viernes, 7 de octubre de 2011

Palco de Prensa: El retorno

Por Gilberto Lavenant
Tal y como estaba previsto, ayer miércoles, en sesión extraordinaria de cabildo del XX Ayuntamiento de Tijuana, fue aprobada la designación del Lic. Jesús Alberto Capella Ibarra, como nuevo Secretario de Seguridad Pública, en este municipio.

Siguiendo el protocolo para ello, el Alcalde Carlos Bustamante propuso una terna integrada por Capella, así como por Alberto Licona Castellón y Julián Dominguez Arce. Tres de los cuatro regidores panistas, Erwing Areizaga, María Luisa Sánchez y Claudia Ramos, votaron en contra. Los demás regidores, incluyendo el panista Ricardo Franco, votaron a favor de Capella, así como la Síndico Yolanda Enríquez y el Alcalde.

La votación final fue de 12 a favor, y 3 en contra. Aproximádamente a las 17:55 horas, ante el Cabildo en pleno, Capella Ibarra rindió su protesta como nuevo Secretario de Seguridad Pública de Tijuana, luego de que el 1 de diciembre del 2007 fue cesado por el Alcalde panista Jorge Ramos Hernández, designando en su lugar al controvertido Julián Leyzaola Pérez.

Cuatro años después, Capella regresa para una segunda oportunidad. Son otras condiciones las que se viven actualmente, totalmente distintas a las que prevalecían cuando su cese, pero no por ello sencillas.

Salvo los tres regidores panistas, los de los diversos partidos representados en el XX Ayuntamiento de Tijuana, PRI, PAN, PT y Panal, respaldaron la decisión del Alcalde de remover a Gustavo Huerta Martínez, de quien se dijo que ya no estaba dando resultados positivos, que ya eran frecuentes las quejas de abusos policiacos.

Pero no fue un respaldo incondicional. Le advirtieron que el nuevo Secretario de Seguridad Pública, deberá mantener el orden en la corporación, la disciplina, el pugnar por el respeto a los derechos de la ciudadanía, el combate a la inseguridad en la periferia de la ciudad y en especial en la zona este.

Hubo “casa llena” en el salón de sesiones del Cabildo tijuanense. Aunque se daba como un hecho la aprobación de la designación de Capella, hubo quienes supusieron que habría pronunciamientos en contra.

Una advertencia que le hicieron al Alcalde, es que el cambio de mandos militares a mando civiles, no vaya a afectar la coordinación con las fuerzas armadas. Bustamante respondió que la decisión la tomó, luego de hacer las consultas correspondientes con el General Alfonso Duarte Mújiga, Comandante de la Segunda Región Militar, con el General Gilberto Landeros, Comandante de la Zona Militar e incluso con el Gobernador José Guadalupe Osuna Millán

Del 1 de Diciembre del 2007, al miércoles 5 de Octubre del 2011, o sea durante 4 años, la policía municipal de Tijuana operó bajo los mandos militares de Julián Leyzaola y Gustavo Huerta. Aparentemente, incialmente las cosas funcionaron bien, cuando los delitos de alto impacto en esta frontera generaron un clima de inseguridad sumamente preocupante. En los últimos meses, los militares se vieron involucrados en casos de abusos y extorsiones. La incidencia de delitos comúnes, cuya prevención es competencia precisamente de las autoridades municipales, es alarmante.

El cese de Huerta fue realmente fulminante. Hay quienes dicen que ni las gracias le dieron. Por la mañana del martes, el día de su cese, Huerta acudió como invitado a un programa radiofónico y se le escuchó expresarse con plena confianza o seguridad del cargo que ostentaba. Por la tarde, tenía programada una reunión con empresarios, pero en su lugar acudió Capella, horas después de que el Alcalde anunció su designación como encargado de la Secretaria de Seguridad Pública.

La tarea a desarrollar por el nuevo Secretario de Seguridad Pública Municipal, no es nada sencilla. El Alcalde dice que lo designó, porque lo conoce y le tiene confianza. Pero no todos los tijuanenses lo conocen y por lo tanto no le pueden tener confianza. Se requiere, que demuestre que efectivamente tiene la capacidad y experiencia necesaria para atender la problemática de la ciudad.

La población de Tijuana requiere policías, enérgicos, para someter a los mañosos, pero atentos, respetuosos y eficaces, para atender y responder a los llamados de auxilio. El “cobro de piso” es algo común, que hacen hasta los delincuentes de menos peligrosidad. Los asaltos a transeúntes, a obreros y empleados de maquiladoras, las violaciones a jovencitas y mujeres en general, a plena luz del día. Los pillos, hacen de las suyas, no porque sean muy listos o audaces, sino simplemente por la ausencia de la autoridad policiaca.

Y no solo en las calles y en las colonias periféricas ocurren los robos, los asaltos y las agresiones. Las vialidades, los cruceros, presentan riesgos enormes, porque nadie respeta las señales de tránsito, en especial los vehículos de transporte público, porque han comprobado que nadie los vigila y por lo tanto nadie los sanciona.

No se requieren métodos científicos o extraterrestres, para mejorar las condiciones de seguidad pública en la ciudad. Simplemente, tener presencia y actuar con eficacia y prontitud. Regresr a los policías de barrio, rehabilitar las casetas policiacas o establecer delegaciones policiacas en puntos estratégicos. En especial, que demuestren que se puede confiar en ellos. Que dejen de ser considerados como pillos con placas y uniformes.

De manera especial, habría que sugerirle a Capella, que se abandone la práctica de tratar como animales a las personas de ropas modestas, porque el ser pobre, no es ningún delito. El solo hecho de cargarlos en las cajas de los pick up, habilitados como patrullas, es denigrante y difamante. Que el retorno de Capella, sea para bien, no para mal. 


gil_lavenants@hotmail.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario