lunes, 5 de diciembre de 2011

Expediente Político: Pitorreo político

Por Alfredo Calva
La tarde noche del pasado viernes dos de los corrientes, en el patio central de palacio municipal de Playas de Rosarito, el senador Fernando Castro Trenti y los alcaldes de Ensenada, Tecate y Mexicali, Enrique Pelayo, Javier Urbalejo y Francisco Pérez Tejada, respectivamente, compartieron un verdadero espacio de solas esparcimiento, alegre, jocoso, que les permitió compartir bromas y chascarrillos entre ellos.




La razón de esta algarabía, por cierto, no ideada por parte de ellos, se registro durante el evento de lectura del primer informe de gobierno del alcalde rosaritense, Javier Robles Aguirre, acto al que acudieron en calidad de invitados de honor, al igual que el titular del poder ejecutivo en la entidad, José Guadalupe Osuna Millán y acompañantes.



Con la independencia del acto protocolario correspondiente de la lectura del informe, y la pobre intervención de los ediles representantes de las fuerzas políticas en el cabildo, por sus discursos abundantes en zalamerías, entreguismo, falacias y ausencia de dignidad política, los regidores pertenecientes al PRD y al PAN, fueron los conductos y victimas que permitieron el alborozo de los invitados.



El motivo de este gozo no planeado, lo deben de agradecer, a la conjura realizada por el clan Antonio Serret, Alejandro Cabrera, quien funge como Secretario Particular del alcalde y Omar Agüero, Director de Proyectos Estratégicos de la Secretaria de Finanzas, del gobierno municipal, en contra de los ediles, Diego Ramírez, del PAN y Guillermo Torres del PRD, la razón, el cobro de facturas políticas, al no avalar en ocasiones, acuerdos, propuestas y caprichos de los ediles priistas, en especial, de Antonio Serret, en el cabildo.



La felonía en cuestión, se llevo a cabo a través de jóvenes pertenecientes a la Federación de Organización Obreras de las Juventudes (FOOJ), cuya consigna estribo en azuzar a los acarreados a que gritaran “fuera, fuera, fuera”, durante las intervenciones de Diego Ramírez y Guillermo Torres.



Esto provoco invariablemente la intervención del alcalde de manera constante, orillándolo a dar un traspiés verbal ya desesperado cuando participaba el edil del PAN, pidiéndoles a los alborotadores que, ¨se callaran, para que pudiera terminar, y ya se callara el regidor”, lo que arranco las risas de todos los presentes, en especial, la del gobernador y acompañantes, que al igual que los alcaldes y el senador disfrutaban del espectáculo.



Durante estas interrupciones, senador y ediles, gobernador y subordinados, intercambiaban comentarios jocosos que solo les provocaba más alegría, los ocho o diez minutos de manera alterna, que duro esta maniobra de agresión, fue el tiempo en que los políticos tricolores que sean distinguido por sus constantes roces, en especial, los ediles con el senador Castro Trenti, lo olvidaron, no requirieron de echar mano de su civilidad política para disfrutar ese exiguo tiempo de algarabía.



Simplemente los resabios se olvidaron por unos minutos, Un buen tiempo.



Pensaron ¨Valió la pena asistir¨



Pero, fue una pésima maniobra



Que provoco aciago político a Javier Robles Aguirre.

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