* Incultos y “burros”
Por Gilberto Lavenánt
Comentaba en días pasados, el evento relativo a la presentación de los equipos de transición, del alcalde saliente, Jorge Ramos Hernández, y del alcalde entrante, Carlos Bustamante Anchondo. Todo armonía, cordialidad. Como cuando en la ceremonia de matrimonio civil, dos ardientes enamorados se juran amor eterno.
Y de todo lo dicho, por los dos protagonistas principales de ese evento, resaltaba algunas frases. Una en especial, a cargo del alcalde electo, Carlos Bustamante, que ha despertado múltiples comentarios, conjeturas o especulaciones : “…vamos a recibir un gobierno andando y andando bien”. Hay que aclararle al futuro alcalde, que ni tan bien.
Observaba que, esa expresión del priísta, parecia contradecir, versiones en el sentido de que en las oficinas municipales están trabajando horas extras, para tratar de tapar “hoyos”, para destruir documentación comprometedora o para hacer “ajustes”.
También observaba, que pareciera que al hacer tales manifestaciones, públicamente, ambos actores previamente se pusieron de acuerdo. Como si hubiesen negociado en lo oscurito, de tal forma que uno le dice al otro : “te digo cómo se maneja esto” y el otro le responde : “no te preocupes, yo te cubro, vete sin pendiente alguno”. Pareciera.
Hacia hincapié en que aún cuando lo común es decir que “después de la tempestad, viene la calma”, ahora, a propósito de la transición de mandos en los cinco ayuntamientos de Baja California, en los que salen los gobiernos panistas y entran los priístas, debe advertirse, al menos en el caso de Tijuana, que “después de la tranqulidad, viene la tormenta”.
Pues bien, es pertinente advertirles a los integrantes del equipo de Bustamante, que abran bien los ojos, para que vean o perciban no nada más las cosas que les quieran mostrar, sino en especial aquellas que se pretenda omitir u ocultar. Si ven algo sucio, cuéntenselo a quien más confianza le tengan. Mucho “ojo”.
Tal vez les sirva de algo, hacerles referencia a un asunto, que quizás para muchos sea poca cosa. Es relativo a la cultura. Un área generalmente subestimada por los políticos, relegada a segundo o a tercer término, porque, dicen, no genera votos. Ahí les va.
Con fecha 9 de septiembre, apenas el jueves de la semana pasada, Vianka R. Santana, Guadalupe Kiriarte y Luis Ituarte, Consejeros de la Junta de Gobierno del IMAC, Instituto Municipal de Arte y Cultura, presentaron un escrito, dirigido al Alcalde Jorge Ramos, en el que le hacen sencillas, pero serias reclamaciones.
Los consejeros ciudadanos de la Junta de Gobierno del Instituto Municipal de Arte y Cultura, IMAC, le expresan a Ramos Hernández su desacuerdo con respecto a acciones emprendidas por el Ayuntamiento de Tijuana, que atañen a dicho organismo.
La primera, la falta de cumplimiento en la entrega de la ampliación presupuestal de 2.5 millones de pesos, aprobada desde enero del 2010, para el Instituto Municipal de Arte y Cultura. Esa omisión, seguramente, se debe precisamente a la falta de interés del gobierno municipal en general y del alcalde Ramos Hernández, en particular, en el tema de la cultura. Obviamente, porque la cultura no genera votos.
El segundo, la falta de habilidad política, para designar un nuevo Presidente en la Comisión de Cultura y Bibliotecas, “que pudiera asegurar el diálogo entre el gobierno y ciudadanía, toda vez que en repetidas ocasiones se ha solicitado formalmente por los miembros del Subcomité de Cultura, la remoción del Sr. Pablo Rodríguez Gil, quien no ha tenido a bien participar de ninguna junta de gobierno ( desde que nosotros somos Consejeros ), ni ha cumplido con su responsabilidad ante el Sucomité de Cultura, ni logrado concretar una sola acción a favor de la cultura en este trienio”.
Llamar al Alcalde, falto de habilidad política, es delicado, pero poca cosa. Se le podrían aplicar calificativos más fuertes y contundentes. Irresponsable, insensible, inculto. Y cualquier otro que deseen agregar.
Del Regidor, ni qué decir. Seguramente ni siquiera sabe lo que es la cultura. Pero a la hora de cobrar su sueldo, sin duda alguna que es infalible y puntual. Mínimo, merece que le pongan “orejas de burro”. Mínimo.
Pero eso no es todo. Luego agregan : “…En consecuencia a estas omisiones, consideramos ofensivo el intento de impactar presupuestalmente con veinte millones de pesos al IMAC –a cien días de concluir esta administración-, cuando dicha cantidad está destinada en su totalidad a la conclusión del Museo Ambar, cuya finalidad –prevención de las adicciones-, no tiene relación alguna con las atribucuones y responsabilidades del Instituto Municipal de Arte y Cultura, expresadas en el Plan Municipal de Desarrollo”.
Quizás sea un problema de falta de entendimiento, por parte de ambos funcionarios. Un “error” lo comete cualquiera. Si no fueron a la universidad, “no le pidan peras al olmo”.
Para concluir, una seria advertencia : “…Por todo lo anterior, hacemos de su conocimiento que los consejeros ciudadanos no estaremos dispuestos a avalar esa decisión que el ayuntamiento trata de imponer, ya que violenta la norma institucional del IMAC y los intereses de la comunidad cultural en su conjunto”.
Luego de conocer esta historia, don Carlos Bustamante tendría que corregir lo dicho : “…vamos a recibir un gobierno andando, pero no tan bien, como parece”. Hasta aquí, esta historia de incultos y “burros”. Aunque aún hay más. Mucho más.
gil_lavenant@hotmail.com
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