Por Alfredo Calva
Reza un viejo refrán ¨Cuando el pobre tiene para carne, es vigilia¨, y este se acomoda a la perfección al Partido Revolucionario Institucional (PRI), con respecto a sus posibles candidatos a legisladores federales, que aspiren llegar a las dos cámaras del Congreso de la Unión, la de diputados y la del senado.
Con respecto a la cámara de senadores, los tricolores que han manifestado su intención de buscar la posición, no solo muestra, sino demuestra la aguda anemia política que padece ese organismo político, nombres como René Mendivil Acosta, Enrique Acosta Fregoso y David Saúl Guakil y Eligio Valencia Roque, destacan al exterior un exiguo capital político, que no les permitirá ser, verdaderamente competitivos.
Los antes relacionados, no garantizan el triunfo en las urnas para su partido, de hecho, si asumen, cualquiera de ellos, candidaturas a la cámara alta del Congreso de la Unión, es dar certificación a lo que se establece en las encuestas con respecto a las preferencias ciudadanas, que establecen que, el PAN, se llevara las curules en juego, con relación a las senadurías, con respecto a las diputaciones, obtendrá la mayoría de los escaños.
Esta insuficiencia política que emerge del PRI a través de las aspiraciones de los referidos, debe de sustituirse por una fuerte dosis de energías, emanadas de militantes con probidad comprobada y demostrada, si es que en realidad pretenden obtener triunfos en la contienda del próximo año, sobre su rival de enfrente, los hijos de Manuel Gómez Morín.
La auscultación y autocritica debe de ser, de forma y fondo, las simulaciones de nada les ayudara, el consenso y el pragmatismo tiene que ser verídico, las fuerzas o grupos al interior del organismo deben de estar equilibrados, volteando a ver cada uno, a quienes han mostrado sin aspavientos ser eficaz y eficiente en los cargos políticos encomendados, solo de esta forma podrán tener reales posibilidades de triunfar, de no hacerlo así, solo estarán condenados como siempre, al fracaso.
De ellos depende, ganan o siguen perdiendo.
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