lunes, 15 de marzo de 2010

NUESTRO EDITORIAL

La violenta imagen de México

Barack Obama se dijo ayer “indignado” por el asesinato de tres personas vinculadas al consulado de EU en Juárez. Y unas cuantas horas después, Los Pinos se comprometió a esclarecer los hechos. Pero ambas declaraciones resuelven poco. No frenarán la violencia en esa frontera, en donde van ya casi 6 mil muertos por la guerra armada contra las drogas que, por cierto, se basa en una estrategia avalada por Washington. Felipe Calderón estará mañana allá para revisar el plan “Todos somos Juárez. Reconstruyamos la Ciudad”. La cifra para este proyecto ronda en los 3 mil millones para los siguientes dos años y medio (o algo así, que no está tan claro), equivalente a 7.9% del gasto total de la Línea 12 del Metro, como ya dijimos. Con la economía destruida y la sociedad aplastada, el conflicto de Juárez, lejos de resolverse, parece convertido en un modelo maligno para otras ciudades. Reynosa y Culiacán arden mientras sus economías se tambalean. Y ahora, Acapulco es escenario de combates y ejecuciones con decenas de muertos. Le decíamos ayer: limpiar la imagen de país violento se antoja casi imposible. Las opciones son maquillar la realidad, o detener el crimen. Desgraciadamente, la segunda opción, la que quieren los mexicanos, está cada día más lejana

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