Por Gilberto Lavenant
A menos de dos meses de iniciar formalmente la contienda presidencial, y a casi 10 días de haber sido electa como virtual candidata panista a la Presidencia de la República, hoy lunes estará de visita en Tijuana doña Josefina Vázquez Mota. Ha emprendido, dicen, una jornada especial para sumar a su campaña a quienes se habían pronunciado a favor de sus rivales, Santiago Creel y Ernesto Cordero. Algunos le llaman “Operación Cicatriz”, anda recorriendo el país “restañando heridas”.
Salvo que son gente de su propio partido, chepina llega a territorio enemigo. El Gobernador José Guadalupe Osuna Millán, fue uno de los 134 panistas, que, adelantándose a los tiempos polóticos, mediante una carta abierta, el 26 de mayo del 2011 “destaparon” al exsecretario de Hacienda, Ernesto Cordero, para que fuese postulado como Candidato del PAN a la Presidencia de la República.
Al final Cordero perdió ante Josefina, pero no puede pasarse por alto que 4 gobernadores, entre ellos el de Baja California, 15 diputados federales, 19 diputados locales, así como funcionarios y miembros del PAN, se lanzaron a favor de Cordero, manifestando estar convencidos de que era la mejor opción para representar a Acción Nacional en la contienda presidencial. Dicho esto en sentido inverso, ellos dijeron estar convencidos de que doña Josefina, no era precisamente la mejor opción.
Y quizás tenían razón, aún no inicia la contienda formal y doña chepina no siente lo duro, sino lo tupido. Ayer domingo, la revista Proceso difundió una nota en la que observa que : “…En 2006, cuando Josefina Vázquez Mota estuvo al frente de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), se cometió un millonario fraude con los fondos del Programa de Vivienda Rural, que beneficiaría a cerca de 5 mil 500 familias. Los partidos crearon al vapor organizaciones fantasma y apuntaron a los presuntos beneficiarios, pero lo cierto es que los recursos se destinaron a las campañas electorales de ese año, incluyendo a la de Felipe Calderón “.
Revelan, con palabras de los propios afectados, en qué consistió el fraude millonario : “…Dijo el señor, que vino hace cinco años, que habrá que esperar a que nos den la casa porque dijeron que lo habían robado; quién sabe quién lo robó, pero aquí seguimos esperando”, dice que dijo el campesino mixe Fidel Rojas, sostén de una de las miles de familias damnificadas por el fraude del Programa de Vivienda Rural, de la Secretaría de Desarrollo Social, en 2005. Señala que el programa, en vez de beneficiar a los sin techo más pobres, fue canalizado hacia las campañas políticas de 2006.
También refieren a Fidel y su esposa Donata, quienes trabajaron seis años para construir el cuarto de adobe donde viven con sus dos hijas, lo que les permitió deshacinarse de la casa del suegro, y que fantasean con que algún día volverá el señor que les prometió una casa de material, de ésas con cemento colado, grava y tabiques.
Se indica que Donata Robles López aparece en el padrón que en 2005 presentó la Federación Nacional de Productores Agropecuarios, Forestales y Pesqueros, AC (Fenpa) ante Sedesol, para tramitar, a través del diputado panista José Luis Preciado, recursos del Programa de Vivienda Rural (PVR) que nunca llegaron.
En el reportaje de Proceso, se advierte que Preciado, no fue el único legislador tramitador, pues formaba parte de una camada de legisladores panistas de Sonora, Veracruz, Hidalgo, Oaxaca y Puebla que aprendieron a ordeñar los programas sociales. Las reglas de operación de Vivienda Rural –se indica- fueron modificadas justo un año antes de las elecciones de 2006, cuando Josefina Vázquez Mota era titular de la Sedesol. Los cambios permitieron entregar recursos a las organizaciones campesinas que los legisladores de cualquier partido solicitaran.
Proceso recuerda que a inicios de 2006 comenzaron a publicarse pruebas contundentes según las cuales legisladores panistas habían creado empresas fachada –dirigidas por sus secretarias, choferes u operadores– para desviar el dinero del programa de vivienda a sus campañas. Según el denunciante principal, Arnulfo Montes Cuen, titular de la Fenpa, esos recursos llegaron a la campaña del mismo Felipe Calderón, candidato a la Presidencia de la República, campaña de la cual era coordinadora la propia Vázquez Mota.
Esto es parte de un reportaje que aparece en el número 1841 de la Revista Proceso, ya en circulación y que seguramente doña Josefina ya ha de haber leído. Si no es así, valdría la pena que alguno de sus colaboradores se la proporcione, este día que estará en Tijuana.
Esto pone de manifiesto que si bien es ciertro chepina no era la candidata de Calderón, sí era su segunda opción, dada la estrecha relación entre ambos y el papel que jugó la ahora virtual candidata panista para financiar la campaña de Felipe a fin de llegar a la Presidencia de la República. También esto demuestra que eso de blindar campañas para evitar que sean financiadas con recursos ilícitos, es puro cuento, cuando que quienes están en el poder utilizan hasta los dineros públicos para ello. La labor de doña Josefina es algo más que “restañar heridas”. Tiene que demostrar las cualidades que los seguidores de Cordero no encontraron en ella para considerarla opción para ser postulada como candidata a la Presidencia de la República. Sobre todo, en Baja California.
Tiene que responder a los cuestionamientos y descalificaciones que le hizo el propio Cordero, cuando en el debate señaló que había sido floja y faltista, en el cargo de diputada federal, que apenas había asistido al 6 % de las asambleas legislativas en las que se tomaron decisiones importantes, que no defendió los programas del Presidente Calderón y que no logró que le aprobaran ni siquiera una iniciativa de ley.
Bueno, no se le puede negar que siendo mujer, tiene la audacia de atreverse a representar a los panistas en la contienda del 2012 hacia la Presidencia de la República, porque no hubo hombres con el tamaño suficiente y el coraje para hacerlo. Ahora, ella es la mujer opción de los panistas. No les queda otra más que sostenerla. Ya no pueden dar marcha atrás.
Aunque dijo que no será más de lo mismo, como dicen vulgarmente, doña chepina no puede “negar la cruz de su parroquia”. No puede negar que es producto del foxismo y del calderonismo. Las heridas que debe restañar, son las que provocó estando en Sedesol.
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