Por Teresa Gurza
Aunque parezca increíble, conforme pasan los días aumenta la lista de poblados afectados por el terremoto de 8.8 grados de la madrugada del sábado 27 de febrero.
Y en la medida que se conocen los datos, aumenta también el estupor de los periodistas que llegaron antes que las autoridades a la zona de la tragedia, ante la ineficiencia del Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada Chilena, que pese a haber sido advertida a tiempo por su similar norteamericano, no fue capaz de avisar al gobierno que habría tsunamis.Peor aún, con pueblos enteros bajo el mar y gente arrebatada por las olas, el SHOA seguía negando la posibilidad de olas de más de medio metro.Y quedó ya claro que la presidenta Michelle Bachelet empezó a reaccionar, hasta que vio por televisión las imágenes; así entendió la magnitud del desastre y de los saqueos; de los que por cierto hay 113 detenidos.Para decirlo en pocas palabras, tanto el SHOA de la Armada como el organismo gubernamental encargado de las emergencias, ONEMI, reprobaron.Acosado por colegas de diferentes medios, el Ministro de Defensa Francisco Vidal, ha aceptado que “se cometieron múltiples errores” y ha prometido que de ellos van a aprender.Porque la verdad, se entiende que pueda fallar un teléfono celular de un particular; pero no un aparato de comunicación de un ministerio de gobierno, y menos si es el de Defensa.Frente a esto destaca la labor de los radioaficionados, que con aparatos casi artesanales mantuvieron a Chile comunicado.Y el sentido común de muchas personas, que advirtieron que algo malo pasaba tan solo con ver cambios en sus vidas habituales; como la niña que tocó el gong en Juan Fernández; o ese pescador de Lota que previno a su familia de que algo raro sucedía en el fondo del mar y llegaría a la tierra, porque había pescado peces que nunca había visto.Los perros también desaparecieron en muchas partes, para esconderse donde se sentían más seguros.Los seis nuestros por ejemplo, comandados por Sultán un pastor alemán que un tiempo sirvió a los Carabineros, siempre salen a recibirnos; pero la noche del viernes a la única que vimos fue a la Vampira, una chihuahueña que vive creyendo que yo soy la mascota y ella la dueña.Esa actitud animal, tendrán que tenerla en cuenta en los estudios que están haciendo a lo largo de las zonas afectadas, ingenieros y sismólogos de varias partes del mundo, que recién llegaron a Chile a estudiar el fenómeno.Dicen que un terremoto de esa magnitud y las constantes réplicas son invaluables para analizar la naturaleza de los temblores.Y aseguran que una de sus consecuencias, es que Buenos Aires quedó 4 centímetros y medio más cerca de Chile.En la isla Juan Fernández, el fondo del mar se transformó; en sitios donde la profundidad era de más de 8 metros, ahora caminan rescatistas; y lugares donde el viernes 26 de febrero el agua llegaba a la rodilla, hoy tienen muchos metros de hondo.Mientras los especialistas revisan algunas de las 234 mil construcciones dañadas en todas las regiones afectadas, algunos han propuesto reconstruir más adentro de la costa ciudades como Constitución.Ahí al igual que en casi todos los poblados costeros, y en la isla Juan Fernández, se inició la operación rastrillo para quitar escombros; y hombres ranas siguen buscando cuerpos.En Dichato, al derrumbe y el tsunami se ha agregado la contaminación por decenas de botellas conteniendo acido clorhídrico.En San Antonio se derrumbaron casi todas las viviendas de interés social y hay casas a punto de despeñarse de los cerros.Y todo eso sucede a tres días del cambio de gobierno.El futuro presidente Sebastián Piñera ha anunciado que mantendrá el despliegue militar en la zona desvastada.El Ministerio Público habilitó un mail para que la gente denuncie a sus vecinos saqueadores.En el Chile de hoy hasta los niños hablan de “daños estructurales”; y yo sigo sin teléfono y sin Internet.
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