lunes, 17 de enero de 2011

COLUMNA: Palco de Prensa

Ver, para creer
Por Gilberto Lavenánt
La semana pasada acudió a la reunión de la Asociación de Periodistas de Tijuana, que encabeza Miguel Angel Torres Ponce, el Lic. Bernardo Sánchez Rios, Director de Vialidad y Transporte del XX Ayuntamiento de Tijuana, a hablar sobre la modernización del transporte público.
La verdad, resultan increíbles los cambios que se pretende lograr en el transporte público. Parece que éste será el compromiso más serio y de mayor trascendencia del Alcalde Carlos Bustamante Anchondo.

Se pretende, cambiar la chatarra vehicular, por modernas unidades, cómodas y limpias.

Se pretende, disminuir el número de vehículos, en todas las variedades del transporte público, sean taxis de sitio, libres, calafias, autobuses.

Se pretende, que los choferes anden limpios y eliminen sus feos modales. Que respeten las señalen de tránsito, y sobre todo, que respeten a los pasajeros.

Se pretende, hacer tantas cosas, que parecen inverosímiles, difíciles de creer.

Desde hace muchos años, el transporte público en Tijuana, es un caos. Opera en una verdadera anarquía.

Al final de cada administración municipal, desde que los gobiernos locales tienen a su cargo el control del transporte público, el Alcalde que sale, expide permisos a diestra y siniestra, algunos comercializados para obtener recursos económicos para fines personales, y otros en pago de compromisos políticos.

Esto ha provocado que tan solo a lo largo del Boulevard Diaz Ordaz, del centro de la ciudad a La Presa Rodríguez, circulen más de 1,500 vehículos de transporte público.

En numerosas ocasiones se han hecho denuncias sobre el clonado de táxis, respecto al acaparamiento de placas de servicio público, el rentismo y el comportamiento vulgar de los choferes.

Sánchez Rios prácticamente pintó un panorama color de rosa, tanto por las condiciones en que se presta el servicio de transporte público en todas sus modalidades, como lo que se pretende hacer en el futuro cercano.

Durante los últimos días de la administración del panista Jorge Ramos Hernández, grupos de transportistas, un día sí, y otro también, bloqueaban las calles circundantes del Palacio Municipal, protestando por las irregularidades en que incurría el gobierno municipal, respecto al transporte público.

Algunos otros aseguraban que se habían expedido más de 300 permisos en forma irregular, los que en su mayoría, supuestamente, se estaban comercializando al mejor postor. El nombre del entonces Subdirector de Vialidades y Transporte, Gabriel Lemus, casi siempre salía a relucir, como autor u operador de dichas transacciones.

La expedición de concesión de la ruta de transporte a Valle de Las Palmas, casi hace que la sangre llegara al río. Las bravatas y amenazas por este tema, también eran constantes.

Sánchez Ríos dice que la empresa transportista, beneficiada con dicha concesión, cubrió todos los requisitos, y que nadie impugnó el procedimiento, en tiempo y forma.

Que lo de los táxis clonados, apenas si han detectado 4 o 5. Parece ser que los cientos más de que se hablaba, desaparecieron como por arte de mágia o fueron simplemente una leyenda urbana.

La diferencia entre los reclamos y denuncias que se hacían, respecto al transporte público urbano, y la versión oficial de lo que supuestamente es en estos momentos, es tan enorme, que resulta difícil de creer que sea cierta, la presunta realidad actual.

Por cierto, Bernardo fue el primer funcionario del equipo de Carlos Bustamante, que entró en funciones, desde antes de que concluyera la gestión de Ramos Hernández, precisamente, según explica, para evitar actos indebidos, que fueran a hacer más serio el problema del transporte.

Y no es que se dude de la palabra de Sánchez Ríos, propiamente dicho, pero los anuncios que se hacen en torno a lo que presuntamente es, e incluso lo que se pretende que sea en el futuro, el transporte público, resulta inverosímil.

Por ello, se advierte : ver, para creer.
gil_lavenant@hotmail.com

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