CARTA PÚBLICA
Lic. Carlos Bustamante Anchondo
Presidente Municipal de TijuanaPresente.
Te escribo esta carta después de haberme enterado de tu decisión, tomada junto con el Gobernador José Guadalupe Osuna Millán, para desalojar a las personas que mantenían un plantón en el Parque Benito Juárez por una causa justa, como lo es la defensa de dicho Parque, ante las pretensiones de talar más de un millar de árboles y destruir el emblemático centro cívico de la ciudad de Tijuana, para convertirlo en un Zócalo, proyecto cuyo costo-beneficio para Tijuana es muy cuestionable; y que en verdad suena más a capricho y necedad por parte de quienes lo promueven, seguramente por los muchísimos millones de pesos que a ellos, sus familiares y amigos habrá de redituarles la construcción de la obra en cuestión.
En tu caso hay algo mucho más que eso y creo que vale la pena que lo recordemos juntos. En el pasado proceso electoral, ante la renuncia de la candidata del PRD a la Presidencia Municipal, un grupo de ciudadanos ajenos al PRI, decidimos apoyar tu candidatura a la Presidencia Municipal de Tijuana. La Presidenta Nacional del PRI en ese tiempo, Beatriz Paredes Rangel, a quien conozco hace años, me pidió que platicáramos con un buen amigo, Eliseo Mendoza Berrueto, Delegado del PRI en Baja California, para ver las posibilidades de apoyar tu candidatura.
No niego que cuando la Presidenta del PRI me hizo una solicitud de esa naturaleza, se me vinieron a la mente muchos recuerdos de los profundos desencuentros que tú y yo hemos tenido; sin embargo, ante la posibilidad de que el PAN se alzara con la victoria, decidimos apoyar tu candidatura, después de que convenimos con el Lic. Eliseo Mendoza Berrueto, que apoyarías la demanda de los defensores del Parque Benito Juárez; tú te comprometiste frente al delegado del PRI, a que en el caso de que el voto mayoritario te favoreciera, apoyarías la demanda de nuestros compañeros y rechazarías involucrar a tu gestión municipal en dicho proyecto.
Eliseo Mendoza, me hizo saber que aceptabas nuestra propuesta y qué harías público tu rechazo. Así fue, expresaste públicamente tu rechazo al proyecto del Zócalo y más de “cuatro renegados” apoyamos tu candidatura para cerrarle el paso al PAN.
La política es de compromisos o no es política. En su momento, para obtener el voto popular, tu compromiso fue no apoyar la destrucción del Parque Benito Juárez; muy lamentablemente, con el desalojo, hoy incumples tu palabra.
Con esta decisión le has fallado a Tijuana, le has fallado a quienes te apoyaron, le has fallado a tu partido y te has fallado a ti mismo.
¿No tuviste la visión o no te hicieron notar tus asesores que al apoyar la construcción del Zócalo y faltar a tu promesa de campaña, estabas saboteando al PRI y haciéndole el juego al PAN –que jugó y gano una carambola de tres bandas, que le sabe a gloria por el proceso electoral de 2012- contribuyendo a minar la confianza ciudadana en el PRI para futuras contiendas?
¿No pensaron que esta decisión va a marcar tu carrera política de por vida y te deja estigmatizado para contender y ganar otro cargo de elección popular?
¿No valoraron que existe un Decreto Presidencial relacionado con el área del parque y que no se puede disponer así como así del predio para ocurrencias?
¿Por qué se pretende realizar autoritariamente la obra del Zócalo cuando no está contemplada ni en el Plan Estatal de Desarrollo, ni en los Planes de Desarrollo Municipal?
Si los promotores del Zócalo tenían tanto interés, ¿porque no asistieron a los Foros convocados por el Ayuntamiento o el Gobierno del Estado para defender su proyecto?
Otro aspecto que deliberadamente se ignoró, es que según Decreto del Diario Oficial de la Federación de fecha 14 de julio de 1978, el Gobierno Federal otorgó la manzana 231 para la plaza cívica de la ciudad de Tijuana. En dicho decreto, se incluyó una condicionante en la donación, que señala: “Si el gobierno del estado de Baja California le diere a los inmuebles que se le enajenan, un uso distinto al señalado en este decreto, revertirán con todas sus mejoras y accesión a favor del gobierno federal”.
