Por Gilberto Lavenant
Los adultos lo han de recordar. Los jóvenes, posiblemente sepan de dicho personaje por meras referencias de sus padres o abuelos.
El Llanero Solitario fue un héroe popular de los monitos impresos de los 50´s y principios de los 60´s, y que luego fue llevado a la Televisión. Un vaquero justicieron del viejo oeste.
Andrés Manuel López Obrador, quien fuese candidato del llamado Movimiento Progresista, constituído por la alianza del PRD, Partido del Trabajo y Movimiento Ciudadano, no tiene ninguna semejanza con aquel legendario personaje, pues no tiene nada de héroe, salvo por lo llanero, y lo solitario.
Tiene muchos seguidores. Casi 16 millones de mexicanos votaron por él. Irónicamente, salvo los jóvenes del llamado movimiento #YoSoy123, prácticamente nadie le acompaña en su loca aventura, por pelearle la Presidencia de la República al priísta Enrique Peña Nieto.
A punto de concluir el plazo para impugnar la elección presidencial, presentó su escrito de impugnación con unas 500 hojas, al IFE y un bonche de pruebas, con las que pretende acreditar que el PRI compró unos 5 millones de votos, utilizó recursos públicos, tanto estatales como municipales e incurrió en numerosas irregularidades, en base a las cuales considera deben anularse los comicios y convocar a los mexicanos para que vuelvan a votar.
En un principio, los dirigentes nacionales del PAN aceptaron reunirse con los líderes del PRD y demás partidos que respaldaron la candidatura de López Obrador, para analizar la posibilidad de ir juntos en la impugnación. Luego se deslindaron y manifestaron que si bien es cierto que los priístas incurrieron en múltiples irregularidades en los comicios del 1 de julio, precisaron que no eran suficientes como para anular las elecciones.
Los seguidores de AMLO, obviamente, se molestaron feamente. Suponían que con la adhesión del PAN, resultaría sencillo para ellos lograr anular los comicios presidenciales y entonces volverían a resurgir las esperanzas del “peje” en alcanzar la silla presidencial. Si las pruebas, que afirmaban tener en su poder, eran tan sólidas, no necesitaban de socios para derrumbar a Peña Nieto.
Por eso dolió a los de las izquierdas, cuando ésta semana el Presidente nacional del PAN, Gustavo Madero, declaró que el priísta Peña Nieto tiene razón al señalar que no se puede demostrar que se compraron los votos de 25 por ciento de los electores, en base a lo cual se pudiese anular los comicios.
Pero no solo el dirigente panista se pronunció en ese sentido. El mismo día, los observadores nacionales acreditados por el IFE, entregaron su reporte de incidencias registradas durante la jornada electoral y aseveraron que no había condiciones para anular las elecciones. Así mismo, señalaron que entre las irregularidades observadas, no se acreditaron mecanismos paralelos de financiamiento o compra de votos.
En dicho reporte, que se enviará a las Naciones Unidas, se precisa que en más de 2 mil casillas monitoreadas en 17 entidades, hubo dos quejas sobre compra de votos, por parte del PRD y del PRI, en el Estado de México. En total hubo 940 observadores acreditados por el IFE.
Cabe observar que el Senador con licencia, Arturo Núñez, integrante del equipo jurídico de López Obrador, gobernador electo de Tabasco, manifestó que es imposible demostrar la compra de votos. Según el ahora excandidato presidencial de las izquierdas, el PRI compró 5 millones de votos.
“Al amparo del voto secreto –dijo- demostrar que el voto es comprado, es imposible. Los votos que están en las urnas, ahí están. Si fue voto comprado o fue voto libre, eso usted no lo puede decidir en la urna, tiene que ser lo que pasa afuera de la casilla, donde le quitan la credencial, se la condicionan, si retrataron la boleta, si tuvieron que entregar en la operación carrusel, es decir, la probanza está fuera de la casilla. Dentro de la urna usted no puede decir : -Este voto es comprado y este voto es libre. Eso no”.
Núñez Jiménez, exSubsecretario de Gobernación, uno de los hombres más cercanos a López Obrador, reconoció que parte de la complejidad en una elección federal, además, es identificar si el voto supuestamente comprado, se dió en beneficio del candidato presidencial o de los diputados o senadores.
Por si fuese poco, ayer viernes, los miembros de la Conferencia Nacional de Gobernadores –CONAGO- manifestaron su satisfacción respecto de la jornada electoral democrática del 1 de julio, mediante una declaración conjunta, presuntamente firmada por los gobernadores del país y el Jefe de Gobierno del Distrito Federal, declarándose respetuosos de las instituciones y de la decisión ciudadana. Más tarde, Marcelo Ebrard, en su cuenta de Twiter, señaló que era absolutamente falso que el DF y él hayan aprobado y firmado dicho pronunciamiento.
Otro detalle interesante, frente a las intenciones lopezobradoristas de anular los comicios del 1 de julio, es que ya recibieron sus constancias como diputados federales, 99 futuros legisladores federales del PRD, 19 del PT y 16 del Movimiento del Trabajo, y ninguno de ellos ha repudiado dicho cargo. Lo mismo ha ocurrido con 22 Senadores del PRD, 4 del PT y uno del MC. Por el contrario, todos están ansiosos, formados en “fila india”, para recibir sus jugosos sueldos, por “levantar el dedo” en el Congreso de la Unión.
Todo esto fortalece el hecho de que al tabasqueño Andrés Manuel López Obrador ya se le empiece a conocer como “El Llanero Solitario”, no precisamente en referencia al legendario personaje del viejo oeste, sino por llanero, y por solitario. En la última parte de esta nueva serie, seguramente se apuntará que alguien lo vió cabalgando hacia “La chingada”, el rancho de sus padres.
gil_lavenants@hotmail.com
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