viernes, 26 de noviembre de 2010

COLUMNA: Palco de Prensa

* Soberbios y necios
Por Gilberto Lavenánt

Después de conocer los resultados electorales del 4 de julio pasado, y luego de ¨sesudas¨ reuniones, los panistas, encabezados por el Gobernador José Guadalupe Osuna Millán, llegaron a la conclusión, y el propio Jefe del Ejecutivo Estatal lo reconoció públicamente, que los gobiernos emanados del PAN, se habían alejado de la ciudadanía y prometió que en lo sucesivo cambiarían de actitud, para recuperar terreno, hacia los comicios del 2013.
Aún se recuerda que el Instituto Estatal y de Participación Ciudadana reconoció que sólo acudió a emitir su sufragio el 31.7% de los ciudadanos inscritos en la Lista Nominal de Electores.

Que la cifra de electores, el 4 de julio del 2010, fue menor a la de las elecciones del 2007 cuando Osuna Milán ganó a Jorge Hank Rhon, la gubernatura estatal.

En solo 3 años de la administración de Osuna Millán el número de electores que acudieron a las urnas, descendió del 40.59 %, en el 2007, al 31.7 %, en el 2010, de tal forma que el abstencionismo creció del 59.41 %, en el 2007, al 68.3 %, en el 2010.

Pero lo impactante de los resultados electorales, no fueron precisamente los números de votos, y el grado de participación ciudadana o el nivel de abstencionismo, sino lo que esto representó en cuanto a las posiciones de elección popular para cada partido.

En síntesis, las cinco alcaldías y la mayoría priísta en la Legislatura Estatal. Casi nada. Baja California dejaba ser el bastión panista que tanto se presumía a nivel nacional.

Unos días después de los comicios, los panistas, encabezados por Osuna Millán, celebraron una reunión, a puerta cerrada, en Punta Bandera, para hacer un exámen de conciencia. Se recuerda que ahí estaba Francisco Blake Mora, siendo Secretario General del Gobierno del Estado y responsable de la designación de candidatos y coordinación de sus respectivas campañas, por parte de Acción Nacional.

Muchos le reclamaron a Osuna Millán que lo castigara, que lo sacara del Gobierno Estatal. Osuna estuvo apunto de ceder. Nadie se imaginaba que poco después habría de rescatarlo el amigo Felipe Calderón y lo proyectaria como un gran político, imagen totalmente a la que tenían de é los propios panistas.

Ahí, el gobernador externó su tésis, sobre las causas de la derrota panista. Fue la clase media la que nos dió la espalda, dijo, y como referencia refirió los resultados del Distrito X, que sólo una vez lo habían perdido ante la priísta Franciscana Krauss, quien ahora va dentro del cuerpo de regidores del ayuntamiento entrante, en Tijuana. Quizá por eso ahora les quiere cobrar la factura electoral y condenar a esa clase media a que pague la tenencia vehicular.
Los panistas radicales, los de línea dura, hicieron hincapié, como causas de la derrota, la serie de medidas equivocadas de los gobiernos federal y locales, sentenciando que “la ciudadanía nos cobró”. Otros afirmaron que el PAN se ha estado alejando de las causas ciudadanas, que es el bienestar común.
Se observó que la relación gobierno-partido, hizo mucho daño, sobre todo al “nombrar candidatos brincándose al partido y a su militancia”.
Algunos señalaron la fuerte corrupción “descarada”, que ha envuelto a funcionarios y representantes panistas, sin recibir su merecido castigo.
“Todo eso, acumulado, se dijo, nos lo cobró la ciudadanía”. La sentencia fue contundente : . “Por ir por la lana, se perdió el partido”.
De esa reunión, todos salieron convencidos, y comprometidos, de que enfrentarían la derrota, convertidos en un nuevo partido, más consciente y sensible con las causas sociales.
Pero, como dicen por ahí, cae más pronto un hablador, que un cojo, o bien aquello de que del dicho al hecho, hay mucho trecho.
Pasado el trago amargo de la derrota, los panistas olvidaron sus promesas de campaña, hicieron a un lado las posibles actitudes de humildad y se volvieron a vestir de soberbia.
La cerrazón frente a la eliminación de la tenencia vehicular, impulsada por los priístas, y que los panistas enarbolaron como uno de sus principales compromisos de campaña, está evidenciando que los panistas siguen siendo los mismos. Que son soberbios y necios. Que no han cambiado, nada de nada.
De aquí al 2013, cuando se den los comicios para la gubernatura estatal, los panistas ya habrán cavado una fosa tan profunda, de la que será casi difícil que el PAN logre resurgir algún día. Quizás entonces entiendan por qué se advierte que más vale prevenir, que lamentar.
Todo por soberbios y la necedad del veto.
gil_lavenant@hotmail.com

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