miércoles, 1 de septiembre de 2010

COLUMNA: Palco de Prensa

* ¿Huele mal? ¡Apesta!
Por Gilberto Lavenánt

En torno a los hermanos Lemus Torres, Gustavo al frente de la Dirección de Inspección y Verificación Municipal, y Juan Gabriel, como Subdirector de Vialidad y Transportes Municipales, se tejieron infinidad de “leyendas urbanas”, en las que aparecían como los protagonistas principales de corruptelas y proveedores de dineros ilícitos a la administración del Alcalde tijuanense Jorge Ramos Hernández.

De ambos se decían muchas cosas, pero nada ocurría en consecuencia. Resultaba evidente que estaban “muy bien parados”. Que el Alcalde los protegía.

Esto se corroboró cuando en plena campaña interna del Partido Acción Nacional, para nominar a su candidato a Alcalde de Tijuana, Gustavo, el de reglamentos, fue sorprendido en una charla con empresario de giros negros de la Zona Norte, en la que reveló cómo el Gobernador Osuna Millán y el Alcalde Jorge Ramos, estaban “coordinando” la precampaña del entonces pre-candidato panista, Carlitos Torres Torres.

Y no obstante las denuncias en su contra, por la presunta comisión de delitos electorales, no hubo nada, de nada. El Alcalde, ni pareció darse por enterado de tan graves señalamientos y en lugar de correr al “tavo”, le dió el espaldarazo y dijo que seguiría en la chamba, pues cumplía con sus funciones. Días después el funcionario tomó sus vacaciones, al término de las cuales retornó al puesto y luego “voluntariamente” renunció. Se decía que pretendía “enfriarse”, para regresar, cuando Carlitos Torres fuese el Alcalde. Se decía.

Para desgracia del autor del “Lemusgate”, Carlitos perdió los comicios, él se quedó sin chamba y se desapareció del escenario político. Pero no hubo ninguna acción legal en su contra. Dicho en otras palabras, evidentemente estaba “blindado”, o sea contaba con protección oficial superior y salió “bien librado”.

Así, mientras un Lemus Torres caía en la desgracia política, el otro, su hermano Juan Gabriel, era promovido a la Subdirección de Vialidad y Transportes. Desde su llegada, se empezaron a tejer “leyendas urbanas” en torno a su actuación. Se decía que no obstante que era el segundo de dicha dependencia, la manejaba como si fuese el jefe. Por algo sería.

Pronto, empezaron a surgir denuncias y reclamos. Aunque también surgieron por ahí pronunciamientos de apoyo. Las presiones llegaron a tal grado, que en Abril pasado fue retirado temporalmente del cargo, dizque para facilitar las investigaciones de Sindicatura. Breves días después fue reintegrado a la función pública y siguió haciendo de las suyas.

Curiosamente el 22 de abril, dirigentes del gremio transportista en Tijuana, salieron en defensa de Lemus Torres. Por ejemplo, Joaquín Baltazar Sanabria, secretario general de los taxis Rojo y Negro, señaló que aunque por el momento no tenian pruebas, sospechaban que la denuncia contra Lemus era por cuestiones personales y quizás políticas.

“Lo conocemos desde hace unos seis años y sabemos que se conduce con rectitud hacia sus compañeros, esto parece algo personal y sabemos que hay gente pagada en eso”, señaló en entrevista con un periodista..

A su vez, Rafael Flores García, de la Alianza de Taxis, avaló la conducta de Lemus Torres y dijo, que más del 90 por ciento de las organizaciones transportistas, le habian brindado su apoyo, como nunca había ocurrido con ningún funcionario de esa dependencia.

Por su parte, el polémico Oscar Morales, de los Taxis Amarillos, sostuvo que Lemus Torres cumplía a cabalidad con su encomienda, vigilando siempre, que los trámites se llevaran a cabo de manera correcta, presentando la documentación y siguiendo los pasos requeridos para obtener cada uno de los permisos. Sospechosa la defensa, obviamente.

Tales argumentos tuvieron el propósito de contrarrestar el alcance de nota periodística publicada el 19 de abril de este año, en el periódico El Mexicano, suscrita por el reportero Rafael Morales Magaña, en la que bajo el encabezado de “Afloran más extorsiones de Gabriel Lemus Torres”, se hacía referencia en forma más que explícita, a los presuntos actos de corrupción de dicho funcionario. Sin embargo, no obstante los graves señalamientos, Lemus Torres fue reinstalado en el cargo, en pleno “año de hidalgo”.

Por razones que se desconocen, y cuando está a punto de concluir la actual administración municipal, Lemus Torres, el de Transporte y Vialidades, dejó de tener la protección del Alcalde Jorge Ramos, al grado que junto con otros funcionarios de la misma dependencia, están siendo investigados por Sindicatura Municipal, según lo dicho por el propio Alcalde.

Los periodistas se quedaron sorprendidos, incrédulos, cuando el Alcalde comentó que no se irá de su cargo, sin esclarecer algunas irregularidades detectadas por el actual director de Transporte Público Municipal, Jorge Gutiérrez Topete y el Síndico procurador Héctor Magaña Mosqueda, que ya había ordenado la investigación correspondiente y que además les pidió hacer públicos los resultados. Caiga quien caiga.

“Ya le dije al Síndico procurador que algo ‘huele mal’ ahí en la Dirección de Transporte, quiero que investigues a fondo y que de una manera pública y transparente, si hay culpables, los demos a conocer, si hay que sancionar a funcionarios actuales o anteriores, que se aplique la ley”. ¿Qué raro, que hasta ahora haya percibido los fétidos olores que despide esa dependencia? Seguramente, antes de esto, padecía sinusitis. Seguramente.

¿Qué huele mal en Vialidad y Transportes ? ¡Apesta!
gil_lavenant@hotmail.com

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