Por Gilberto Lavenant
El manifiesto publicado ayer, cuando menos en dos periódicos capitalinos, bajo la propuesta “Por una democracia constitucional” y pronunciándose por un gobierno de coalición, como fórmula ideal para mantener una estabilidad política a partir del próximo sexenio, desconcertó a muchos.
El texto sencillo, pero en pocas palabras, dijo mucho más de lo que pocos se han atrevido.
“Quienes suscribimos este manifiesto tenemos distintas posiciones políticas y doctrinarias pero compartimos una firme decisión : consolidar la democracia constitucional en México para dar respuestas a las exigencias de justicia, equidad, desarrollo y seguridad”, indican en el primer párrafo.
“En una democracia –agregan- las ideas políticas nos hacen diferentes pero no nos hacen enemigos”.
“Hemos construido –continuan- el pluralismo democrático en el Congreso pero no en el Gobierno. Debemos dar los pasos que faltan para superar esta contradicción y consolidar nuestra democracia constitucional”.
“El ejercicio del poder en la pluralidad –advierten- implica la cooperación de las fuerzas políticas”.
En otra parte del texto aseveran que : “El Estado constitucional es un orden de libertades para los gobernados y de responsabilidades para los gobernantes”.
Luego hacen hincapié en que “Para consolidar la democracia constitucional es necesario que el Congreso y el gobierno funcionen de manera armoniosa” y observan que : “Es necesario una interlocución permanente y constructiva entre el Congreso y el gobierno, porque ambos son órganos de la soberanía popular”.
“Queremos –dicen- un sistema político que haga compatibles las diferencias propias de una democracia y las conductas cooperativas propias de una república”.
En el penúltimo párrafo advierten que : “El programa de gobierno debe contar con apoyo mayoritario de los representantes de la Nación” y concluyen diciendo : “Si ningún partido dispone de mayoría en la presidencia y en el Congreso, se requiere de una coalición de gobierno basada en un acuerdo programático explícito, responsable y controlable, cuya ejecución sea compartida por quienes lo suscriben”.
Es en este último párrafo, en lo de gobierno de coalición, donde está el meollo de este desplegado, que ha desconcertado a muchos y que también ha generado reacciones virulentas.
Todo mundo sabe, aunque hay muchos que aún se niegan a reconocerlo, que el sistema presidencialista ya está agotado. Sobre todo, a partir de que muchos electores han despertado y ya no se van con la corriente. Antes decían : -para qué votar por un partido distinto al PRI, si al final de cuentas el PRI siempre gana ? Pero de pronto muchos despertaron y votaron por el PAN, algunos otros por el PRD y otros más por el PRI, al grado de que ya nadie la tiene segura.
El problema es que son mucho más los electores que continúan dormidos, o aunque estén despiertos, no muestran interés en emitir sus votos, lo que ha llevado a la legitimación de gobiernos de minorías.
Esto también ha dado lugar a que el Presidente en turno, no logra realizar sus propuestas, cuando su partido no obtiene mayoría en el Congreso de la Unión. Se sabe cuáles son las reformas legales que se requieren para que el país mejore, pero los legisladores no resuelven conforme a los intereses nacionales, sino conforme a las consignas partidistas.
La situación es relativamente sencilla y entendible : nadie quiere votar a favor de las propuestas del Presidente en turno, aunque sean positivas y necesarias, si es del partido contrario. Por ello la propuesta de establecer un Gobierno de coalición, en donde todos los actores políticos participen en la toma de decisiones, respecto a las acciones de gobierno a desarrollar o realizar.
No deja de llamar la atención, que la propuesta la hace un priísta, Manlio Fabio Beltrones, cuando que se supone que el priísmo prácticamente tiene en la bolsa el triunfo electoral en el 2012 y sería el primero en experimentar esta fórmula.
Como tampoco deja de llamar la atención los nombres de los personajes que suscriben el manifiesto publicado este martes, pronunciándose a favor del gobierno de coalición, como la fórmula ideal para lograr una democracia constitucional. Personajes que resulta difícil creer que hayan coincidido en un punto tan importante.
Manlio Fabio Beltrones, ponente de la idea, Manuel Camacho Solís, Cuauhtémoc Cárdenas, su hijo Lázaro Cárdenas Batel, Santiago Creel, Denisse Dresser, Marcelo Ebrard, Juan Ramón de la Fuente, Carlos Fuentes, Xóchitl Gálvez, José González Morfín, Miguel Angel Granados Chapa, Pedro Joaquin Codwell, Francisco Labastida Ochoa, Mario López Valdez, Carlos Navarrete, Arturo Muñoz, Francisco José Paoli, Federico Reyes Heróles, Armando Rios Piter, Ernesto Ruffo Appel, Diego Valadés, Jorge Volpi y José Woldenberg.
¿Cómo le hicieron para lograr coincidir en el tema y atraverse a suscribir el manifiesto ? Como quiera que haya sido, las consideraciones vertidas en el manifiesto, son sencillas y de gran trascendencia. Es, sin duda alguna, un gran paso para lograr lo que definen como “democracia constitucional”. Lo preocupante es que, advertidos los riesgos y planteada la posible fórmula para enfrentarles, en las mejores condiciones posibles, aún persistan las descalificaciones, las resistencias y regateos.
gil_lavenants@hotmail.com
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