Por Teresa Gurza
Cuando yo era joven se decía que todo lo rico o era pecado, o engordaba; o, como en el caso del embarazo sin matrimonio, las dos cosas.
No sé porqué ese disparate que me daba mucha risa, lo relaciono ahora con la adicción a Internet que tienen muchos adolescentes. Tal vez porque en varios casos que conozco, es imposible para los padres impedir a los hijos el uso descontrolado de la computadora, ante la "necesidad absoluta" que sienten de meterse sin dilaciones a la red para checar sus correos electrónicos. Y es que en esta como en otras cuestiones, niños y jóvenes no reciben de los adultos el mejor ejemplo. Porque muchísimos no sueltan el teléfono en ningún lado, hasta caminando van llamando; y se encuentren donde se encuentren, tienen que estar revisando aunque sea de reojo y con disimulo, si llegaron nuevos correos que leer o responder. Lo que salvo casos en que de verdad urja una respuesta inmediata, que son los menos, implica ya dependencia. También lo es, el no poder estar mucho tiempo sin usar la laptop con cualquier pretexto; el caso es sentir el teclado bajo los dedos y pensar que se tienen las cosas controladas, aunque eso diste mucho de ser así. Sé de personas, entre ellas un hermano, que llegan de visita y en lugar de platicar, abren su máquina o piden una prestada y se conectan. A otras les urge despedirse, para sentarse durante horas a ver lo que han subido amigos y familiares a facebook. Pero lo raro es que tanto amor e interés por los demás, no se manifiesta cuando se encuentran con ellos frente a frente y en vivo; porque en lugar de aprovechar el momento para compartir, apresuran la despedida para entrar a la red. Y muchos abuelos aseguran que los nietos les dicen que van a ir a verlos, o les piden que vayan a sus casas porque tienen muchas ganas de estar con ellos; pero cuando llegan, piden prestada la computadora “porque necesito con urgencia ver algo”, o saludan rápido y se van a su habitación a “chatear” con sus amigos. Estos nuevos adictos tampoco descansan lo suficiente, porque se sienten en la obligación de ver todo antes de ir a la cama; y le quitan tiempo al sueño para seguir conectados. Las cosas han llegado al extremo que ya hay especialistas en el tema; y afirman que el uso problemático de las nuevas tecnologías se inicia cuando existe una pérdida de control frente al uso racional. La doctora Vanessa Cantillano, psiquiatra de Clínica Alemana, explica que el abuso y la dependencia ocasiona que la persona no sólo pase muchas horas conectado, sino que todas sus actividades giren alrededor de la computadora, lo que afecta su estabilidad mental, laboral, social y familiar. Y algunas investigaciones hechas en Estados Unidos y países europeos, asocian la sobreutilización de Internet con diversos problemas de salud mental; como alteraciones en patrones de alimentación y de sueño, baja asistencia a clases o al trabajo, disminución del rendimiento académico, depresión, falta de ejercicio y consumo problemático de alcohol. El exceso lleva también a dolores de cabeza, tendinitis, problemas musculares y cansancio visual. Y como actualmente y por fortuna, computadoras, teléfonos inteligentes y aparatos tecnológicos, son usados por prácticamente toda la población, la problemática que su uso causa puede ser masiva. Para ayudar a paliar estos problemas los especialistas recomiendan a los padres, tener la computadora en un área pública de la casa; combinar su uso con otras actividades, ojala al aire libre; establecer previamente el tiempo que se le dedicará, y apagarla al menos una hora antes de acostarse a dormir. XXXXXXXXXXXX FIN DEL ARTICULO. 622 PALABRAS.
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