lunes, 15 de agosto de 2011

Palco de Prensa: Las inteligencias

Por Gilberto Lavenant
El viernes 12 de agosto, uno de los integrantes del personal de Agencia Fronteriza de Noticias, tuvo un desagradable incidente. Acudió a cubrir la detención de un individuo que asaltó a un cuentahabiente, afuera de una sucursal bancaria, y se topó con un “gorila”, disfrazado de policía.

El encargado de velar por la seguridad y el órden público, portando arma de alto poder, cubierto la cara con pasamontañas y con casco de protección, de manera altanera, prepotente, llamó la atención al periodista que buscaba el mejor ángulo, a fin de reportar los hechos a través del medio informativo para el que labora.

No había razón alguna para que le impidiera el paso o que le molestara la presencia del periodista. No se trataba de un hecho sangriento, en el que se corriese el riesgo de alterar la escena del crimen, como dicen pomposamente. Se trataba de un asalto y, milagrosamente, el asaltante fue detenido. Caso raro. Quizás por ello el interés del periodista.

Enfadado por la actitud grosera del policía, el periodista le tomó una foto con su celular, a fin de identificarlo. Esto provocó la ira del abusivo sujeto, quien trató de arrebatarle el aparato de comunicación móvil y al no lograr su propósito, súbitamente le colocó las esposas en la mano derecha, en la que inicialmente portaba su celular. Luego, lo obligó a colocarse de espaldas, de cara hacia la pared, para someterlo groseramente. El policía le dió al periodista, un trato mucho más severo, que al delincuente detenido en tales hechos.

Cuentan que las cosas hubieran sido de mayor gravedad, pero que cerca de ahí se encontraba Adrián Hernández, Director de la Policía Municipal, quien al tener conocimiento del abuso, le dió instrucciones al agresor que liberara al periodista.

Cabe observar que este tipo de situaciones, son algo común. La mayoría de los policías, en este caso los municipales, actúan prepotente y arbitrariamente en cuanto observan a los periodistas. De inmediato, les sale el “gorila” que llevan dentro. No entienden razones, ni escuchan explicación alguna.

Así es que esto no es nuevo. Pero no por ello deba solaparse o tolerarse. La labor periodística, no puede ser frenada u obstaculizada por nadie, mucho menos por los policías municipales.

Al ser entrevistado respecto a tales hechos, el citado Adrián Hernández, sin pena alguna, dijo que a los representantes de los medios de comunicación les falta inteligencia, que deben actuar inteligentemente cuando van a cubrir los eventos policiacos.

Como no explicó, qué trató de decir, al manifestar que los periodistas deben actuar con inteligencia, cuando cubren eventos policiacos, pues ni modo, necesitamos darle una manita y tratar de interpretarlo.

Ciertamente, cuando alguien va al zoológico, y se acerca a las jaulas de los animales, debe actuar inteligentemente, leer los avisos preventivos, tales como “No dar de comer” o bien “Manténgase a distancia”, pues de antemano debe saber que si se aproxima demasiado a los gorilas o a los leones, o a cualquier animal salvaje, pues corre el riego de sufrir una agresión.

Y la inteligencia requerida, debe ser la básica o elemental, para entender y comprender que los animales no razonan. Si razonaran, sin duda alguna serían parte de la especie humana. Se podría dialogar con ellos.

Pero en el caso de los policías, que se supone son seres humanos, que saben hablar y escuchar, supuestamente, que tienen una inteligencia básica para interrelacionarse con el resto de los seres humanos, presuntamente, no se entiende por qué razón reaccionan y actúan de manera irracional, instintiva, agresiva, casi salvaje.

Lo grave es que para el jefe policiaco, la culpa de tales incidentes, corre a cargo de los periodistas y no de sus “gorilas”. En el caso de referencia, afirmó que le aplicó un correctivo al agresor, cual si fuese un chamaco rebelde. Lo correcto, valga la redundancia, es que debió hacer una declaración enérgica, además del aplicar el castigo correspondiente, exigiendo respeto absoluto a la labor periodística. Eso de correctivo, más bien hace imaginar que le dió un manazo o un coscorrón. Nada más.

Y si ese trato le dan policías abusivos como el de este caso, no obstante que generalmente  los periodistas son sumamente conocidos y los encuentran frecuentemente en cualesqauier accidente o hecho delictivo, ni para qué imaginar el trato que les dan a ciudadanos comúnes y corrientes, que tienen la desgracia de toparse con uno de estos “gorilas”. Gravísimo, si el ciudadano se atreve a manifestar algún reclamo. Gravísimo.

En la Síndicatura Municipal, se han integrado más de 400 expedientes relativos a abusos policiacos, muchos de los cuales ya fueron turnados a la Comisión de Desarrollo Policial, a cargo del Secretario de Seguridad Pública Municipal, Gustavo Huerta Martínez y del Director de la Policía Municipal, Adrián  Hernández, sin que se haya resuelto ni uno solo. Expedientes, de los cuales muchos datan desde la administración del panista Jorge Ramos Hernández, y los policías arbitrarios, siguen en funciones, cometiendo arbitrariedades, obviamente.

Como tal parece que el problema consiste en que a los periodistas les falta inteligencia para enfrentar estos casos, se le recomienda que coloque cercos y avisos preventivos, en torno a sus muchachitos, que adviertan : “No se acerque demasiado, pues son peligrosos”, “No respondemos si son agredidos”. Así, el periodista que no entienda, pues ya es su problema.

gil_lavenants@hotmail.com 

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