilberto Lavenant
Gracias a su amigo Felipe Calderón, Ernesto Cordero Arroyo, el exSecretario de Hacienda, será Presidente. Bueno, él quería ser Presidente de México, apoyado en las influencias y el apoyo del equipo calderonista, pero ni siquiera logró la postulación panista. Le ganó Josefina Vázquez Mota.
Sin embargo, Felipe lo metió al Senado, por la vía plurinominal. Ayer logró que le permitan presidir la llamada cámara alta durante el primer año de la 62 legislatura federal. De ahí pues que durante los próximos 6 años, a partir del primero de septiembre, tendrán que llamarle “Señor Presidente”. Algo es algo.
Los coordinadores del PRI, PAN y PRD en el Senado, Emilio Gamboa, Ernesto Cordero y Miguel Barbosa, respectivamente, luego de reunirse ayer temprano en la capital del país, acordaron la distribución de las posiciones de la mesa directiva de la Cámara de Senadores, estableciendo las bases para aprobar la agenda legislativa, con los menos tropiezos posibles.
De común acuerdo decidieron que el panista, Cordero Arroyo, será el Presidente del Senado, Gamboa Patrón presidirá la Junta de Coordinación Política y el perredista Miguel Barbosa, la presidencia del Instituto Belisario Domínguez.
El reparto de posiciones, también alcanzará para los partidos chiquitos –PT, y Panal, aquellos que obtuvieron porcentajes menores de votos-, tales como Vicepresidencias y Secretarías.
Este fue el primer paso, para hacer realidad la propuesta de Manlio Fabio Beltrones, de operar un gobierno de coalición en el próximo sexenio, al menos en el Poder Legislativo.
Luego del accidentado proceso relativo a las elecciones presidenciales, del pasado 1 de julio, y ante le cerrazón e imprudencia de los partidos de izquierda y seguidores de Andrés Manuel López Obrador, muchos supusieron que el conflicto poselectoral paralizaría al Poder Legislativo Federal, en perjuicio de México.
Por ello es importante destacar lo ocurrido ayer. Mientras López Obrador insiste en reclamar la nulidad de las elecciones presidenciales, los candidatos electos, a Senadores y Diputados Federales, de los partidos de izquierda que le apoyaron, manifestaron madurez política al integrarse a sus respectivas Cámaras y al establecer las reglas del juego para su integración y operación.
Este fue el primer paso. Lo que bien empieza, termina bien, y por lo tanto, funciona como debe ser. Ponerse de acuerdo en la integración de la mesa directiva del Senado, fue un enorme avance, para lograr consensos en el trabajo legislativo.
Qué importa quien ocupe tal o cual cargo dentro de las mesas directivas del Congreso de la Unión. Lo que importa es que los legisladores de los diversos partidos, independientemente del número y la filiación partidista, sean proclives a los consensos, a las negociaciones, para sacar lo mejor posible las propuestas legislativas.
Comúnmente el partido que tiene mayoría en cada una de las Cámaras, acapara la mayoría de las posiciones de las mesas directivas, así como de las diversas comisiones, lo que le beneficia a la hora de tomar acuerdos.
En este caso, que sea un Senador panista -el bloque partidista, con el menor número de legisladores- quien presida el Senado en su primer año de gestión, pone de manifiesto la voluntad de legislar en base a consensos y no en atención a consignas partidistas.
Bastante tiene que ver en esto, el hecho de que los coordinadores parlamentarios de los diversos partidos políticos, no son tan radicales y protagónicos como algunos de sus antecesores y que obviamente entienden que el llevarse las contras, unos y otros, entorpece o paraliza el trabajo legislativo, en perjuicio de todos. En especial, en perjuicio de México.
El coordinador de la bancada priísta en el Senado, Emilio Gamboa Patrón, al dar a conocer el resultado de los primeros consensos, manifestó que están trabajando para llegar con un ánimo renovado, con un ánimo de tranquilidad, con un ánimo para el bien del país.
“Estamos convencidos –dijo- que el trabajo de los coordinadores parlamentarios, de los grupos que conforman el Senado, son fundamentales para el proceso legislativo que vamos a iniciar”.
Se observa que aún cuando la ley no lo prevé, los coordinadores acordaron que el Partido de la Revolución Democrática, uno de los tres que postularon a López Obrador y con el menor número de Senadores, ostente la Presidencia del Senado en uno de los siguientes tres años.
Otra cosa importante, es que luego del encuentro en el que lograron tales acuerdos, el perredista, Miguel Barbosa, se comprometió a acatar el fallo del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación e incluso colaborar en la ampliación de las tres iniciativas iniciales propuestas por Peña Nieto y que los priístas presentarán en el primer período de sesiones. Contratación de publicidad, comisión anticorrupción y derecho a la información.
Sospechosamente, el único inconforme con los resultados de las elecciones presidenciales del 1 de julio, es Andrés Manuel. Todo indica que así seguirá durante los próximos seis años. Posiblemente piense que a la tercera va la vencida. Por su parte los panistas tendrán en Cordero, al “Señor Presidente”.
gil_lavenants@hotmail.com
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