* Decrepitud precoz
Por Alfredo Calva
A la vejez extrema con mengua de las facultades físicas y mentales, en especial estas, es denominado por la ciencia como decrepitud, y a esto, todos los seres humanos llegamos, bueno, en la mayoría de los casos.
Pero cuando las facultades empiezan a presentar estos signos, sin que se tenga la edad que corresponde a este ciclo ultimo de la vida, pues entonces se está, frente a un caso de decrepitud precoz.
En política sucede muy a menudo, cuando los funcionarios de elección popular empiezan a dar muestras de situaciones que no son acordes a las promesas realizadas en su proceso de campana electoral, o, cuando se establecen compromisos que colocan a los gobernados en el ámbito de la falsa esperanza y expectativas.
Lo anterior se suscita con el alcalde electo Carlos Bustamante, su detección fue sencilla, solo basto seguir sus declaraciones posteriores al 4 de julio, como el de la construcción de la ¨Plaza 11 de julio¨, acción gubernamental con la que en campaña estuvo en desacuerdo y ya logrado el triunfo abrazo.
Proyecto que, por cierto abanderaba su mujer con inusual empecinamiento y enjundia, para beneplácito, regocijo y lucro de algunos cuantos, en especial, de los mandos jerárquicos de la iglesia católica en este municipio, pero que, no trascendió gracias a la lucha de quienes creen que, es más importante mantener los espacios verdes, que una inmensa plancha de concreto.
La confirmación de la decrepitud precoz que asiste al edil electo, fue la presentación de la mayoría de sus futuros colaboradores realizada en días pasados en el hotel de su propiedad, la opinión que ha generado este gabinete de próximos empleados municipales, es que se avecina un gobierno mediocre y de alta tendencia a la corrupción, con sus acepciones y excepciones.
Las designaciones de Roberto Alcide Beltrones Rivera, en la Secretaria de Gobierno, de David Saúl Wakil, en la Secretaría de Desarrollo Social, o en Oficialía Mayor, Oscar Sanabia, indica que, la nominación fue en base de una recomendación, amistad y pago de apoyos políticos, todo fuera de promesa, en la que dejo en claro que, sus colaboradores serian reclutados en base a sus capacidades y honorabilidad, para desempeñar el encargo encomendado.
Sin embargo, la realidad indica que, ya no esta presente en el recuerdo de Bustamante Anchondo, sus compromisos y promesas, de hecho, se prevé que, con algu8nas de las designaciones realizadas, Bustamante Anchondo, en lugar de entregarles un gafete de identificación, les va otorgar un antifaz, para la mejor realización de sus actividades.
En fin, lo malo de este asunt6o es que, no existe cura medica para la decrepitud precoz, pero si existe una forma de que el edil entienda lo delicado de su enfermedad, la participación ciudadana y el señalamiento valiente de los errores y la exigencia tacita del ejercicio de un buen gobierno, y eso, solo se obtiene con la participación de excelentes colaboradores y con el cumplimiento de promesas y compromisos.
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