Un decreto posterior, de fecha 30 de noviembre de 1984, reitera que la plaza cívica en cuestión, tiene un carácter de parque urbano, y es propiedad del dominio público. Por tal razón, no puede –por ningún motivo– ser enajenada, ni trastocada en su esencia, ni embargada, hipotecada, concesionada a particulares, o modificada en sus dimensiones originales, y mucho menos, darle un uso diferente al que se le condicionó en la donación presidencial.
¿Por qué se hizo caso omiso de todo esto y se está corriendo el riesgo de que Tijuana pierda el predio, si se destina a otros usos que no sean los de un parque urbano?
Una persona que falta a sus compromisos pierde autoridad moral, pero cuando esa persona es una autoridad, no sólo pierde autoridad moral sino legitimidad ante los gobernados. La historia nos muestra muchos casos en los que éste tipo de conductas pueden desatar confrontaciones sociales de consecuencias impredecibles y manifestaciones diversas de una sociedad que se considera engañada y agraviada.
No puedo dejar de mencionar que en el transcurso del día escuche las entrevistas que te hicieron a ti y al Gobernador, en donde ambos justifican esta acción a todas luces injusta, con un argumento que ofende aún más al pueblo tijuanense, al considerarlo retrasado mental, tratando de que creamos que el desalojo se produjo porque había un gran riesgo para la población, porque las personas que estaban en el plantón tenían un microondas y una mina de gas. Desconozco quien les sugirió este argumento que cusa hilaridad, pero sería recomendable se alejaran de él, porque para decir eso no se estudia.
Más que obras suntuosas, los 1,200 millones de pesos que se piensa gastar en esa magna obra, debieran ser destinados a construir accesos a las colonias populares, a construir preparatorias, a atender a las personas adultas mayores, a los jóvenes, a los indígenas, para apoyar a esa Tijuana que fue la que te eligió y que sufre todos los días con un transporte malo y caro, que sufre la disminución de su salario y el alargue de la jornada de trabajo; que padece autoridades incompetentes que tienen a media ciudad sin agua desde hace una semana; con una policía en la que malos elementos se dedican a extorsionar al turismo; con una delincuencia que la agobia; unas adicciones que la asfixian y un Presidente Municipal que, con acciones como el desalojo, se ha convertido en comparsa de un gobierno estatal con intereses políticos, sociales y económicos opuestos a los del partido que lo llevó a la Alcaldía.
Es una burla utilizar recursos públicos en una obra dispendiosa, cuando vivimos en un Estado donde los índices de desarrollo humano difundidos por dependencias nacionales y extranjeras, señalan que el nivel de vida de los tijuanenses se deteriora día a día.
Según el CONEVAL, más de medio millón de bajacalifornianos tienen carencias en el acceso a la alimentación, cerca de dos millones de personas tienen carencias en el acceso a la Seguridad Social; y en los últimos dos años la pobreza en Baja California ha aumentado seis puntos ubicando en el sector de la pobreza a más de un millón de bajacalifornianos. Si todo esto no te es ajeno ¿qué estás haciendo para resolverlo?
Gobernar a Tijuana requiere amarla y comprender a su gente; valorar lo que significa la lucha social en la obtención de las aspiraciones colectivas y el papel que puede jugar tu partido en la transformación de las condiciones de vida de todos sus habitantes. Los partidos no son franquicias, y la legitimidad que obtienen se gana o se pierde todos los días con lo que haces o dejas de hacer.
La Institución Municipal debe terminar con el caos que por momentos –cada vez mayores- parece envolverla, retomar su rumbo con firmeza y tener objetivos claros, y planes y metas congruentes con las demandas y necesidades ciudadanas más sentidas.
En nuestro sistema democrático, la participación social en la toma de decisiones es fundamental para un buen gobierno. La toma de decisiones alejada del pueblo, inexorablemente, va dejando sólo al gobernante.
Si decidiste eliminar esta participación de la sociedad, habrás de sufrir de la misma sociedad las consecuencias; al igual que las de contratar asesores que sangran con cobros multimillonarios las arcas municipales y realizar viajes por el mundo con cargo al erario municipal.
En Tijuana no cabe ya la doble moral en la que, por un lado donas tu salario a una obra de caritativa y se da a este evento una publicidad que tiene un costo muy superior a la aportación mensual del donativo.
Lamento mucho tu actitud para con la ciudad, para con tu partido y para con los defensores del Parque, a los cuales les ofrezco mi apoyo y solidaridad incondicional en esta lucha, que apenas comienza y que ya no sólo es de ellos, sino de todos los tijuanenses que aman esta ciudad.
Jaime Martínez Veloz
Tijuana, B.C., a 2 de Noviembre de 2011.
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