PLAYAS DE ROSARITO.- A cien días de gobierno, las acciones y trabajos son ensombrecidos por señalamientos de nepotismo, devaneos y borrachazos perpetrados por funcionarios locales. A ellos se agregan investigaciones más serias en torno al supuesto mal uso de funciones, manejos administrativos irregulares y corrupción, dentro del Nobel gobierno que encabeza Javier Robles Aguirre.
Y es que Robles Aguirre seguramente no tenía contemplado abonarle a un pronto desencanto social ante la serie de traiciones y bajezas que pronto afloraría en varios de sus principales colaboradores de quienes se rodeó, bien por compromisos de campaña, marcados intereses o simples recomendados, lo que obligan al joven alcalde a tomar mas en serio las críticas propositivas que juró atender al tomar el poder
Primero fue el administrador de la Dirección de Policía Municipal, Nicolás Armenta, quien dio la nota al estampar su vehículo particular contra una plataforma sobre la Carretera Escénica una mala noche de copas. Sus fuertes diferencias con el Mayor Magdaleno Vázquez Luis, se acrecentaron a partir de este episodio, hasta orillar a la renuncia del administrador.
Similar ocurrió con un joven auxiliar de la Tesorería Municipal, que encabeza el doctor Rubén Roa, quien abandonó un auto oficial de reciente modelo que estaba a su resguardo, en un hecho poco claro del que no trascendió a mayores.
Luego el siguió el joven asistente del Regidor Antonio Serret, también titular de la comisión de Seguridad en el Cabildo. Mariano Rodríguez, quien envalentonado por el alcohol encaró a un Oficial de la Preventiva tras salir dando tumbos de un conocido bar de corte “Gay” propiedad del Director de Servicios Médicos Municipales, el doctor Fidel Espinosa. El hecho no pasó a mayores.
Un escándalo mayúsculo fue el protagonizado por el aun director de la PRODEUR, el ingeniero Efraín Leal León, quien se viera envuelto en acusaciones formales de hostigamiento sexual en contra de una ex empleada de la dependencia y que luego le ganara el mote del “Kalimba”, tomado incluso con cierta mofa por parte de varios allegados al gobierno local. Nada pasó.
El colmo de estos desaguisados estalló semanas atrás cuando, el coordinador de la Secretaría de Finanzas que encabeza José María Lozano, el profesor Omar Agüero, se dijo estafado por una damisela o “dama de compañía”, quien a deshoras estampó contra una vivienda el auto oficial bajo su resguardo. Una llamativa camioneta negra modelo ENVOY, lo que causó solo malestar de varios funcionarios de primer nivel que ya piden un alto a estos desfiguros.
Por estos hechos el Sindico Municipal, Roberto Perales Sánchez, compadre del alcalde, ha sido tildado poco menos que flexible y ligero, al asegurar que se investigará a fondo cada caso sin tener consideraciones, pero pocos resultados son los que se obtienen a la postre. Una actitud que podría acarrearle mayor daño a la imagen del munícipe Robles Aguirre.
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