Por Gilberto Lavenant
No cabe duda que nuevos vientos soplan en la política mexicana. Esto, a partir del retiro “voluntario” tanto del exprecandidato priísta a la Presidencia de la República, Manlio Fabio Beltrones, como del ahora exdirigente nacional del PRI, Humberto Moreira.
Quienes fundaban sus aspiraciones políticas en sus relaciones con ambos personajes, se quedaron, como se dice vulgarmente, “colgados de la brocha”. Optimistas pintaban un escenario halagador, habían hecho pactos que aparentemente les garantizaban magníficas oportunidades, aunque ellos en lo personal no tuviesen relación alguna con la “estrella de la película” que se “rodará” en el 2012.
Imaginariamente, Iban ascendiendo, escalón por escalón, y cuando estaban a punto de llegar a sus respectivos objetivos, de pronto se quedaron en el aire. Igualito que ocurre como cuando a alguien le “quitan la escalera”.
La interpretación de tales acontecimientos es que el panorama es incierto para muchos. En especial para los políticos bajacalifornianos, que no encuentran de donde afianzarse, de donde aferrarse, para que sus proyectos no se esfumen.
Para quienes no lo sepan, deben saber que políticos que no habían sido considerados como prospectos para cargos de elección popular, bajo las directrices de Beltrones y Moreira, ahora tienen ante ellos un panorama halagador. Los “amarrados”, en cambio, podrían ser desplazados. Un experimentado político confió al columnista autor de Palco de Prensa, que después de la salida de Beltrones y Moreira, le irá mucho mejor.
El desconcierto es general. En unos, se reflejan rostros de preocupación, en tanto que a otros la sonrisa no la saben disimular. Sobre todo, aquellos que de tiempo atrás habían establecido contacto con el cuasicandidato Enrique Peña Nieto, desde que éste era Gobernador del Estado de México.
Se presume que recibieron instrucciones de retornar a la entidad, para que los recuerden, al menos, para que hagan sentir a los bajacalifornianos que ellos sí están identificados con el mexiquense. Que aunque no son nativos de Atlacomulco, tienen línea directa con personajes del grupo del mismo nombre. Pronto se observarón los retornos.
A propósito de tales retornos, el pasado sábado, en la reunión semanal del Grupo Político “Jesús Reyes Heróles”, que preside Francisco de la Madrid Romandía, estuvo como invitado especial Daniel Quintero Peña, sinaloense de orígen, pero ensenadense por adopción.
Muchos ya casi ni lo recuerdan, porque hace años abandonó Baja California. Dicen que se fue a “picar piedra” a otras entidades y coincidentemente escogió al Estado de México. Precisamente durante la contienda por la gubernatura mexiquense, en donde el personaje central lo fue Eruviel Avila, fue designado como delegado especial del CEN del PRI en uno de los municipios de dicha entidad. En el evento del registro del precandidato priísta Enrique Peña Nieto, las crónicas periodísticas mencionan su presencia, entre muchos otros bajacalifornianos. Cuentan que también fungió como operador político del candidato priísta al gobierno de Zacatecas, Miguel Alonso Reyes.
Quintero Peña, nació el 3 de enero de 1951, en Culiacán, Sinaloa, pero radicó en Ensenada, casi toda su vida. Fue Alcalde del puerto, de 1998 al 2001. Su estrella política prácticamente se apagó cuando en el 2001 contendió como candidato priísta a la gubernatura de Baja California, siendo derrotado por el panista Eugenio Elorduy. Cinco años después, sufrió otra derrota electoral, cuando contendió por la diputación federal, por el II Distrito.
Es arquitecto de profesión, con Doctorado en Planificación Urbana, nació el 3 de enero de 1951 en Culiacán, Sinaloa, pero radicó en Ensenada, casi toda su vida, hasta que, seguramente convencido de que concluía su carrera política en la entidad, se trasladó al Estado de México, luego de lo cual, ya “resucitado”, retorna a la entidad. Hay quienes estiman que será postulado como candidato a diputado federal por Baja California en los comicios del 2012, para que “se saque la espina” de los anteriores fracasos.
El caso de Quintero Peña, podría servir de ejemplo para muchos bajacalifornianos. Todo indica que los peñistas, de nacimiento o por adopción, serán quienes predominen en el escenario político nacional. Incluso, aunque en su carrera política tengan derrotas electorales, como en el caso del exalcalde ensenadense.
Este panorama se irá despejando, en la medida en que avance el calendario electoral, cuando tengan que registrarse los precandidatos a diputados federales y senadores. Entonces, se acabarán las especulaciones y disminuirá la incertidumbre.
Falta ver, la reestructuración que establecerá en el Comité Ejecutivo Nacional del PRI, Pedro Joaquin Codwell, a partir de que el jueves de la presente semana sea ungido como sustituto de Humberto Moreira o allá por Febrero, cuando Peña Nieto sea postuilado formalmente como candidato priísta a la Presidencia de la República y anuncie la integración de su comité de campaña.
Los seguidores de Manlio Fabio, aún conservan la esperanza de que el sonorense, si no fue considerado para la dirigencia nacional priísta, le asignen la coordinación general de la campaña de Peña Nieto. Si otro ocupa ese lugar, se dará por cierto lo que en voz baja muchos comentan, que Peña Nieto y Beltrones casi son como el agua y el aceite, que no hay química entre ellos y que efectivamente, como lo dijo el Senador, en su manifiesto de despedida, a partir del día siguiente de su publicación, inició otra vez. Como quien dice : borrón y cuenta nueva.
En estos momentos, muchos priístas darían cualquier cosa por haber nacido en Atlacomulco. Pero, aunque no sean nativos, al menos los adoptivos, serán privilegiados. Habrá que ver.
gil_lavenants@hotmail.com
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