lunes, 27 de febrero de 2012

Palco de Prensa: El corporativismo

Por Gilberto Lavenant
Cuando se inventa el PRI, por llamarle de alguna manera, se inventó el corporativismo. El sistema político mexicano, el del viejo PRI, basó su fortaleza en el corporativismo. Creó los sindicatos de electricistas, petroleros y de todas las ramas de la industria, los que agrupó mediante centrales obreras. Organizó a los campesinos a nivel nacional, a los ganaderos, a los pescadores, a todas las actividades económicas del país, cuyas cabezas eran mangoneadas desde la Presidencia de la República.




La forma de manejarlos era relativamente sencilla : a los líderes nacionales los hacían Senadores o Diputados federales, o bien les daban el privilegio de que escogieran a quienes habrían de ostentar dichos cargos. Comprometidos y mediatizados los líderes, no había reclamos de ninguna especie. El país estaba en calma.



Dentro de este corporativismo, una de las organizaciones obreras que más destacó en poderío político lo fue la CTM, encabezada por el legendario dirigente Fidel Velázquez. Al eterno líder de las gafas negras, le concedieron el privilegio de destapar candidatos presidenciales. Don Fidel era una institución y un poder de facto en la política mexicana. Se advertía que hacer enojar al viejo líder, podría ocasionar la paralización de México, mediante el estallido de huelgas o la simple suspensión de labores. Ningún político quisiera eso.



Sin embargo, el corporativismo dejó de tener vigencia, cuando en el 2000 no pudo sostener al PRI en el poder. Se pierde la Presidencia de la República y el corporativismo quedó huérfano. Ya no había liga o compromiso con el gobierno federal. Entonces las organizaciones que conformaban el corporativismo, empezaron una desbandada, tratando de establecer negociaciones en forma directa con la nueva estructura de gobierno.



Los eternos líderes, obreros, campesinos y demás, de pronto perdieron sus facultades de control y negociación. Ya no tenían el aval del gobierno federal, perdieron sus cotos de poder, dejaron de participar en los repartos de puestos de elección popular e incluso en caso de lograr alguna postulación, nada les garantizaba el triunfo electoral, como antaño.



Una de las organizaciones que sin duda resintió severamente el debacle del corporativismo

del viejo PRI, lo ha sido la CTM, la llamada Confederación de Trabajadores de la República Mexicana que durante tantos años lidereó don Fidel. A 12 años de distancia de vivir bajo gobiernos panistas, dicha central obrera es solo la sombra de lo que fue durante los gobiernos priístas.



En días pasados circuló profusamente en internet, un trabajo periodístico del periódico El Financiero, publicado con fecha 23 de Febrero del año en curso, que muestra los estragos ocasionados por la horfandad priísta, en la CTM.



De entrada se advierte que “…La perdida de liderazgos, la poca capacidad de adaptación a los cambios del mercado laboral, su falta de interlocución a favor de los trabajadores, la transición política del año 2000 y el desempleo han ocasionado que en la última década la Confederación de Trabajadores de México (CTM) haya perdido a más de 30 por ciento de sus afiliados”.



Observa que “…los especialistas sostienen que la central que encabeza Joaquín Gamboa Pascoe, pese a contar con una legitimidad legada por el exdirigente Fidel Velázquez (q.e.p.d.) “hoy no es una organización que defina una elección”.



Luego señala que datos de la Dirección General del Registro de Asociaciones (DGRA) de la Secretaria del Trabajo y Previsión Social (STPS), revelan que mientras que en 2000 la central obrera contaba con una membresía de 896 mil 678 trabajadores, al 3 de febrero de 2012, -fecha en que la base de datos fue actualizada- reportó 597 mil 580, lo que significa que una reducción de 33.4 por ciento.



Indica que “…Los sindicatos de electrisistas, azucareros, textileros, de radio y televisión, transporte, refresqueros, harineros, de la industria automotriz y los petroleros, son los que aportan una tercera parte de la membresía de la CTM”.



“Tan solo –apunta- el Sindicato Unico de Trabajadores Electricistas de la República Mexicana (SUTERM) que tiene contrato colectivo con la Comisión Federal de Electricidad (CFE) agrupa a 62 mil 925 trabajadores, mientras que el Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM) tiene en sus filas a 98 mil agremiados”.



Hace hincapié en que aunque el Sindicato Petrolero que encabeza Carlos Romero Deschamps aparece en la base de datos de la DGRA como afiliado a la CTM, en el STPRM afirman que desde 1996 dejaron de participar de manera activa con esa central obrera, por lo que -de ser así- la membresia de la Confederación se reduciría a 499 mil 500 agremiados.



Así mismo observa que si se contalibiliza la presencia nacional de la CTM, por sindicatos, en 2000 contaba con 706 y a febrero del 2012 reporta 357. En pocas palabras, a 76 años de la creaciónde la CTM y a solo 12 de haber quedado en la horfandad política, a partir de la llegada del PAN al gobierno federal, la otrora poderosa CTM, hoy es solo la sombra del pasado. No define elecciones, ni puede prometer votos a favor de nadie.



Irónicamente, no obstante sus pobrezas, la CTM logró endilgarles a los priístas de Baja California a su dirigente estatal, Eligio Valencia Roque, como candidato a Senador en la primera fórmula, lo que le garantiza la posibilidad de llegar al Senado, incluso en caso de una derrota priísta.



Los jerarcas priístas andan sumamente preocupados, pues no encuentran cómo levantar o armar una contienda electoral, con una central obrera de mero membrete, que carece de membresia y representación obrera. Olvidaron que ya no son los tiempos del viejo PRI, que la simulación y el parapeto no bastan. Que el corporativismo, ya es historia.

gil_lavenants@hotmail.com

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